PAG. 10 SECCION: Cultura CINTILLO: Una de dos noches, duerme en calma diferente CABEZA: 24 horas en la vida de Salman Rushdie Solo con dos guardaespaldas y su computadora, confinado todo el dia, pero nunca seguro de domir en la misma cama que la noche anterior. Su principal vinculo con el mundo exterior: el telefono. 9:00 horas. En una casa, en alguna parte de Inglaterra, Salman Rushdie se despierta. Durante los cinco primeros meses de su cautiverio, ha vivido en 56 habitaciones. Aun actualmente le llega a suceder que una de dos noches duerme en una cama diferente. Ironia del destino: debido a su calidad de ciudadano sin domicilio fijo se le ha retirado su credencial de elector... Una tasa de cafe, la lista de las compras para sus guardaespaldas (muchos precongelados que el mismo cocina) y las noticias del dia: el escritor comienza sus jornadas como millones de personas. Sorbe su cafe, hojea los diarios britanicos The Independent, Guardian y Times, comenzando por las paginas de deportes. 10:30 horas Salman Rushdie se sienta a su mesa de trabajo. Antes de la fatwa para el no habia mas que su vieja maquina de escribir. Desde entonces, ha aprendido a utilizar una computadora (y juegos de Nintendo que maneja con destreza). Cuando no esta escribiendo un articulo para la prensa o su correspondencia, Rushdie trabaja en su proxima novela, The Moons Las Sight. Una ficcion que se desarrolla en Granada durante la expulsion de la Moros en 1492 y que se propone terminar de aqui a un ano. A su lado los objetos mas preciados: un mapa de la India antes de su division grabado sobre un pequeno bloque de plata que un amigo de su padre le obsequio al dia siguiente de su nacimiento, y una pintura haitiana regalo de un amigo. Dos totems a los cuales se agrega, en cada mudanza, su Macintosh y una bicicleta de departamento, ya que el escritor sale poco, a pesar de su deseo de ser considerado como una persona tanto como una causa. De vez en cuando visita de improviso amigos. Con motivo de un casamiento, de un cumpleanos, de una reunion o simplemente para cenar. En este caso sus angeles de la guarda cierran cuidadosamente las cortinas e inspeccionan de arriba a abajo la casa de sus anfitriones. En cinco anos, solo ha ido de compras una vez, para procurarse ropa. A pesar de esta existencia confinada que, junto con la ansiedad que le provoca su condicion, lo ha vuelto asmatico, el escritor goza de buena salud. Cuando tuvo que ir al hospital a que le sacaran las muelas del juicio, fue un verdadero quebradero de cabeza para Scotland Yard. 13:00 horas. Salman Rushdie come solo, bajo la mirada de sus dos guardaespaldas, su unica compania. Frecuentemente relevados, estos tiradores de elite, que se vuelven cada vez mas sus amigos, no lo sueltan ni un momento y lo llaman, por prudencia, s personales. 14:30 horas. Regreso a la mesa de trabajo. Posicion sentada. Los zapatos del escritor desesperadamente nuevos, la inmovilidad le pesa. Le gustaria mas que nada vagabundear por la calle, ir al cine, entrar de repente en una libreria. El unico remedio contra este enclaustramiento forzado: la disciplina de vida que se impone y su trabajo de escritor. Desde el 14 de febrero de 1989 ha publicado dos libros: un cuento para ninos dedicado a su hijo, Haroun y el mar de historias, y un compilacion de articulos literarios, cinematrograficos y politicos publicados en la prensa britanica de 1980 a 1990, Patrias imaginarias. 21:00 horas. Las noches de Salman Rushdie son largas... Nadie sabe donde reside, con excepcion de la policia. Nadie puede llamarlo. Ni su agente literario, ni sus amigos escritores, editores, y dramaturgos, Harold Pinter, Antonia Fraser, Fay Weldon o Bill Buford. Ni su madre que vive en Pakistan, ni sus tres hermanas, de las cuales una vive en Inglaterra, ni sus dos exmujeres. Ni siquiera su hijo unico de 15 anos. Desde la fatwa, Salman Rushdie es un apasionado del telefono. El, que solo llamaba para arreglar asu ntos o hacer citas, puede permanecer durante horas al telefono. A veces sus interlocutores no dan credito y le piden que pruebe que realmente es Salman Rushdie, que no escucha jamas la radio, lee a Amitav, Gosh, Philip Roth, Anita Desai, Nadine Gordimer... Mira la television o videos. Al escritor le encanta el futbol, pero solo una vez pudo asistir a la victoria de su equipo favorito en un estadio cuyo nombre no puede mencionar. Antes de acostarse, el escritor que nunca habia pensado dedicarse al relato aut obiografico, consigna todos sus hechos y gestos. Desde el 14 de febrero de 1989 lleva su diario. Cinco anos de reflexiones, de secuelas, de fatwa y de secretos diplomaticos que no podra publicar sino una vez que haya sido liberado... Traduccion de Mara Hernandez Tomado de Lire, febrero de 1994 .