GUIA: 1602615 SEC. INF. GRAL. PAG. 7 CABEZA: MODESTO, E ZAPOTECA QUE QUISIERA SER DIOS CREDITO: SAN PABLO GUELATAO, Oax., 15 de febrero.En la tierra natal del Benemerito, sentado entre los indigenas, en la escalinata de la plaza civica, Luis Donaldo Colosio vio y escucho a Modesto Martinez Hernandez, zapoteca, a punto del llanto. Estaba de pie, con su sombrero puesto, pantalon de mezclilla y camisa a cuadros, de piel marcadamente morena. Hablaba pausadamente para describir la pobreza indigena, con la impotencia de no poder superarla. No mas de 40 anos de edad, le calculamos. Su voz se quebraba: "Quisiera ser Dios, senor, para resolverles sus problemas, pero me es imposible en este momento!" El candidato del PRI no le quitaba la mirada. Tampoco los miles de indigenas que se encontraban en el lugar para hacerse escuchar, para exigir respuestas, hechos y no mas promesas incumplidas. Una realidad lacerante, dolorosa. Relatos que endurecian el rostro del candidato priista. No dejaba de tomar nota. Los indigenas intervenian sin medir el tiempo, se desahogaban, platicaban sus experiencias. Lo mismo zapotecos que mixtecos, mixes que chinantecos, triquis que nahuas. Todos sin excepcion, los 16 grupos etnicos del estado, ahi representados por los lideres naturales. Cada uno con su verdad, con sus palabras de "viva voz". Reclamos era lo que abundaba, en forma oral y por escrito. Cada region de la entidad, antes de concluir la asamblea, le entregaria en un morral sus demandas. Colosio se los llevaria personalmente, los cargaba en el hombro y asi subiria al autobus de campana. En la tierra de Don Benito Juarez, desde ahi lo que parecio ser el ultimo llamado de los indigenas, cansados de las promesas de los candidatos y de las autoridades. "Candidatos han pasado y todavia no vemos que se cumplan nuestras demandas", diria dona Luisa Ortega, maestra bilingue. Detallo sus propias vivencias, como esa del Registro Civil a donde fue a realizar un tramite, pero para que la atendieran tuvieron que pasar mas de dos horas. "Primero a las que llevaban maquillaje y zapatillas. Y eso, agregaria la maestra, que yo se hablar espanol lo que no es el caso de la mayoria de los indigenas. Habia similitud en los relatos. Se repetia la demanda, hechos y no promesas incumplidas. Modesto Martinez a punto del llanto. Su intervencion era dramatica, a mas de uno le hacia un nudo en la garganta. Era escuchado en silencio. No habia viento ni se movian las hojas de los arboles. Colosio no le quitaba la mirada. Los invitados especiales, atentos, sentados comodamente, en la sombra, en uno de los balcones del centro administrativo del pueblo. Ahi la senadora Idolina Moguel, aunque ella no aparecia en la lista de invitados que se entrego a los medios de comunicacion. La senadora que hace seis anos tuvo que hacer campana por esos mismos lugares y comprometerse con los indigenas. Otra vez, de nueva cuenta en Guelatao, en este pequeno pueblo de aproximadamente quinientos habitantes. Historico porque aqui nacio ese pastorcillo humilde que llego a convertirse en el presidente de Mexico. Al lado de la senadora, la diputada Irma Pineiro y el ex diputado Jose Murat Casab, Modesto Seara Vazquez y Gerardo Pandal Graff. El ausente, el que hace poco fue candidato a gobernador y ahora despacha como gobernador, Diodoro Carrasco, que se sumaba a la lista de los candidatos de los indigenas, de los que todavia no han cumplido sus promesas, como insistiria dona Guadalupe. "Ya estamos cansados de promesas incumplidas", reiteraria. Por eso el discurso dramatico del zapoteca Modesto Martinez. Por eso a punto de llanto, pero sin perder la dignidad. De frente al candidato del PRI a la presidencia de la republica. "Quiero manifestarle que nosotros no somos limosneros, senor. No queremos que nos den pescado para un dia o para un rato. Queremos anzuelo, queremos asesoria para poder seguir pescando y mantenernos, senor". En voz de Modesto, el ultimo llamado de los indigenas oaxaquenos: "estamos cansados de tantas promesas. No queremos seguir viviendo de promesas, sino de hechos y realidades". Los indigenas le pedirian al candidato priista, a Luis Donaldo Colosio, ayuda para abrir nuevos caminos, para instalar telefonos en las regiones apartadas, mas escuelas, mejor educacion, terminar con la desigualdad y la discriminacion, creditos blandos, trato de humanos, autoridades con vocacion de servicio. Luis Donaldo Colosio habia llegado 20 minutos antes de lo programado. La media docena de bandas que se encontraban en este sitio tocarian al mismo tiempo la Diana para darle la bienvenida. Firmaria el libro de visitantes distinguidos. "Rindo homenaje a Benito Juarez en este febrero de 1994, cuando lo que los mexicanos queremos es cosechas y no violencia, dialogo en vez de enfrentamiento y vida en lugar de muerte". .