SECCION CULTURA PAGINA 35 CABEZA: CREDITO: ige a algo natural, el yo que desea sera tambien un yo natural. Para que exista autoconciencia es preciso que el deseo se dirija a algo que supere la realidad; y ese algo solo puede ser el deseo mismo. Asi pues, el deseo es lo que humaniza. El animal se alimenta de cosas naturales, y el hombre se nutre de deseos. La realidad humana es esta conformada por una pluralidad de deseos que mutuamente se desean, aun si de cosas se trata, porque entonces el hombre actua, antes que con el fin de apropiarselas, para someter a otro(s) deseo(s), y hacerse reconocer en su derecho sob re ellas. Si de personas se trata, antes que pretender la posesion del cuerpo ajeno, el hombre quiere ser deseado, reconocido por el otro. Dice Alexandre Kojeve La dialectica de lo real y la idea de la muerte en Hegel que el joven Hegel, Hegel en su mismo periodo mas romantico y vital, llego a pensar que el clivaje mismo entre la naturaleza y lo especificamente humano pudiera estar en el plano del amor. Llego a pensar que el amor, el deseo como deseo de reconocimiento en el amor, era lo que diferenciaba al hombre del animal. Luego cambio de opinion. Y el Hegel maduro, cuando escribio La fenomenologia del espiritu, ya habia sust ituido al amor con la guerra como cimiento mismo de su edificio teorico. Y es que el hombre lo es, conquista su humanidad, cuando su deseo prevalece sobre el instinto de conservacion. Cuando es capaz de arriesgar su vida en busca de reconocimiento. Asi dice Hegel, hablar de autoconciencia es hablar de una lucha en la que se juega la vida, de una lucha por puro prestigio. Al menos deben ser dos los deseos que se enfrenten, y como ambos quieren lo mismo, su lucha no puede ser sino a muerte. Pero si uno muere en la contienda, el deseo de reconocimiento del vencedor no sera satisf echo pues ¨quien lo reconoceria? Los dos deben conservar la vida, siempre y cuando adopten comportamientos distintos. Uno debe ceder, preferir la vida al deseo de reconocimiento y a su vez reconocer al otro, reconocerlo sin ser reconocido. Por su parte, el vencedor deja con vida al vencido (para que lo reconozca), pero lo somete, no lo mata pero destruye su autonomia. Aparecen amo y esclavo. Comienza la historia. Alexandre Kojeve nos aclara por que el filosofo cambio al amor por la guerra. En primer lugar, nos dice, entendio que el reconocimiento amoroso siempre es algo privado; de unos pocos y de uno a uno. El amor es asunto intimo, el reconocimiento que en el amor obtenemos de ninguna manera determina por ser de particular a particular el paso al reconocimiento universal. Esta limitacion, propia de la funcion del deseo en el amor, hizo que Hegel lo desechara como fundamento de su Dialectica. Hay otra razon. Y es la falta de seriedad. El amor no es serio, dice, lo serio es la serie, y el amor cada amor unico e irrepetible hay que inventarlo de uno en uno. Ademas, en el reconocimiento amoroso no se juega uno la vida; en otras palabras: la tragedia es que de amor nadie se muere. Lacan asistio a los cursos que impartio el profesor Kojeve sobre Hegel en la Escuela de Altos Estudios de Paris (publicados por la editorial La Pleyade, Argentina); y su influencia se advierte en lo mucho que el p sicoanalista dijo sobre el amor. Entre otras cosas, que no es que el amor sea imposible; por supuesto que existe, el problema es que no es necesario; aunque aspire (inutilmente) a lo necesario, el amor surge de la contingencia y en ella subsiste. El reconocimiento amoroso, por su enigma hecho de singularidad y notodo, es algo que Lacan articula con las formulas sobre la sexuacion. El amor no se inscribe en lo universal, como tampoco lo femenino ni el psicoanalisis. No es dificil de entender po r que. *Psicoanalista y escritora. .