SECCION: ESPECTACULOS PAG. 8 CINTILLO: CABEZA: CREDITO: El deseo de recuperar la inocencia perdida de la juventud y de lograr un estado de equilibrio con el mundo constituye el hilo conductor de la nueva obra de Kate Bush: The Red Shoes (EMI, 1993). Desde una temprana obsesion con el siempre joven Peter Pan hasta las referencias espirituales y regliosas en sencillos anteriores, basados en el pensamiento de gurus como Gurdjieff y Wilhelm Reich. Bush siempre ha dicho que tiene aversion a las doctrinas y que no desea atrincherarse tras una fe especifica, pero si a dmite ser una autentica buscadora. Es curioso hacer constar que Kate Bush no ha alcanzando en el publico mexicano de la estimacion merecida. Se le concede un hit de vez en cuando, se reconocen sus cualidades vocales, pero hasta ahi queda la cosa. Es un poco como si se considerara que en el mundo del rock, como antano, una chava no puede ser mas que una forma de diversion, no alguien a quien se tome realmente en serio. Un poco como en el cine, donde es facil hacer una carrera como actriz, pero no como directora. The Red Shoes es otro album excelente que acreditarsele a esta dama, y tal vez sirva como ocasion para hacer un poco mas diferentes a los reacios. En el se reencuentran la voz sorprendente, la sensibilidad original y la precision absoluta que desde siempre han sido los atractivos de Kate Bush. Pero sobre todo su arte de componer, de arreglar y de dirigir la musica, sin temer a la innovacion (como en "Rubberband Girl", que, para ser la pieza introductoria, asombrara en serio al escucha que la toma por una mu jercita tranquila). En efecto, el hecho de que gente como Peter Gabriel, Sting y Paul Simon la hayan considerado su igual desde hace mucho tiempo ya debio haber bastado para disipar las dudas. Seria logico esperar que los reticentes se rindan definitivamente ante el encanto de la hipnotica "And So Is Love" o de los adornos de una world music sabiamente dosificada, para no parecer pegoste o folklore. Los amantes de la finura, la musica de calidad y la inteligencia de todas maneras sabran encontrar lo suyo a lo largo del disco. Cuatro anos despues de The Sensual World, su anterior realizacion, por fin llego The Red Shoes, cuyo titulo (y solo el) se inspira en la pelicula del mismo nombre de MichaelPowell (para los interesados en ediciones especiales la obra puede ser encontrada en una caja de zapatos roja que contiene una tarjeta postal con la portada, una pluma fuente con tinta roja, un estuche con un par de pequenas zapatillas rojas de ballet, el video alusivo y el cd). Esta brillante hija de doctor ha vuelto a abrir todos los r egistros de la produccion para hundirse en un lujoso bano de sonido con muchas, muchisimas burbujitas. Instrumentos acusticos tradicionales se llevan bien con la tecnologia electronica mas moderna. Y para tal efecto apenas lo mejor le basta a Kate, de modo que Nigel Kenendy aparece en el escenario con un poco de violin, Eric Clapton, para otro tanto de guitarra. Tambien llama la atencion la presencia del comico Lenny Heny en el papel poco caracteristico de cantante de soul en la pieza "Why Should I Love You", en la que Prince colabora con la guitarra, el bajo, los teclados, la voz y arreglos, lo cual otorga a la cancion un claro sonido caracteristico. Ademas de una especie de pacto mutuo de admiracion, Bush y Prince tienen otras cosas en comun: la tendencia hacia una mistica hippiosa, la aficion a los areglos suntuosos y el gusto por jugar con todo tipo de truquill os tecnologicos en el estudio. Definitivamente califica como uno de los mejores momentos del album. "Youre the One" es dominada por el clasico sonido de organo de Gary Brooker (Procol Harum), con todo y una cita de su composicion mas famosa: "Doin Cartwheels cross the floor". Clapton, a su vez, muestra ser un maestro de la discrecion ("And So Is Love"), mientras que el famoso Trio Bulgarka canta para bajar las estrellas del cielo. En "Constellation of The Heart" Kate dialoga con un coro de sabios, mientras que en la cancion del titulo practica un poco de vudu en la pista de baile. A Kate le gusta verse co mo alquimista musical, el cual mezcla y arma en su laboratorio hasta producir oro puro. El resultado, por instantes, suena un poco construido y artificial, pero sus melodias, muchas veces esplendidas, compensan mucho, en contraposicion. Cuando opta por la combinacion clasica de piano y cuerdas es cuando mas convence, en mi opinio, como en la muy personal "Moments of Pleasure". Las numerosas piruetas vocales no estan tan logradas, segun yo, y los textos, en los que busca alcanzar el cielo, a veces se antojan un poco irreales. Sigue siendo inquieta, pero menos eterea que en discos anteriores. Po r otra parte, ha descubierto afanosamente nuevos horizontes, gracias a su perseverancia. .