SECCION: ESPECTACULOS PAGINA: 8 CINTILLO: DEL CONTINENTE DEL TEATRO CABEZA: BECKETT, OBSESIVO INVESTIGADOR DEL LENGUAJE CREDITO: Bruno Bert Este hombre, que para esas fechas ya habia escrito una parte considerable de su obra, era aun practicamente desconocido; pero tenia un antecedente no casual que influiria en todo su trabajo: habia sido secretario de un compatriota suyo que indudablemente es nombre capital entre los mas grandes literatos de este siglo. Me refiero, claro, a James Joyce, el genial creador de ese enorme monumento que es el Ulises. Y como el, Beckett era un investigador obsesivo del lenguaje, hecho que justamente concuerda como una de las caracteristicas fundamentales de la escuela vanguardista en la que Esperando a Godot venia a inscribirse. Ni que decir que la puesta (a cargo de Roger Blin) fue un exito rotundo con consecuencias trascendentes para el teatro contemporaneo. Y lo mismo sucedio en Broadway, cuando tres anos mas tarde llego precedida de una fama que la excluia de cualquier posibilidad de fracaso, asi fuera por el esnobismo de los espectadores frente a textos tan intrincados o porque trabajaba el famoso Bert Lahr en el papel de Estragon. Estos cuarenta anos que ahora recordamos son muy pocos para aureolar de impecabilidad esa obra (aunque vocacion de clasico no le falta); y al mismo tiempo son infinitos en relacion con la actualidad, ese punto de fuga que siempre se distancia a velocidades vertiginosas de lo que apenas ayer interesaba. Y sin embargo ese texto resiste solidamente una lectura actualizada, y seria mas que interesante que un director de talento se atreviera a arrojar de nuevo a Estragon y Vladimir al ruedo de un escenario mexic ano. Digamos que Esperando a Godot es como un pequeno universo autosuficiente, capaz de contener los germenes de todo aquello que los mismos espectadores portan en si, en la soledad insalvable de sus ultimas frustraciones. De alli la posibilidad de leer en la obra multiples significaciones contradictorias y sin embargo congruentes desde la perspectiva individual del que realiza el analisis o comentario critico. Y esto aun contradiciendo los componentes basicos que recorren toda la obra de Beckett en escritos tan to anteriores como posteriores a Godot. No de otra manera podria encontrarse en esta obra un canto a la esperanza y a la solidaridad -como importantes criticos lo han hecho- o incluso a una revision profunda del cristianismo desde una arraigada sensibilidad de creyente, como tambien lo han manifestado en su momento otros analistas. Mi opinion es exactamente la contraria, ya que el nihilismo de Beckett es sumamente evidente tanto en esta como en otras obras; pero poder ver fe donde el descreimiento es bander a y solidaridad humana donde el pesimismo se implanta con profundas raices, es indice claro de la capacidad de Esperando a Godot para hablar a partir de los componentes mismos del espectador. Viendolo desde la perspectiva de su obra completa, advertimos que este material que lo lanzo a la fama senala un hito claro dentro de su produccion, ya que es el momento de su mayor madurez literario-ideologica; entendiendo aqui por madurez la apropiacion de medios expresivos contundentes y efectivos para sus propositos como creador. De alli en mas se da como un proceso de disolucion que lo conducira naturalmente al silencio. Como diria Wellwart, "Los argumentos se han reducido a un minimo y las obras han l legado a semejarse a marcos de cuadros construidos con exquisito cuidado, pero que solo conservan el vacio". Tal vez ese inmovilizar progresivamente a los actores luego de jugar con ellos como una verdadera galeria de monstruos (enterrandolos, por ejemplo, como en Happy, desintegrandolos literalmente como en Play, donde ya no hay funerarias, muestra la capacidad de Beckett para llevar sus postulados hasta sus ultimas instancias, pero esto para el arte significa exactamente el silencio y la salida de escena de los seres humanos. Literalmente, en sus obras posteriores, juguetes experimentales de dos o tres minutos de duracion, ni siquiera se echa mano al actor: Aliento es un diminuto juego de luces y sonidos donde en off apenas si se escucha un vagido... que tal vez sea humano. Asi, Esperando a Godot, con toda su carga de terrible pesimismo, aun marcando la inutilidad del pensamiento y la absurdidad de las acciones de los hombres, es la obra mas plena de Beckett y siento que esta cargada de una serie de provocaciones conceptuales y formales que bien valdria la pena reprismar desde la optica de una estetica que observe criticamente las proporciones originales de nuestro momento historico. Tal vez el 94 sea cuando. .