SECCION: CULTURA PAG. 13 CINTILLO: LA OTRA EUROPA CABEZA: Triptico de Praga/III y final CREDITO: Hector Orestes Aguilar Fue en el exilio americano —al que llego de manera semejante a la de Alma Mahler, Franz Werfel y tantos otros artistas y escritores centroeuropeos que renovaron la industria cinematografica y la cultura en Estados Unidos— donde Johannes Urzidil se impuso el enorme y complicado ejercicio de memoria que supone la escritura de su Triptico de Praga. La suya es una nostalgia desgarrada no solo por la mera melancolia y el dolor propio de los recuerdos sino que anade las radicales contradicciones de una biografia que, por lo demas, resulta casi un prototipo de las historias de vida de los escritores checos en lengua alemana de la generacion de cambio de siglo. Urzidil nacio en 1896 en Praga, en una familia que filtraba en su seno los delirantes contrastes que marcaron los ultimos anos de vida de la monarquia habsburguica. El padre era un inventor de ascendencia bohemia casado practicamente a la fuerza con una judia que de su primer matrimonio tenia siete hijos. El octavo —y razon de los esponsales— fue Johannes, que quedo huerfano a los cuatro anos. A pesar de que el padre era nacionalista progermano fiel al emperador, se unio en segundas nupcias con una checa; e ra catolico, pero nunca visito la iglesia. El poeta es un historiador de sus visiones eras. Urzidil comenzo a publicar poemas a los 17 anos bajo el seudonimo Hans Elmar en el diario Prager Tagblatt. Su precocidad y luego su cercania a Franz Janowitz lo aproximaron al gran grupo de escritores que departian en el Cafe Arco, casa informal del Circulo Literario de Praga: Max Brod, Franz Kafka, Franz Werfel y Egon Erwin Kisch. Al comenzar sus estudios de Germanistica, Eslavistica e Historia del Arte, Urzidil tuvo que confrontar la experiencia decisiva de su generacion: el principio de la Gran Guerra, y como casi todos sus companeros de ruta, concibio a proposito una obra de largo aliento: un Urzidil atraveso los callejones del expresionismo literario de manera modesta y reconocido mas como narrador que como autor de versos. En sus relatos expresionistas, que hoy conservan el interes de piezas de museo literario, esta ya la sustancia central del Triptico de Praga: la capacidad, la sensibilidad para recuperar ambientes perdidos, fantasticos, secretos. Weissentein Karl, personaje del Triptico y que en realidad fue solo un contertulio de los expresionistas praguenses a principios de s iglo, es reconstruido por Urzidil como un escritor protagonico que mira hacia su pasado y ve con fascinacion la magia de la Praga de su juventud, floreciente cuna de revistas y grupos literarios, albergue de una modernidad excentrica en todos los registros de la vida. A traves de este personaje —que no deja de ser chocarronamente su alter ego— Urzidil ha dejado la mejor semblanza de si mismo: una voz que mira su pasado con ironia y ternura. .