seccion inf. gral. guia: Chiapas: nuevos Pag. 1-1 balazo: Debete cabeza: Chiapas: nuevos acuerdos sociales credito: Rocio Huerta El surgimiento del autodenominado "Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional" y los lamentables acontecimientos de sublevaciones ocurridas en diversas poblaciones de Chiapas, donde segun informes de la prensa hay por lo menos 100 muertos, obligan a una reflexion colectiva y a la busqueda de nuevos compromisos sociales y politicos en nuestro pais, particularmente en aquellas regiones en donde la pobreza extrema abarca a practicamente toda la poblacion. La construccion de justicia social, del marco de oportunidades economicas y sociales para numerosos sectores de nuestro pais, ha tenido avances, pero en algunas regiones estos son muy limitados, y en otras, como Chiapas, son tan recientes que no han logrado modificar en el corto plazo la realidad de pobreza y marginacion de sectores importantes de su poblacion. Los cambios en el modelo economico que en nuestro pais se vienen dando desde 1982, si bien han permitido la modernizacion de sectores importantes de la planta productiva, el crecimiento de la inversion, la creacion de empleos y con ello el que miles de mexicanos puedan tener acceso a minimos de bienestar, asi como tambien el que nuestro pais este inmerso ya en un proceso de globalizacion que crea las condiciones para que la economia mexicana crezca con fortaleza propia y no como una variable dependiente de la fuerza estatal, son sin lugar a dudas hechos que no podemos desconocer, pero tambien y junto a ello, es evidente que han quedado marginadas de un avance sustancial amplias zonas de la Republica Mexicana, en las que los limitados esfuerzos del gobierno federal no han logrado remontar los rezagos sociales, casicazgos y violaciones a la dignidad humana todavia existentes. El combate a la pobreza, si bien ha sido uno de los puntos de la agenda gubernamental desde hace anos, no ha tenido ni la magnitud, ni la profundidad necesarias para construir realidades esencialmente diferentes para miles de mexicanos en decadas politicas insuficientes y erraticas como el populismo demagogico, corrupcion, negligencia y caciquismos propios del siglo pasado, asi como politicas de modernizacion que han excluido a muchos desposeidos, muestran sus consecuencias en diversas regiones. Siendo este uno de los problemas fundamentales de nuestro pais, resulta preocupante el que hoy resurjan en algunas poblaciones del pais grupos guerrilleros que diciendo tener como objetivos el nombramiento "libre y democratico" de las autoridades y el combate a la pobreza, entre otras cuestiones, definan medios violentos y no legales para lograrlo. Sin pretender descubrir el hilo negro, es necesario reiterar que llamar a la lucha armada como medio "eficaz" para alcanzar "democracia, justicia social", respeto a los derechos humanos, es y ha sido a estas alturas de la experiencia mundial, y particularmente de America Latina, un verdadero contrasentido, que atenta en primer lugar contra los que menos tienen. Prometer el cambio radical, a partir de la lucha armada, puede sin lugar a dudas atraer a mexicanos desesperados por la miseria y vejaciones en las que han vivido, pero no garantiza ni ha garantizado el cumplimiento de los objetivos anteriormente senalados. Por el contrario, es el mejor medio de exponer a indigenas ingenuos a la muerte, por parte de grupos que no alcanzan a entender que los cambios solidos hacia el desarrollo y la democracia no se pueden dar a traves de las confrontaciones violentas y golpes "espectaculares", sino de la construccion de acuerdos y entramados sociales, que si bien tienen como antecedente la lucha politica de grupos, ciudadanos o partidos politicos, estos, para que fortalezcan a la sociedad, deben darse como resultado de la voluntad socialmente construida. Las experiencias de luchas en los mas diversos paises han demostrado que los fines de justicia social y democracia no pueden construirse con medios no democraticos, exponiendo a los ciudadanos a la muerte. No. Para construir sociedades democraticas se requiere insistir en el desarrollo de todos los medios democraticos al alcance de los individuos y de las instituciones politicas. Vencer el despotismo solo ha sido posible ahi donde las fuerzas sociales han armado compromisos y conductas que permean al grueso de la actividad social, lo que sin lugar a dudas no es un trabajo sencillo, pero si el que a la larga consolida avances reales. La insistencia de diversos sectores de la sociedad para que las fuerzas politicas de Mexico protagonicen, mas alla de divergencias ideologicas, politicas o de mero interes de poder, acuerdos tanto electorales, como programas sociales, de busqueda de equidad, seguridad del ciudadano y respeto a sus derechos humanos, debe ser retomada por los actores principales de la vida politica. Tanto las actitudes que, de una parte, minimizan la critica constructiva a las politicas del gobierno, como aquellas que suponen poder resolver magicamente todos los problemas de Mexico con su llegada al poder, no son utiles en la gran tarea de involucrar corresponsablemente a todos los que estan interesados en fortalecer a nuestro pais. El conflicto, por si mismo, no es ni ha sido garantia de avance real, mucho menos manejado al margen de los mecanismos legales. Para lo que ha servido en muchas ocasiones es de medio de resolucion de contradicciones y ambiciones de poder en sectores del grupo gobernante, muy al margen del interes popular. Las ultimas revoluciones populares en America Latina, la propia Revolucion Mexicana, nos demuestran que muy a pesar de las vidas que se sacrificaron en esos procesos, los avances reales en las condiciones de vida de los ciudadanos solo mejoran lentamente, mas como producto del fortalecimiento de las estructuras economicas y politicas y de la suma de esfuerzos y voluntades, y menos como producto de las revueltas. Los cambios legislativos que han devenido de ellas, que han sido los logros mas importantes, si bien han introducido concepciones de reconocimiento a los derechos sociales, humanos y politicos de los individuos, requieren largos procesos de maduracion para poder materializarse, sin que haya estados de solucion final. La justicia en el procedimiento es uno de los aspectos mas dificiles de construir, porque implica edificar practicas nuevas de manera cotidiana, lo que no solo se logra por decretos sino por compromisos de instituciones y ciudadanos. En los antiguos paises socialistas los logros en materia de salud, educacion, y otros aspectos sociales, fueron en mucho a costa de la perdida de libertad individual, y hoy han demostrado sus limitaciones para que, alcanzado determinado nivel, puedan continuar su desarrollo. Mas bien han logrado minimos de bienestar material a costa de grandes rezagos en la construccion democratica de las estructuras estatales, a costa de mucha represion, y de poner limites a la posibilidad del crecimiento de sus bases economicas. Estas carencias no son cuestiones ya superadas en nuestro pais; por el contrario muchas de ellas estan presentes, mas aun en las zonas de gran presencia de grupos indigenas. Discutir las vias o los caminos para lograr avanzar en la superacion de esos problemas de manera concreta, es algo que hace mucha falta desarrollar, desde aspectos tecnicos y de organizacion, hasta la superacion de inercias sociales, asi como la falta de compromiso con los que menos tienen de parte de los mejor situados en la escala de ingresos economicos, pero para que los esfuerzos que se hagan en ese sentido ayuden a la construccion de practicas nuevas, deben darse en el marco del desarrollo y fortalecimiento de una nueva institucionalidad que fortalezca la presencia ciudadana y el respeto por la pluralidad politica y social. Es necesario que, como parte de la respuesta inmediata al conflicto en esa zona, se amplien y profundicen los programas sociales, pero es necesario tambien un compromiso explicito para combatir la violacion de los derechos humanos y el caciquismo en la region. Esclarecer tantas muertes de campesinos, esten o no involucradas autoridades locales, ex gobernadores o funcionarios, es una cuestion fundamental. Insistir, por parte de los miembros del movimiento "zapatista", en la lucha armada, preocupa y entristece, porque el saldo final de la aventura creemos no es dificil imaginar. El pueblo requiere lideres comprometidos con sus causas y una de ellas es la paz social. No se puede combatir a la pobreza en un clima de inestabilidad. Por ello, nos sumamos a las voces que piden una salida politica al conflicto, que hacen un llamado al grupo guerrillero para que deponga su actitud, de tal manera que se detenga la muerte inutil de mexicanos. Nadie con un compromiso por el desarrollo democratico de Mexico, puede apostarse a los conflictos, en aras de sacar ventajas mezquinas de ellos. 1994 reclama, antes que nada, esfuerzos por el acuerdo, como medio para lograr una gran y activa participacion social en las proximas elecciones. Se equivocan aquellos irresponsables que coqueteando con formas de lucha violentas piensan fortalecer sus posiciones. Nuestra apuesta ante la mala experiencia chiapaneca y el futuro de Mexico debe ser de consolidar los escenarios que permitan una mejor calidad de vida a los indigenas, de los peor situados, y una coexistencia pacifica de los mexicanos os que permitan una mejor calidad de .