SECCION INF. GRAL. PAG. 11 BALAZO: ASAMBLEA CABEZA: Ungimiento por aclamacion y sin sombra de duda CREDITO: FRANCISCO JAVIER MARES šLa mesa de registro? No este el pan ofcial de la campana... y es a cinco la pieza. Ironico y febril, glamoroso y de plazoleta, de tesis y de dogma, en el filo entre el campromiso y la cargada el urgimiento de Vicente Fox Quezada, como candidato de Accion Nacional a la gubernatura del estado. En el ascenso al auditorio, la acostumbrada estampa partidista: banderolas con el emblema y todos de los idolatrados, algunos con ambos y hasta con la imagen de la nostalgia: un sonriente Maquio al reverso de Fox. Con ellos o a la espera, la vendimia de ocasion: tortas, aguas, refrescos, tacos de carnitas; y la mercadotecnia politica que adelanta la estrategia de campana; las calcamonias curan en salud: "A mi no me culpes, yo vote por el PAN", puede leerse al lado de un fragmento signo de pesos. Los cansados metales de la banda de guerra de la llamada "furia gris", acompanan el desfile de los panistas anoninos y los que se asoman a los periodicos, al llegar a la puerta principal. Al cuarto para la doce (en efecto, hora de inicio), la declaracion de apertura, previa entonacion del Himno Nacional y de desliz del maestro de ceremonias que pide se reciba con el mismo saludo la bandera blanquiazul, que escoltan cuatro guapas de saco verde, quepi y falda escocesa. Ausentes las figuras panistas, apenas el senador Luis Felipe Bravo Mena y el segundo del CEN, Felipe Calderon. Y entonces, el glamour: las luces habran de apagarse para dar inicio a la proyeccion de un video con escenas de Fox en campana, en el campo y las zonas marginadas, preferentemente; la ausencia de audio y el alto volumen en la musicalizacion cautivan al auditorio, un murmullo progresa hasta el rango de griteria: al fondo, en el halo de un reflector que reina en el recinto a oscuras, Vicente levanta los brazos para agradecer la ocasion que enmarca su llegada; los desafortunados de las butacas a los extremos l o disfrutan en pantalla, el seguro candidato sufre una deliciosa tardanza en el corredor hasta el estrado. Vicente no deja lugar a dudas: cualquier osado blanquiazul quedaria lejos de siquiera hacerle sombra en la disputa de la candidatura en esa convencion que lo aclama sin recato. En el centro de la atencion, Vicente Fox escucha al lider estatal del PAN, Juan Manuel Oliva lo hace objeto de su alocucion y ambos se juntan en la proyeccion, para solaz de los asistentes. La asamblea concede un respiro a la emotividad; se tiene un solo precandidato, pero hay que llenar las formas. A continuacion: lectura de la plataforma politica, discusion, instalacion de comisiones, escrutinios y otras tareas propias de la intimidad partidista, arrojan a los periodistas a una sala de prensa bien abastecida de cafe y galletas; los menos afortunados deambulan por los pasillos y pagan a desgano cualquier bocadillo en la cafeteria, atendida tambien por militantes del partido anfitrion. Los discursos retornan bajo la formula de "...oradores a favor de los precandidatos"; una dama, estereotipo del ama de casa, lee muy mal su discurso pulcramente escrito; y un hombre de cabello y bigote completamente blancos, presume una envidiable diccion en una voz lejana, al compartir su gusto por el PAN. Son ya las dos y media de la tarde. ...Y en perfecta sincronia, en los momentos en que adentro se disponen a ungir a Vicente Fox como candidato a gobernador, en la puerta del auditorio, en traje gris oxford, apenas a tiempo luego de asistir a Queretaro a la ceremonia conmemorativa de la promulgacion de la Constitucion Federal, aparece el gobernador interino Carlos Medina Plascencia. A Medina lo reciben igual o casi, que a Vicente Fox, y la efervescencia de la convencion panista resurge. Al reclamo de Oliva, Fox protesta como candidato, "delante de ustedes, de mis hijos y de los hijos de todos los guanajuatneses". Pide pues, que sus hijos, cuatro, dos ninas y dos pequenos, lo acompanen en el estrado a la hora de leer su discurso. Los fotografos se regodean a la puerta del sentimiento. El texto de 11 cuartillas se desgrana lento, bien interpretado, en el disfrute de las interrupciones que nada tienen de fingidas, agresivo y en seguida paternal, energico y en el descenso conciliador para los mas de dos mil escuchas incondicionales. La advertencia de que "el enemigo" no tiene la plaza (Guanajuato) "y no debe recuperarla", se ahoga en los globos en azul y blanco que caen de las butacas altas del auditorio. A Fox le sigue un Carlos Medina francamente retador, seguro en la ironia que coquetea con el sarcasmo, ajeno a los titubeos que acompanaban sus primeras incursiones en la politica, juega con la figura de que el estado de Guanajuato es un nino al que el encontro con el panal sucio, y hasta se enfrasca, desde la tribuna, en dialogos con el respetable. Involuntariamente (?), el gobernador se cobra la factura de su toma de posesion en que Vicente Fox le arrebato los aplausos. Medina concluye en medio de la euforia de un panismo que se sabe gobernante y eleva hasta el estruendo su plegaria en busca del convencimiento de que puede seguir ahi. El programa ordena permanecer a la escucha del mensaje del enviado del CEN, pero a las cinco de la tarde el hambre cala hasta al mas convencido militante, y Calderon Hinojosa pierde interlocutores. Una rapidita conferencia de prensa Fox debe ir al cierre de la campana panista en Jalisco, da por terminada la jornada. Como en los estadios de futbol, la compra de "souvenirs" aumenta a la salida del espectaculo, y las estampitas del gobernador presumen su demanda. A fin de cuentas, el ritual ha sido cumplido. .