GUIA: 2502617 SEC. INF. GRAL. PAG. 8 CABEZA: Democracia sin adjetivos CREDITO: Federico Zertuche G. En 1986, en plena cruda de populismo, estatismo, irresponsabilidad y corrupcion el esclarecedor libro de Enrique Krauze "Por una democracia sin adjetivos" que recopila una serie de ensayos publicados con anterioridad relativos a una propuesta urgente de transito hacia la democracia en nuestro pais, como la unica via posible para la reconciliacion nacional. En su libro, Krauze propone "... el transito hacia una democracia sin adjetivos, que comenzaria por el respeto escrupuloso al voto pero que implica otras cosas: la practica de una tolerancia mas cercana a la atencion de las opiniones ajenas que a la repugnancia hacia ellas; el civilizado ejercicio de una critica en que la imaginacion, la fundamentacion y la logica desplacen a las reacciones viscerales, dogmaticas y autocomplacientes; la consideracion de la verdad y la pluralidad como fines en si mismas; la vigencia atenta y regulada del poder junto a la posibilidad de orientarlo, limitarlo y llamarlo a cuentas; y en fin, la experiencia cotidiana -individual, colectiva, nacional- de labrar el destino propio con el propio esfuerzo". A siete anos de dicho llamado a la conciencia y a la practica democratica en Mexico, su vigencia sigue siendo plena para TODOS los mexicanos: para el gobierno, para el PRI, para los otros partidos politicos y para la sociedad civil en general. En nuestro pais, que practicamente carece de tradicion democratica, todavia se tiene la impresion de que la democracia nos llegara "desde arriba", que es del Estado y mas concretamente, de la Presidencia, de donde nos llegara tan preciado e idealizado bien social y p olitico. A tal grado se tiene esa falsa impresion, (producto, como dice Krauze, de "la supervivencia del arquetipo novohispano en nuestra vida publica"), que Cuauhtemoc Cardenas, candidato a la Presidencia de la Republica, ni mas ni menos, haya senalado que "La suerte del pais se encuentra en las manos de un hombre, de un solo hombre: de Carlos Salinas de Gortari", en referencia a los proximos procesos electorales y a la transicion democratica. Acto seguido, lanzo su temario, irrespetuoso y demagogico ultimatum. Y ciertamente Cuauhtemoc, como Porfirio, (nombres emblematicos en el panteon de la historia), asi como muchos de los izquierdistas disfrazados de democratas que les acompanan en el PRD, responden a esa tradicion autoritaria. El primero, nacido en Los Pinos y miembro "distinguido" de la escindida Familia Revolucionaria, reproduce fielmente el sentido y los objetivos politicos ocultos tras el corporativismo del PRI que disenara el general L. Cardena y que, afotunadamente, la administracion del presidente Sal inas ha empezado a desmantelar. Del segundo, ni hablar, basta recordar su actuacion cuando fue presidente de ese partido, y de los ultimos, el lastre ideologico del marxismo-leninismo que ahora exhiben al justificar la violencia armada como via politica. En un estado de derecho y de libertades politicas, gozan de pleno derecho para expresar, manifestar y proponer esas y otras ideas, aunque lo hagan de manera exclusiva, excluyente y temeraria; pero tambien el resto de la sociedad tenemos el derecho de impugnarlas, criticarlas y exhibirlas como falsas y peligrosas para una convivencia civilizada, pacifica y democratica. Cuauhtemoc quiere vender la idea de que va a ganar las elecciones, que ya es un hecho incontestable (aunque las estadisticas y la tendencia electoral le digan precisamente lo contrario), y que de no ser asi, "ardera el pais". Este temerario chantaje, impropio de un candidato que teoricamente se somete a un proceso electoral y democratico, asi como a la voluntad popular expresada en las urnas, no debe ni puede aceptarse, amen de que tales posturas autoritarias y violentas, que los mexicanos queremos extirpa r de nuestra vida politica, le seran adversas a la hora del voto. Es lamentable tambien que una vez que ha firmado un pacto de civilidad con los otros partidos para garantizar la limpieza de las elecciones de agosto proximo, se desdiga a los pocos dias y quiera cambiar a su antojo las reglas del juego que, por cierto, se nego en el pasado a negociar. Ahora exige, ultimatum de por medio, la apertura del Congreso para un periodo extraordinario con el fin de modificar la Ley Electoral. Por un lado, ¨porque no lo hizo cuando en periodo ordinario se legislo la actual ley?, po r el otro, ¨que garantias se tienen de que si la ley no se confecciona a su antojo abandonara las sesiones y se encaminara, de nueva cuenta, por la senda del chantaje para tratar de descalificar y desprestigiar el proceso electoral en el que, curiosamente, participa como candidato? ¨Es que Cardenas y el PRD juegan a ser democratas solo si las reglas, procedimientos, autoridades y resultados electorales les son favorables?. ¨Como pueden exigir mediante ultimatum y chantaje violentos cambios legislativos cuando en el Congreso estan representadas otras fuerzas politicas que no consideran tal necesidad y que, de paso, representan la mayoria? En un articulo en "La Jornada" (22/II/94), Marco Rascon, activista del PRD y lider de la Asamblea de Barrios (ese grupo de choque que se transforma en turba violenta y provocadora al igual que las Brigadas de Respuesta Rapida de Castro en Cuba y que corrompe la politica convirtiendola en lucha gangsteril), escribio un articulo titulado "La guerra y la paz" en el que citando y acomodando a su favor a Leon Tolstoi y al general y teorico militar prusiano Karl von Clausewitz, quiere enderezar una "teoria" para justificar el alzamiento armado del EZLN como guerra justa. Dice Rascon: Las guerras aunque heroicas y justas son terribles, pero se ha demostrado (sic) lo necesario que han sido para lograr una paz digna, la verdadera". (sic). Desentranemos el asunto. En su obra inacabada y publicada a costa de su vida, "De la Guerra", Clausewitz, senala que "El objetivo de la guerra es la aniquilacion del adversario... no puede haber limites al empleo de la violencia". "La guerra es la continuacion de la politica por otros medios". "La guerra es un todo organico cuyos diversos elementos son inseparables y en el que todas las acciones aisladas deben dirigirse hacia un mismo objetivo y han de ser concebidas por el mismo pensamiento... que solo p uede ser politico". El pensamiento militar de Clausewitz ha ejercido una influencia determinante en la concepcion de la guerra de los teoricos marxistas. Engels y Marx sintieron mucha atraccion por el pragmatismo dinamico de su pensamiento, por la ausencia total de "moralismo burgues" de sus concepciones y por la forma hegeliana de su lenguaje; Lenin lo consideraba el mas destacado filosofo de la guerra. Hizo de su obra un analisis sistematico con el cual formulo la nueva doctrina militar sovietica que asienta los fundamentos de la estrategia y de la guerra revolucionaria, como haria mas tarde Mao Tse-Tung. Nada mas falaz, destructivo e inmoral. La propuesta civilizada es al contrario: la politica es la continuacion de la guerra por otros medios. A lo que habra que anadir que por la accion politica y democratica no se busca "aniquilar al adversario", sino que a traves del "civilizado ejercicio de una critica en la que la imaginacion, la fundamentacion y la logica desplacen a las reacciones viscerales, dogmaticas y autocomplacientes", para volver a citar a Krauze. Esto es lo que les cuesta mucho entender y ace ptar a estos "teoricos" de la guerra como continuacion de la politica, que ven en la revolucion armada el paradigma politico, mientras se disfrazan de democratas por asi convenir a sus intereses en espera del momento anhelado. .