seccion inf. gral. Pag. 1a.-1a. cabeza: Economia sumario: Gasto publico; efectividad Nuevas concepciones credito: Clemente Ruiz Duran La presentacion del presidente Clinton de su propuesta presupuestal para 1995, ha resultado ser sorpresa para propios y extranos, puesto que plantea la eliminacion de 115 programas y una reduccion de 118 mil empleos publicos. Sin embargo, argumenta la administracion estadounidense que esto permitira alcanzar un crecimiento de 3 por ciento de la economia, una reduccion del desempleo y un aumento en los servicios sociales de la poblacion. Todo esto trae al centro de la discusion ¨cual debe ser el monto del g asto que tiene que tener un gobierno, y que tan grande debe ser el aparato burocratico para lograr los objetivos presupuestales? No es una respuesta sencilla, pero indudablemente que plantea un punto de reflexion importante para las economias de finales de siglo. Esta no es una discusion nueva, puesto que uno de los grandes temas de debate del siglo XX ha sido el papel que debe jugar el Estado en la economia, y dentro de ella un punto toral ha sido el tamano que debe tener el gasto publico para lograr los objetivos que persigue. Un elemento que queda claro de la experiencia historica es que no existe una definicion unica y que tampoco el tamano del gasto significa mucha o poca intervencion del estado en la economia, sino diferentes modalidades de la misma participac ion estatal. Asi, tenemos que una fuerte intervencion estatal se da en Japon con un gasto publico de alrededor de 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y de igual forma encontramos un Estado fuerte en Suecia con un gasto que representa casi 50 por ciento del PIB. Esto muestra diferentes modalidades de intervencion, en ambos casos con una organizacion de tipo corporativo, pero con diferencias en los esquemas de acceso. Situaciones similares encontramos entre los paises en desarrollo, siendo menor e l gasto en paises como Corea del Sur, 17 por ciento del PIB, en tanto en Brasil el gasto alcanza 35 por ciento. En estos diferentes casos se observa que existe un proposito comun de guiar a la economia y proporcionar un mayor nivel de bienestar a su poblacion. La clave en el exito o fracaso de estos esquemas parece depender de la forma como se estructura el diseno del presupuesto y de los canales de ejercicio del mismo. Sobre el primer punto queda claro que es sumamente importante la orientacion que tiene el presupuesto, en terminos de si este responde a una vision ciudadana (a pesar de que lo realice un Estado corporativo) o a visiones corporativas. En este caso se puede pensar en una oferta publica de orientacion ciudadana de los servicios basicos, y con ello tener una cobertura de igual calidad y con acceso para todo mundo, en vez de pensar que solo unos cuantos tengan acceso o las calidades de los servicios sean difere nciados. Es decir, pensar en el bienestar generalizado implica que el Estado ejerza su gasto de manera ciudadana, de lo contrario de entrada crea desigualdades que tienden a retroalimentarse al enfrentarse al mercado, dijeramos que las presiones corporativas en la elaboracion del presupuesto encuentran una reproduccion social. A lo anterior se puede sumar el concepto de ejercicio presupuestal, en este caso depende de la organizacion interinstitucional, en donde se pueden crear grandes aparatos que en vez de contribuir al ejercicio del mismo, lo bloquean o lo hacen ineficiente. Bajo esta perspectiva se puede hablar claramente del peso burocratico del Estado, que puede bloquear el ejercicio de gasto, o en su caso impedir que llegue a su destino. Todo esto habla de reorganizaciones estrategicas de los diferentes aparatos estatales q ue permitan un ejercicio transparente y adecuado del gasto publico. De lo contrario se encuentra la poblacion frente a un Estado que puede presentar grandes cifras de gasto publico, pero que en la practica no se ejerce, o no cumple con el proposito para el que fue creado. Es decir, se requiere tener un aparato adecuado pero eficiente y comprometido con la sociedad y no con los propositos de una burocracia que distorsiona la funcion del Estado. Estos elementos hacen pensar que el reordenamiento del presupuesto estatal en Estados Unidos orienta su reforma de acuerdo al ultimo punto que tocamos, es decir, una revision de los aparatos del Estado con el fin de hacer mas efectivo el ejercicio del gasto publico, con el fin de dotar de mayor bienestar social a su poblacion. Interesante reflexion que debieramos tener presente en la discusion presupuestal mexicana  .