SECCION: CULTURA PAG. 11 CINTILLO: CABEZA: Intimo desconcierto CREDITO: Patricia Morales ones -mis hermanos elegidos- desde hace ya muchisimos anos, otros son mas recientes pero igual, estoy cierta de que la nuestra es verdadera amistad. Casi siempre intuimos hacia donde va un encuentro -amistad, amor, amasiato, companerismo profesional- y si queremos mantener viva esa relacion, somos capaces de conducirla a su ritmo. Hay veces, sin embargo, que en lugar de despejarse todo se complica, y con el tiempo lo que nos invade es un intimo desconcierto: ¨que sentimos?, ¨que queremos?, ¨como es esa persona en realidad?. No podemos vivir ni sin ella ni con ella, la necesitamos tanto como nos irrita; no atinamos a darle su lugar en los dias y afectos, no le hallamos acomodo en nuestros proyectos. La tension entre bienestar y desazon se hace insoportable y tenemos el riesgo de la ruptura. Lo que nos une, ¨quiere ser una amistad? -podemos hablar-, pero no nos otorga su calidez. Reconocemos entonces la inquietante accion del deseo fisico, pero este tampoco se expresa y fluye como debiera, no por razones ajenas sino unas intrinsecas a dinamica misma de la relacion. Eros no parece buscar su satisfaccion. Es erratico, evasivo, fragil, violento; y enigmatico. Su objeto es contingente. No sabemos a ciencia cierta que lo provoca o apaga; no hay palabras que lo atrapen. Solo tenemos la experiencia, distinta en cada caso. De pronto nos asalta, y sin saber por que nos sentimos habitados por una irresistible fuerza. Ansiamos la cercania de alguien, y su presencia nos aturde, hace perder la compostura y lo sabemos, nos volvemos torpes sin poder evitarlo. Gozosa herida es Eros; capaz de hacernos perder el sentido de los limites, todo lo justifica. Una vez que se presenta con nombre y apellido, el deseo nos sacude, tenaz y atroz nos abruma; reina el desorden y la duda sobre la anhelada reciprocidad. Impulso sentido en la sangre, nos impide la claridad de pensamiento. Y aun asi, siendo luz y oscuridad, todos lo anhelamos. Sentirlo es un milagro que no ocurre todos los dias. El amor es intento, no siempre ni todo el tiempo exitoso, de detener su vertigo, darle rumbo y cauces, de lograr serenidad sin perderlo. El erotismo, y no existe genuino amor sin el, irrumpe en nuestra cotidianidad para alterarla, nos hace trizas esquemas que creimos solidos. Es vida y energia lo que nos ofrece. De ahi que siempre exista la tentacion a abrazarlo aun a sabiendas del riesgo. Porque suele suceder que un buen dia, asi como subito aparecio, se esfume sin saber por que. Y despertemos con la certeza de que Eros nos abandono, de que el dios ya no nos protege. Lamentamos su partida, pero nada pode-mos hacer para evitarla. A vece s nos deja, dulce y palido recuerdo, un amor o una amistad cierta. Consistentes y valiosos en si mismos -necesarios incluso-, pero ya otra cosa. Alberoni, que no siendo un autor profundo es interesante por su afan de claridad, dice que el erotismo esta presente en el enamoramiento, el amasiato, la amistad erotica y el idilio, pero que su gran continente es el amor. Y asegura que el nacido de la amistad es el mas estable y maduro, porque a la solidaridad preexistente se suma el interludio luminoso del placer fisico, una forma de conocimiento que se adquiere con el cuerpo. El amor exige enamorarse de la misma persona una y otra vez; es lealtad, depend encia en la reciproca libertad, dice. Mira hacia el futuro. Este autor no nos perturba. Dentro de la confusion que prevalece en el erotismo, nos hace pensar que hay espacio para su comprension, margenes donde el ejercicio de la voluntad es posible. A mi me deja la impresion de que ignora algo esencial del erotismo, o bien de que ese algo se le quedo, inevitablemente, en el tintero. .