10 SEC. INF. GRAL. PAG. 6 CINTILLO: "SIEMPRE ME DICEN QUE TODO ESTA BIEN" CABEZA: Sin termiediarios, EZP escucho demandas de grupos indigenas CREDITO: ARTURO ZARATE VITE En la misma mesa, sin intermediarios, para conocer de primera mano los sufrimientos de los indigenas, para comprometerse con ellos. A Elisea, menudita ella, de tez morena igual que todos los suyos, originaria de Hidalgo, le gusto la expresion del Presidente. "Asi es!", dijo al tiempo que asentia con la cabeza y lo miraba fijamente. En el rostro de Arturo Warman, secretario de la Reforma Agraria, quien de pie observaba la escena, se dibujo una leve sonrisa. Carlos Tello, director del Instituto Nacional Indigenista, al lado de Warman, mantuvo su rostro serio. Carlos Rojas Rojas Gutierrez, a la distancia, en una esquina del despacho presidencial, discreto, sentado, no hizo ninguna gesticulacion, solo atento a la platica. El mismo Carlos al que una hora antes no querian dejar pasar al salon de Recepciones, y que cuando finalmente fue reconocido, tuvo el detalle de pedirle a algunos reporteros que entraran primero. Habia terminado ya la reunion con mas de 200 indigenas en el salon de Recepciones. Ahora, seguian las audiencias privadas con dirigentes de grupos etnicos. Carlos Salomon Camara, director de Comunicacion Social de la Presidencia de la Republica, se aseguraba de que hubiera cronistas en este significativo encuentro en el despacho presidencial. Daba indicaciones al camarografo oficial, buscando el mejor angulo. Ahi tambien estaba, como testigo, Liebano Saenz, secretario particular del Presidente de la Republica. Los seis indigenas, del Estado de Mexico, Campeche, Oaxaca, Hidalgo, Chiapas y Nayarit. Solo uno de ellos con su traje tradicional, el nayarita y huichol Macario Matias. Los demas, vestian informalmente. Aguardaban la llegada del mandatario, se miraban entre ellos. Se les notaba cierto nerviosismo. Cruzaban una que otra palabra. David Cabrera, representando a grupos indigenas de Oaxaca, jugueteaba con uno de los lapices que se encontraba sobre la mesa. Funcionarios y reporteros, tambien en la espera, intercambiaban informacion. Breve dialogo Warman platicaba en corto con Carlos Tello, un poco de todo, de lo que les toca hacer en sus respectivas areas, de Yucatan y de Jalisco. CT: Son abrumadoras las demandas de los indigenas y no hay respuesta nuestra. Se van a quejar de la falta de coordinacion. AW: Si... CT: Pero el INI no puede hacer caminos ni aplicar vacunas. AW: Cervera resulto precandidato en Yucatan. CT: Es muy cuate de todos. AW: Si, es muy cuate. CT: Va a ganar si hace buen trabajo...šEl PAN tiene buen candidato? AW: Ana Rosa Payan. CT: Si, ella, la Payan. Minutos antes de las diez de la manana, el Presidente entraba a su despacho. Despues de los saludos, la primera en intervenir era Elisea. Daba lectura a un sintetizado escrito. Hablaba de que los avances de las dependencias que tienen que ver con el campo han sido limitados, por la falta de coordinacion. Una falla que tambien ha repercutido en la efectividad del llamado Procampo, "no esta funcionando como se esperaba". Se escuchaba el suave repiqueteo del reloj de pared anunciando las diez de la manana. Augusto Moreno, de Chiapas, con un sombrero que nunca se quito, era muy breve en su primera intervencion. Parecia el mas nervioso. Resaltaba la capacidad de las comunidades indigenas para administrar los Fondos Regionales. Cabrera, de Oaxaca, que no soltaba el lapiz, expresaba su preocupacion por la falta de alimentos y caminos. Napoleon Lopez, de Campeche, reconocia el apoyo del gobierno pero que no es suficiente. Macario, el que tenia el tono de voz mas bajo, el huichol, pedia apoyo para impulsar la pesca en su comunidad. Nadie les dijo que tenian que decir El presidente Ernesto Zedillo escuchaba. Nadie le decia a los indigenas que tenian que decir ni en que orden decirlo. Tampoco se les indicaba el momento en que tenian que intervenir. Empezaban a compenetrarse en la conversacion, a ignorar a quienes eran mudos testigos. Solo ellos y el Presidente. El chiapaneco tomaba nuevamente la palabra. En ningun momento hizo referencia al conflicto que se vive en su estado ni a la solicitud de licencia de Eduardo Robledo. El indigena en lo suyo. Insistia en las fallas de Procampo, en el burocratismo. "Cuando gestionamos el apoyo de Procampo, por los tramites, llegamos a gastar mas de lo que recibimos". Elisea, la menudita, tambien volvia a intervenir, ahora para plantear el problema de servicio medico en su comunidad. Hay clinica pero faltan doctores y enfermeras. Segundos de silencio. Ya nadie mas hablaba. Algunos de los indigenas se levantaban. El presidente Zedillo los invitaba a ocupar sus lugares. Sabia el primer mandatario que su turno habia llegado, los indigenas ya habian dicho lo que tenian que decir. Ahora lo escucharian. Empezaba por resaltar la importancia de estos encuentros, de escuchar directamente a la gente, de que el quisiera que fuera con todos y cada uno de los mexicanos, pero que el enemigo tiempo lo hace imposible, y por eso la alternativa de hablar con los dirigentes de las organizaciones. "Recibir sus puntos de vista es muy importante para mi, no quiero limitarme a lo que me dicen los funcionarios, de que todo va bien", era el comentario del Presidente que agradaria a los indigenas. Coincidia con ellos en lograr una mejor coordinacion de las instituciones y reconocia que Procampo no va a ser tan bueno si no llega con oportunidad a las comunidades. Subrayaba la importancia de la corresponsabilidad, de trabajar juntos, gobernantes y gobernados, para solucionar los diversos problemas. La audiencia con estos seis indigenas llegaba a su fin, salian del despacho presidencial mientras otro grupo de lideres ingresaba. En total, el presidente Zedillo dialogaria en su despacho, en privado, con 18 indigenas, de diferentes estados del pais. .