2 SEC. INF. GRAL. PAG. 2 CINTILLO: CUADERNO DEL SABADO CREDITO: IKRAM ANTAKI* CABEZA: Las transformaciones del saber EL AMOR DE LOS LIBROS: Danielle Sallenave los llamo "el don de los muertos". Ahi estan, amenazados por los periodos de regresion y por el olvido. La incomprension crece con el tiempo. Hemos pasado del libro rollo (volumen) en el siglo IV, al libro cuaderno (codex), y de la gran escritura bella y legible, a la minuscula, menos bella y menos legible, pero mas rapida. Esta fue la revolucion del siglo X bizantino. Estas transformaciones beneficas para el saber han sido ocasion de olvidos (en los textos) y de equivocaciones (en las copias). La imprenta salvadora, que multiplica los ejemplares, tuvo tambien sus reacciones negativas. Transmitir significa desperdiciar. Y, de repente, reaparecen escritos que hemos creido perdidos: por ejemplo, estas 27 cartas de San Agustin, descubiertas en 1981. Ademas, tenemos que contar con las variaciones en los apetitos culturales: tal epoca ama a Juvenal o a Petronio, tal otra prefiere a Ciceron u Ovidio. Y se desplazan los hogares de la cultura: bella leccion contra los chauvinismos instintivos. De Irlanda o de Escocia, los monjes traen la luz al siglo VIII y IX. En principios del siglo XIV, el humanismo laico nace en Padua, centro intelectual estrechamente ligado a Venecia, antes de propagarse en Avinon, gracias a Petrarca, y antes de que, en Venecia de nuevo, el gran Alde Manuce, en el espacio de 20 anos (1494-1515), saque de sus imprentas el tesoro de las letras griegas. Unos siglos llamados groseros, porque eran desconocidos, recobran su brillo. Las primeras enciclopedias alfabeticas fueron obra de la Espana visigoda del siglo VII, con Isidro de Sevilla. En el siglo X, Bizancio los renueva con la "Souda". La filologia clasica, ciencia del estudio de los textos, hace de la Reforma y de la necesidad de poseer una version exacta de los escritos sacros. Los clasicos griegos y latinos han beneficiado de un respeto comparable al de la "El don de los muertos". RELEER, por gusto, el "Apolo Sonoro", de Georges Dumezil. Me ayuda a interrogarme sobre estos textos tan lejanos y tan cercanos, culturas cuyos valores nos son extranos y que lograron plantear cuestiones cuya actualidad nos sorprende. Veo un heroe viajero Hector lejos de los suyos, quien siente la insignificancia de la vida social y la fragilidad de la cultura que la guerra, en un instante, abolece. La guerra siempre ha reducido al individuo a su estado de naturaleza el mas definitivo. Esto es: la muerte. Y veo la precariedad de los valores con los cuales la civilizacion adorna la vida. ¨Que es la cultura? Este conjunto de evidencias banales clavadas en el saber compartido por un tiempo y que solo puede existir con el consentimiento de todos. Oh!, la seduccion de las cuestiones duraderas. Hay que releer a los clasicos. ¨Por que? Tenemos mucho que ganar: para sacudir la confianza infantil que tenemos en la cohesion de nuestra propia cultura, para arruinar las ilusiones que conciernen la solidez de las front eras que protegen nuestro universo civilizado contra las incursiones de la salvajeria natural. Compartimos con los libros de los muertos la finitud que LA HERENCIA: Los enemigos amenazan la herencia. De ahi el papel esencial de los libros: son la sepultura. Sola la sepultura puede salvar el cuerpo, adornandolo con la memoria humana. La sepultura reintroduce aquello que se fue en el orden de las cosas humanas y de lo memorable. Los libros son nuestra mejor parte humana, dan toda su dimension a la precariedad de las cosas, nos recuerdan las preciosas imperfecciones de la vida cotidiana. OVIDIO Y SCHILLER: decian que la vida es grave y el arte alegre. Lo mejor seria restituir a la obra de arte su caracteristica de broma soberana. Esta es una trampa ideologica que aprendi de Thomas Mann, quien cultivaba la ironia enigmatica para impedirse ver la realidad a traves del sarcasmo. HOY, siento una cierta fatiga, por haber a la vez demasiado creido y demasiado dudado. *Antropologa, escritora, autora de El Espiritu de Coordoba .