guia: 0801630 seccion: Inf. Gral. pag. 14 cabeza: Hablar del 68 credito: Hector Ramirez Cuellar En las ultimas semanas, el conflicto politico estudiantil de 1968 se complico mas en su proposito analitico ya que, co- mo era de esperarse, se presentaron dos posiciones diametralmente opuestas. La del gobierno, por conducto de los secretarios de Gobernacion y Defensa Nacional desligando al poder publico de toda responsabilidad al grado de afirmar que los soldados en la Plaza de las Tres Culturas, al disparar, solo estaban incurriendo en legitima defensa y la otra, de la Comision de la Verdad que ofrecio un informe final que solo ratifico una interpretacion de los hechos que siempre estuvo en boga en el campo de la izquierda. Mientras persistan esas posturas antagonicas e irreconciliables, que divide a los participantes entre los culpables y las victimas, no se podra avanzar en un estudio a fondo de lo que sucedio entre los meses de julio a octubre de 1968 en la ciudad de Mexico y por lo tanto, estaremos lejos de una comprension cabal de esa pagina de la historia politica del Mexico moderno que estuvo a punto de provocar un grave quebrantamiento de la estabilidad politica nacional pues al actuar las fuerzas armadas de una manera regular y constante fuera de sus cuarteles para reprimir a los estudiantes y a otros sectores, se estuvo, desde luego, al borde de un cuartelazo. Mucho se ha especulado sobre los principales responsables de la matanza de Tlatelolco. El gobierno afirma que solo actuo en legitima defensa repeliendo las acciones de provocadores infiltrados que, naturalmente, no identifico, mientras la Comision de la Verdad considero que fue una masacre planificada y calculada para aplastar a sangre y fuego al movimiento estudiantil. Al respecto debemos convenir que ya para el 2 de octubre la mayor parte de las demandas del Consejo Nacional de Huelga se habian cumplido y la inconformidad estudiantil iba en franco descenso por lo que ya no representaban las manifestaciones populares ningun peligro. La fase mas intensa y aguda del conflicto ya habia pasado por lo que, en rigor, el mitin de la Plaza de las Tres Culturas ya no se justificaba desde el punto de vista tactico. Sin embargo, los elementos de la linea dura, los izquierdistas a ultranza fueron los que impulsaron la idea de que ese acto se hiciera, no obstante que habia el serio peligro de que estallaran graves disturbios sobre todo de parte de quienes siempre trataron de transformar el movimiento estudiantil en un antagonismo abierto y declarado contra el poder publico, a efecto de provocar una seria crisis politica y la renuncia del propio Presidente de la Republica. El informe de la Comision de la Verdad adolece de muchas incongruencias y de ausencias notables, entre ellas las siguientes: no analiza a las distintas fuerzas politicas nacionales, gubernamentales y antigubernamentales, que actuaron y que participaron desde un principio no para que el problema se resolviera, como habia ocurrido en el pasado, ya que habia sido provocado por un incidente menor, sino precisamente, para que no se superara y por el contrario, se agravara hasta convertirse en un conflicto politico de grandes dimensiones. Es indudable que dentro del regimen que presidia Gustavo Diaz Ordaz habia grupos que estaban descontentos con su administracion y que atizaron la hoguera para provocar la caida del Jefe del Ejecutivo y desde luego, tambien actuaron grupos de provocadores y agentes de distintas corporaciones policiacas, desde la Direccion Federal de Seguridad hasta Inteligencia Militar, que abonaron tambien el terreno para que la inconformidad estudiantil rebasara los canales tradicionales.