9 SEC. INF. GRAL. PAG. 6 CINTILLO: RAZONES CABEZA: Chiapas: operacion manos fuera CREDITO: Jorge Fernandez Menendez* Desde que el domingo pasado, cuando la Secretaria de Gobernacion anuncio que el Ejercito Mexicano habia completado su labor en la zona de conflicto en Chiapas, se prefiguro el inicio de una nueva etapa de negociacion politica en ese estado, lo que ayer se confirmo con la virtual renuncia de Eduardo Robledo y la inminente salida de San Cristobal del obispo Samuel Ruiz. El Ejercito completo su labor porque esta nunca fue el aniquilamiento de los zapatistas y sus simpatizantes, como con falsedad se dijo en dias pasados, cuando hasta se informo de matanzas que nunca ocurrieron. La decision era evitar que el EZLN siguiera chantajeando a las autoriddes con la postergacion en las negociaciones, mientras preparaba nuevas acciones militares en otros puntos del pais. El Ejercito, lo que hizo en Chiapas en la zona de conflicto fue abrir un cauce para dos procesos simultaneos: la reinstalacion de los miles de desplazados (muchos olvidan que eran mas los habitantes naturales de la zona de conflicto que huyeron hacia San Cristobal y Tuxtla que los que se quedaron bajo control zapatista). Si habia un reinicio del dialogo no podia ser con ficticias "zonas liberadas" de los zapatistas. Zonas eces mas poderosa que los zapatistas y con una real experiencia de lucha, tampoco en los acuerdos de paz de Colombia que permitieron la reinsercion del M-19, hoy, una de las primeras fuerzas politicas de ese pais. Cuando se ha dicho que el Ejercito tenia diferencias con las autoridades civiles, el origen estaba en la existencia de esas "zonas liberadas". Un termino y un concepto surgido de los movimientos del 10 de enero del ano pasado que a los mandos militares y a muchos sectores civiles les resultaba simplemente inaceptable para las instituciones del Estado. Ahora bien, cumplida la labor militar, el siguiente paso no solo es reafirmar la salida civilizada (que insistimos debe incluir el regreso de la poblacion desplazada a sus lugares de origen, el control institucional en ellos y una generosa amnistia que permita la reinsercion social y politica de los grupos opositores) sino tambien instrumentar una serie de medidas politicas que permitan, para poder avanzar en la negociacion, el cambio de muchos de los protagonistas involucrados en el conflicto chiapaneco. Se trata, en otras palabras, que muchos de esos actores con intereses muy especificos y personales saquen sus manos de Chiapas. Por eso se va Eduardo Robledo. Siempre dijimos en este espacio que Robledo, independientemente de sus posiciones politicas actuales, no era por su trabajo en el pasado junto a Absalon Castellanos y Patrocinio Gonzalez Garrido el mejor candidato que podia presentar el PRI. Es mas, que nunca se tendria que haber convocado a elecciones estatales el 21 de agosto pasado: ese fue un regalo envenenado que dejaron Elmar Setzer y Patrocinio Gonzalez Garrido antes de abandonar la gubernatura y la Secretaria de Gobe rnacion en enero de 1994, cuando adelantaron las elecciones un ano. Robledo, durante estas semanas, hizo todo lo posible para atenuar la radicalizacion del conflicto y no lo hizo mal, pero estaba demasiado relacionado con el pasado chiapaneco como para tener exito en sus esfuerzos. Para colmo, la cerrazon perredista impidio que la designacion de Eraclio Zepeda como secretario de Gobierno contribuyera en ese proceso de pacificacion. Llega a su lugar Julio Cesar Ruiz Ferro, un gobernador interino que no ha tenido una experiencia politica significativa, pese a su larga carrera en la administracion publica, realizada sobre todo en la antigua SPP, una carrera realizada en su enorme mayoria lejos del estado y labor central sera coadyuvar en una salida legal y pacifica para el proceso global de reconstitucion politica, economica y social que debe vivir Chiapas. Su designacion solo se explica por su bajo perfil politico: ninguna de las pocas figuras de primer nivel que quedan en la politica chiapaneca y que no tienen relacion directa con el caotico pasado institucional del estado (en este siglo ha habido en el estado 161 gobernadores, 10 en los ultimos 20 anos) podia cumplir esa funcion sin convertirse (como le ocurrio a Robledo) en actor directo del conflicto. En todo caso esas figuras, por lo menos las priistas, deberan prepararse para las elecciones extraordinarias que, en el futuro mediato (constitucionalmente no puede ser mas que dos anos) debera convocar Ruiz Ferro. Pero para eso se deben descartar otros protagonistas del conflicto. El primero de ellos, Amado Avendano, un hombre que, desde las elecciones de agosto, ha perdido el rumbo politico, que ha agredido en forma increible a muchas personalidades y sectores dentro y fuera del estado y que con su ostentacion como gobernador en rebeldia no ha logrado precisamente incrementar sus simpatias, aunque si sus radicalismos. Si se va Robledo se debe ir Avendano y eso aparentemente ya lo ha entendido el propio PRD, segun desprende de las palabras de Porfirio Munoz Ledo. La salida mas dificil, pero tambien imprescindible, sera la de Samuel Ruiz. El obispo ha logrado lo que ningun politico en Chiapas: un cacicazgo politico y religioso que lleva ya 35 anos y cuyos costos estan siendo ya mayores que los beneficios. El juicio historico sobre la labor de Samuel Ruiz aun esta pendiente. Pero la situacion que se ha generado en el estado vuelve a demostrar que cuando la religion se mezcla (hasta perder los limites entre una y otra) con la politica, los resultados nunca, en ninguna latitud y sea cual fuere el objetivo deseado, seran favorables. En terminos reales, Ruiz si busco apoyar a la poblacion indigena y en muchos casos lo logro, pero hoy no solo el numero de fieles de la Iglesia catolica en el estado ha caido estrepitosamente, sino que ademas esa es hoy una Iglesia dividida y con un obispo involucrado de lleno como actor principalisimo en un conflicto politico-militar en el cual sus esfuerzos por la paz pueden ser sinceros pero dificilmente exitosos porque, sea o no verdad, unos y otros lo consideran juez y parte. La persona adecuada para reemplazar la debera encontrar la Iglesia, pero muy dificilmente se hallara una personalidad con mejores posibilidades de unir la Iglesia catolica local y de ser coadyuvante en la paz que el cardenal Adolfo Suarez Rivera, actual arzobispo de Monterrey y nacido y educado en San Cristobal. No olvidemos que la semana pasada el presidente Zedillo se reunio con Suarez Rivera y los otros dos cardenales de Mexico (Corripio Ahumada y Sandoval Iniguez) y seguramente se abordo este tema. Tampoco debera estar ajeno a esto el propio EZLN. Por lo pronto debera elegir entre acceder a una via politica legal que le abre perspectivas quizas con menos exitos y protagonismos inmediatistas pero mas aceptables por la mayoria de la sociedad (siguiendo el ejemplo del FMLN o el M-19) y mas congruente con sus demandas democraticas o seguir una lucha que sera larga y desgastante para todos pero que no tiene perspectiva alguna en el terreno politico, mas aun si no goza de las libertades de explotar, para y hacia los medios, una zona franca de control territorial. Los actores estan cambiando en Chiapas, ¨cambiaran tambien los guiones que los rigen? *Director Adjunto de El Nacional .