17 SEC. INF. GRAL. PAG. 10 CREDITO: JOAQUIN ESTEFANIA* CABEZA: Cuando los gigantes bufan De vez en cuando, los movimientos de paises, perifericos en el concierto mundial pero grandes en su importancia politica, economica o cultural, hacen temblar los cimientos del orden establecido. Sus reequilibrios, o simplemente sus debilidades, son sintomas de alarma o de atencion respecto a lo que a continuacion va a suceder en la region en la que estan instalados y, en ultima instancia, en el resto del planeta. A principios de este ano hubo cambios politicos en los dos gigantes latinoamericanos, Brasil y Mexico, y aunque su evolucion ha sido distinta, ambos casos requieren una reflexion no exclusivamente regional. Se han globalizado tanto los problemas que cuando el peso mexicano tose, los pulmones de alguien reverberan, por ejemplo, en Estocolmo, este es el efecto tequila del que llevamos oyendo hablar varias semanas. ¨Cual era la situacion de America Laitna a finales del ano pasado? En el terreno economico, y con la excepcion de Venezuela, casi todo iba a mejor: muchas posibilidades de un crecimiento real sostenido; inflacion controlada y a la baja; entrada de divisas y de inversion extranjera (y no solo financiera y especulativa); aceleracion de la apertura economica y de la regionalizacion, con la puesta en marcha del Mercosur y del Tratado del Libre Comercio, deuda externa, aunque creciente, dominada; etcetera. Tan significativo como el economico era el clima politico. Hartos de populismos de uno y otro signo, los latinoamericanos se han ido dotando de un consenso sobre que hacer y como gobernar. Consenso entre la derecha, la izquierda y el centro sobre la necesidad de ampliar la apertura exterior y el flujo de inversiones, pero tambien de atacar con reformas estructurales las manifestaciones mas nitidas de extrema riqueza y extrema pobreza y de financiar programas sociales. EL problema surge cuando el pendulo se inclina solo sobre la primera parte del consenso. Alguien ha dicho que tan valiosa como la victoria de Fernando Cardoso en Brasil era la identidad en el diagnostico de la situacion entre el nuevo presidente y el izquierdista Lula, aspirante alternativo a la presidencia. En el analisis que cada ejercicio hace The Economist sobre America Latina, este ano se destacaba el apoyo unanime de los gobernantes a la politica economica vigente, lo que implica una gran certidumbre para las inversiones a largo plazo. Nadie se atrevera a desafiar este apoyo, aunque los dirigentes de cualquier pais (en los proximos meses se celebraran elecciones en Argentina y Peru) variasen de ideologia politica. La excepcion la representaba la sublevacion indigenista de Chiapas (Mexico), que supuso la inesperada reaparicion del fantasma guerrillero de los anos sesenta y setenta. Chiapas rompio ese consenso continental (del que Cuba esta marginada) e hizo temblar los cimientos del sistema politico mexicano. Sus demandas nacionalizadoras y antisistemas, contra el hambre en primera instancia pero tambien contra la corrupcion politica del PRI, fueron legitimadas por la decision de los dos ultimos presidentes de negociarlas. En el horizonte de finales de 1994 no se contemplaba una guerra de fronteras entre Ecuador y Peru. Con el inicio del nuevo sexenio mexicano y la sustitucion de Salinas de Gortari por Ernesto Zedillo, el milagro economico se vino abajo; en tan solo una semana el peso se devaluo un 60% y arrastro, con sus sospechas de fragilidad, al resto de las economias emergentes de la zona. En Mexico, las devaluaciones llevan siempre consigo una carga psicologica de desastre que se detecta en la calle; el mismo pais que tan solo tres meses antes era el buque insignia de la modernizacion en America Latina, esta hoy dominado por la incertidumbre y la falta de liderazgo; y los tecnocratas educados en Estados Unidos, que implantaron el sueno mexicano, ocupan hoy la primera fila de las manifestaciones populares, retratados como forajidos bajo la leyenda de "se busca". En menos de un mes se ha producido la flotacion del peso, su devaluacion, el hundimiento de la Bolsa, el desplome de las acciones mexicanas de Nueva York, la colera de los empresarios endeudados en dolares, las alzas continuas de precios, el desbaratamiento de las previsiones economicas, las durisimas criticas de los inversores internacionales sobre el manejo que el equipo economico de Zedillo hizo de la crisis, y, por ultimo, el ataque a las posiciones de los zapatistas, que puede suponer el inicio de una soterrada guerra de guerrillas. Todo ha cambiado de sitio y los aplausos han devenido en crispacion. ...Un pais tan nacionalista como Mexico ha asistido resignado a la constatacion publica de su dependencia directa de Estados Unidos (Viva Clinton!, titulaba a toda pagina uno de los periodicos mas populares cuando se conocio el rescate financiero de EU). El escritor Hector Aguilar Camin resumia del siguiente modo el fracaso de las expectativas: "Se han disparado todas las demandas sociales a la vez, aunque sean contradictorias: orden y democracia; control politico y libertades irrestrictas; soberania y sa lvamento economico de Estados Unidos, baja inflacion y buenos salarios, subsidios y austeridad fiscal; legalidad electoral y arreglos poselectorales; autoridad y tolerancia; paz y guerra. En suma, una mezcla de presidencialismo autoritario de ayer y presidencialismo democratico de manana, por cuyas rendijas asoma solo el vacio presidencial de hoy". El vector contrario a la desesperanza mexicana se ha puesto en marcha en Brasil. La presencia de Fernando Cardoso, del Partido Socialdemocrata Brasileno, en la presidencia brasilena, ha despertado ilusiones semejantes a las que represento Felipe Gonzalez en 1982. El sociologo que hace decadas levanto las banderas de la izquierda mas tradicional, aquel con el que llegan al poder muchos de los perseguidos y exiliados por la cruel dictadura militar que goberno en Brasil durante mas de dos decadas, declaro nada mas tomar posesion que hay que "librarse de los viejos dilemas ideologicos", ante los cambios que se han producido en el mundo. Cardoso fue uno de los principales defensores de la teoria de la dependencia, por la que se explicaba que la manera en que un pais esta integrado en el sistema capitalista mundial era la causa fundamental de sus dificultades a la hora de alcanzar el desarrollo sostenido y el bienestar de los ciudadanos. Con estos mimbres y sus libros, Cardoso alento en todo el continente el nacionalismo economico y el crecimiento, casi sin limites, del Estado. El resultado es conocido: America Latina perdio muchas posiciones en el proceso de desarrollo. Ahora, el presidente brasileno ha ejercido la autocritica, y considera, por el contrario, que la integracion y la participacion de un pais en el sistema internacional son parte de la solucion de sus problemas. "Hoy creemos que el escenario internacional ofrece ventajas para todo el mundo. El juego de suma cero, en el que la ganancia de una parte implica necesariamente una perdida en la otra, ya esta periclitado". Tanto en Mexico como en Brasil, a pesar de estar en coyunturas diferentes; tanto en la pasada autarquia basada en la sustitucion de importaciones como en la actual apertura centrada en los intercambios de personas, mercancias y finanzas, hay problemas que no se han arreglado. El principal es el de la extrema pobreza, el de la falsa modernizacion de escaparate, el de la marginacion de amplias capas de la sociedad. Las ultimas decadas, pese a los avances obtenidos, han sido testigos de mayores desigualdades; incluso en los paises desarrollados. El teorico acuerdo obtenido sobre la base de que el crecimeinto sostenido a largo plazo no es compatible con grados insuperables de injusticia social, aplaza siempre su aplicacion a mejor momento. El cambio social no sera facil ni en Mexico ni en Brasil, porque para atender a la parte de la poblacion que vive en condiciones miserables habra que afectar a los intereses de los mas poderosos. De vez en cuando los gigantes bufan; solo entonces se recuerda que las dos partes de consenso son igualmente necesarias. Chiapas es el ultimo ejemplo. *Director de Publicaciones de El Pais. Especial para El Nacional .