9 SEC. INF. GRAL. PAG. 6 CINTILLO: RAZONES CABEZA: El gobierno y el PRI: šen terapia de pareja? CREDITO: JORGE FERNANDEZ MENENDEZ* En Queretaro, como ya habia ocurrido el miercoles pasado en Merida, el presidente, Ernesto Zedillo, aprovecho la oportunidad que le brindaba la celebracion del 5 de febrero, para reafirmar un discurso, una estrategia y una via politica sexenal que ya habia adelantado el 1 de diciembre y que la crisis financiera hizo olvidar en forma dramatica. Resulta paradojico que a poco mas de 60 dias de iniciada la actual administracion, ya sea hora de recordarle a la sociedad hacia donde pretende dirigirse este gobierno, pero no lo es si rememoramos lo traumatica no solo en lo economico sino tambien en lo social y lo politico que resulto la crisis financiera y como ha agudizado otra crisis: la de liderazgos e interlocuciones que vive el sistema politico como un todo. Ahora bien: la crisis no es solo, como dice el diccionario, sinonimo de escollo, peligro, conflicto o aprieto, sino tambien, en las lenguas orientales, la palabra crisis es entendida como oportunidad. En este sentido, es verdad que Zedillo ha comenzado a utilizar el corto periodo de gracia, abierto con la aprobacion del paquete de apoyo financiero, no solo para reiterar su oferta politica sino tambien para profundizarla y perfeccionarla, a la luz de la situacion vivida durante los ultimos dos meses. Y si lo ocurrido tiene una dimension critica (en la doble acepcion referida) para todos los actores politicos, para el PRI la actual coyuntura es especialmente dramatica. El partido en el poder debe proceder a efectuar una reforma acelerada, en un marco de reformas legales que evidentemente le restan poder, y en el que es quizas el peor de sus momentos de las ultimas decadas, cuando esta amenazado por derrotas electorales y por fuertes disensiones internas. No en vano, Ernesto Zedillo ha sido tan enfatico en Queretaro en reafirmar tanto su conviccion de que el PRI tendra el mismo tratamiento que el resto de las fuerzas politicas respecto a la equidad electoral, como su derecho a pertenecer a su partido y a este a apoyar racionalmente su programa de gobierno. Apenas ayer, unas horas despues de ese pronunciamiento, el Presidente se reunio, en un marco distinto a los encuentros anteriores que mantuvo con la dirigencia de su partido, con el CEN priista. Y decimos que no es en vano esa manifestacion de respeto a la ley pero tambien de identificacion politica y partidaria, por dos razones: por una parte, en no pocos sectores priistas se sentia un virtual desamparo ante la decision presidencial de no intervenir en los asuntos partidarios que estaba (esta) siendo utilizada por los sectores opuestos a la reforma del poder y el Estado (esa Nueva Democracia en la que insistio Zedillo el domingo en Queretaro) para tratar de poner al PRI en contra del gobierno; segundo, porque el presidente Zedillo no puede llevar adelante esa reforma sin que su propio partido la asuma. En este sentido, el discurso fue claro: la nueva democracia de la que se habla, no puede erigirse desapareciendo por decreto una fuerza politica ni aniquilando a sus adversarios: en otras palabras, los extremismos deben ser desechados para construir una sociedad realmente democratica. Mas ni el gobierno ni la sociedad se pueden dar el lujo de intentar avanzar en esa nueva democracia sin la participacion del PRI. Pero tambien parece existir un tercer objetivo, mucho mas coyuntural pero unido a los anteriores: el presidente Zedillo debe demostrar su respaldo al PRI ahora, en estos dias, porque vienen epocas muy dificiles para el partido tricolor, donde la sensacion de orfandad politica debera tener el menor espacio posible. Y ello porque el domingo, el PRI puede perder Jalisco y debera, probablemente ese mismo fin de semana, pasar la prueba de la seleccion de candidatos en estados tan complejos como Yucatan y Guanajuato, sin que ello provoque una ruptura interna. El primer desafio es el mas complejo: en Jalisco, el PAN parece estar en mejores condiciones que el PRI para alcanzar el triunfo el proximo domingo. Segun la ultima encuesta de Louis Harris, el blanquiazul podria obtener un 52 por ciento de votos contra un 36 por ciento del PRI. Los sondeos de la Universidad de Guadalajara van en el mismo sentido y esa es una tendencia que se repite desde hace semanas. El PRI ha dado una timida respuesta a esas previsiones: por una parte mostro una encuesta interna, cuya base estadistica resulta muy poco confiable; luego divulgo los resultados de una encuesta de un grupo de economistas de Guadalajara, cuya metodologia no convencio a nadie y, finalmente, su candidato, Eugenio Ruiz Orozco, termino declarando que su partido no cree en las encuestas. Informacion fidedigna, no oficial, demostraria que en realidad, la diferencia entre el PRi y el PAN no es tan amplia como lo demuestran los sondeos de Harris y la UdeG (realizados sobre todo en las areas metropolitanas de la ciudad de Guadalajara, donde estan los baluartes panistas), sino que se trata de una diferencia mucho menor y que ambos partidos podrian quedar casi empatados, mientras el PRD sumaria aproximadamente un seis por ciento de los votos. Si los resultados fueran asi, la tendencia hacia el triunfo blanquiazul seria casi irresistible: el PRI, en una situacion de virtual empate electoral, aunque ganara por una minima diferencia, dificilmente podria sostener la legitimidad de esa victoria. Si es asi, el resultado sera muy doloroso para el PRI por tres razones: primero, porque Ruiz Orozco es candidato (un buen candidato, que ha sufrido un desastroso manejo de imagen de su equipo de campana) como resultado del primer proceso democratico de seleccion interna impulsado por Ernesto Zedillo. Segundo, porque su derrota puede afectar los procesos de seleccion de candidatos en Yucatan y Guanajuato. Por ejemplo, ya han comenzado a oirse voces respecto a que si los sectores tradicionalistas del partido tricolor hubieran obtenido la candidatura (y, por ende, si no hubiera habido eleccion democratica) los resultados serian otros. Tercero y finalmente, porque, de producirse una derrota priista, sera ante el sector mas atrasado del PAN: Alberto Cardenas afirma no ser militante del DHIAC como se aseguro en su momento, aunque evidentemente no es un politico con la madurez de un Jimenez Remus, pero muchos de los militantes del PAN en Jalisco sin duda pertenecen a una derecha cavernaria e integrista que en poco ayudara al verdadero proceso de democratizacion de la vida nacional. Declaraciones como las del candidato panista a alcalde por Guadalajara, Cesar Coll, un catolico integrista que afirma no querer ni siquiera votos de discapacitados, enfermos, feministas, homosexuales o enfermos de sida porque los considera seres "anormales" e "inferiores", no pueden presagiar nada bueno. Se podra argumentar que la sociedad tapatia es muy conservadora y eso en si no tiene nada de malo, pero se olvida que la funcion del Estado no es fomentar el fanatismo y la intolerancia sobre todo en el marco de una sociedad conservadora, sino moderarlos. *Director Adjunto de El Nacional .