SECCION CULTURA PAGINA 34 BALAZO: EDITA CAL Y ARENA CABEZA: Publica Roberto Diego Ortega Nacer a cada instante CREDITO: Alejandro Ortiz Gonzalez En algun punto de su Juan de Mairena, Antonio Machado reconforta a aquellos que buscan descifrar en modo alguno que es y que no es poesia, y se coloca en una posicion privilegiada, al sembrar la duda eterna: poesia es aquello que queda luego de quitar lo que no es poesia. Asi las cosas, no es gratuito acercarse al nuevo libro de Roberto Diego Ortega, Nacer a cada instante, con varias preguntas, e intentar, si acaso en un sentido primario, aventurar sus respuestas. Poesia es, en varias direcciones, la concrecion de la memoria y los suenos, pero lo es, quiza mas que otra cosa, por su precisa construccion y exactitud al relatarlos. Pero, ¨que pasa cuando relato se convierte en prosa? ¨Sigue siendo poesia o ha tornado su forma y su intencion a otra latitud literaria? "Mirar de nuevo/ los lentos vestigios del atardecer/ sobre las huellas de los anos", se lee al inicio de Paisaje, primer libro dentro del volumen. La invitacion primera es al recuerdo, a recorrer con el que escribe y con el "mirar la lluvia,/ su liquida silueta/ entre los dias de la memoria". Quien puede aseverar con todas las verdades en la palma de la mano si esto o aquello debe descartarse en beneficio de la esencia; ¨no ha sido esta la falla, el querer reducirlo todo a brotes y destellos de la lengua, en perjuicio de una prosodia mas abierta y limpia? El libro de Ortega, si este fuera su unico camino, peca de cualquier forma de un excesivo embrollamiento. Si no ha querido allanar el camino de sus lectores con la facilidad del verso, tampoco ha logrado ser claro dentro de la espesura. Paisaje es quiza la palabra y la voluntad que mejor encierran la personalidad poetica de su autor. Gran regocijo emanan sus impresiones sobre Diciembre (Interludio): III Diciembre (Interludio) El invierno Se crispa En la escarcha Y un ramaje De alianzas Ateridas se entrega Al yugo De diciembre Y su reinado. Como todo libro, Nacer a cada instante (Cal y Arena) lleva consigo su carga de altibajos necesarios. De algunos pasajes claros y profundamente libres en su intencion por "narrar la travesia", se cae de pronto en una especie de marabunta lingistica, donde no se puede sino correr detras de las palabras sin comprender su sentido total, entre "algunas freneticas escenas" que no permiten el sosiego ni la pausa, tan necesarios en el viaje. Por otra parte, es un completo acierto titular al libro Nacer a cada instante, entresacado de otro de Saint John-Perse "Y tenemos tan poco tiempo/ para nacer en este instante", y lo es por su vocacion de abrir camino en cada nuevo verso, de inaugurar un horizonte en cada linea que se traza. Como todo libro, tambien, suele iniciar a todo vapor, caer un poco, subir de nuevo y rematar con lo mejor. Tal es el caso de La materia y la sombra, que conjunta seis poemas: "De la sombra", "Del insomnio", "Talisman", " Intervalo", "Cambio de piel" y "Envio", todos ellos miembros de una rara expresion sintetica, no por ello corta o breve en sus alcances. "Del insomnio" parece ser la punta mas alta de la construccion: II Del insomnio El fuego se propaga con los vendavales Y la vigilia resuelve su enigma. Cada minuto enciende otro follaje... Es pues, Nacer a cada instante, un alumbramiento ilimitado esa es su mayor virtud, que lo mismo enciende y "hace florecer" la rosa, que la apaga cuando "el fuego se propaga con los vendavales". Lo importante, como escribe Ortega, es que "cada minuto enciende otro follaje". .