PAG. 13 SECCION: Cultura CINTILLO: LA OTRA EUROPA CABEZA: Triptico de Praga/II CREDITO: Hector Orestes Aguilar Dividido en cinco partes, el Triptico de Praga de Johannes Urzidil comienza con un l, una nocion que aprovecha la palabra alemana hinter (detras) para designar la vida marcada por las tensiones y contrastes nacionales, vivida como celebracion de los dificiles entramados que hicieron surgir una cultura literaria deslumbrante y desgarradora. Desde Nueva York, donde produjo sus obras postreras, Johannes Urzidil siguio viviendo espiritualmente en una Praga barnizada con la desgastada patina de ciudad real-imperial habsburguica que se contraponia a la soberbia de Viena o a la her mosura de Budapest por su misterio, por un estado de beligerancia entre las costumbres, las lenguas y las religiones de sus habitantes que se remontaba siglos atras, con las luchas entre los alemanes y la comunidad judia, los conflictos entre husitas y papistas, las rebeliones bohemias protestantes contra los catolicos (en parte documentadas literariamente por la obra teatral La dicha y el fin del Rey Ottokar, de Franz Grillparzer). La de Urzidil es la ciudadela bohemia en que podia vagabundearse en infinidad de callejones y pasajes secretos, jugar en extensos jardines y parques solitarios, perder el tiempo en mercados que eran vitrina de los objetos mas insolitos y en los que siempre sucedia algo, como en el mercado de pulgas de la Ciudad Vieja donde iban a parar marchantes que dia con dia armaban batallas campales con tal de atraerse clientela; o el Kohlmarkt, cercano al Stndetheater, donde no se vendia carbon sino las corpulentas y radiantes flores silvestres de Bohemia. Pero el mas impresionante, cuenta Urzidil, era el mercado de Navidad del Ring de la Ciudad Vieja, con su propio teatro de marionetas y con una extension que permite la multiplicacion del milagro de la natividad como si se tratara de una representacion o de un rito magnificado. Para los jovenes praguenses que salian de la adolescencia, un rito esencial era la ronda de las cervecerias, que como todavia sucede significaba un reto incluso para los bebedores de oficio. En muchas cronicas, versos y relatos de las literaturas de Praga aparecen esos escenarios etilicos, evocados como los lugares donde se forjaba la templanza y el gusto por la vida de los citadinos. A falta de cafes con una estatura literaria como los de Viena (a excepcion, quiza, del Slavia), Praga es la ciudad de las tabernas historicas, de los comedores bajo tierra resguardados por el peso de cuatro siglos de historia culinaria que mezlca tradiciones exquisitas. En esos locales anegados por el miasma penetrante de la cerveza y el hedor del pato y el venado cocinados en mas de 20 variedades se esconde buena parte de la magia de la Praga de Urzidil. .