PAG. 11 SECCION: CULTURA CINTILLO: CABEZA: CREDITO: Llovieron a nuestro amigo Jorge Lopez Paez los premios en el ultimo ano, y con justicia, pues es vasta y singular la obra de este narrador veracruzano, que publico sus primeros cuentos en la editorial Los presentes, donde debutaron practicamente todos los escritores nacidos en la decada de los 20 y de los 30. De 1958 es su entonces mas celebrada y segunda novela: El solitario Atlantico, de la que es contemporaneo su libro Los Mastiles, (1955). Pero a ellos se agregan los publicados en los anos 60: Los invi tados de piedra, Pepe Prida, Hacia el amargo mar y La ultima visita (una incursion en el campo teatral). Aparte de su obra de traductor y estudioso de todas las literaturas a su mano, Lopez Paez es (como Ricardo Garibay, companero suyo de generacion), uno de los mas constantes productores de material narrativo y no ha dejado de escribir a lo largo de estas cuatro decadas, pues a aquellos libros se agregan otros muchos: In Memorian tia Lupe, La Costa, Silenciosa sirena, aparte de los dos ultimos, Lolita toc a este vals, un libro de cuentos en prensa que le valio el premio de la Universidad Veracruzana, y Los cerros azules, la ultima de sus novelas (Joaquin Mortiz, marzo de 1993, con motivo de la cual se le concede el Premio Xavier Villaurrutia 1993, aunque la distincion se le otorga como reconocimiento al conjunto de su obra. Asimismo, el Fondo de Cultura Economica ha empezado a distribuir el ultimo libro de cuentos de Lopez Paez, Dona Herlinda y su hijo, y otros hijos, que desde el titulo anuncia el desenfadado e incisivo buem humor que hay en todos sus personalisimos textos. (Me honra en ese libro, por cierto, la dedicatoria del relato que se titula Noche en el tren, que narra literario-autobiograficamente la odisea de dos jovenes que viajan por ferrocarril con el cadaver del abuelo, fallecido en el tren. Un cuento regocijantemente bien tramado, un cuadro de epoca, visual y verbalmente muy afortunado, que es para mi uno de los mas brillantes en ese tomo). Incansable trabajador de la literatura, cuya casi enfermiza modestia le ha impedido siempre hacer el minimo gesto que tienda a la promocion de sus libros, Lopez Paez ha sido tambien justamente beneficiado por el Sistema Nacional de Creadores (y nadie dira que es un premiado que no escribe). En reciente entrevista con Ana Maria Longi (Excelsior), y a la pregunta de la reportera sobre el proposito que alienta su escritura, el autor de Los cerros azules responde con el retintin ironico caracteristico: "Mi proposito es a veces narrar algo. Y si por ahi, de casualidad, aparece el sustrato de donde viven los personajes, y si eso funciona, pues me dare por bien servido". Pero ese proposito, que con tanta modestia enuncia, es realmente el logro nada casual, de las novelas y cuentos de Jorge Lopez Paez, un narrador nato, convincente, versatil, que ha explorado el universo intrincado de los personajes, el habla, la vida, la atmosfera domestica del mundo veracruzano y mexicano (pues este veracruzano ha vivido tanto en su tierra natal, como en Jalisco, como en la infinita Tenochtitlan, donde reside ordinariamente). En sus cerros azules, situada en la era de la revolucion cristera (y tambien en el libro de cuentos arriba citado), creo que Lopez Paez llega a un punto de madurez y agudeza, que resume todo lo bien rumiado literaria y humanamente en su ya extensa bibliografia. Sueltos, solidos vivos, terribles y angustiosamente comicos a veces, se mueven por las paginas los carnales personajes de ficcion, que se alimentan por supuesto de todo lo irrepetiblemente visto y vivido por el autor en todas las etapas de su existencia. Dos parlamentos bastan a veces para que la imagen se convierta en esas vivientes y fieles pinturas del habla, la gente, los sucesos de la epoca: -Como que no es para tanto! Me siento en la ventana, y quien se me acerca: los limosneros. Parece que no hay otra casa: o si no, aparecen esas viejitas, casi como yo, y hay que oirlas: que se fueron sus hijos, que se llevaron a las hijas, de los tiros de anoche, de la pobreza de todos, del miedo a salir... .