PAG. 9 SECCION: Cultura CINTILLO: Aqui hay gato encerrado CABEZA: Litertura contemporanea de los reclusos en Mexico CREDITOA: Javier Negrete Islas Descendio sin comprender el porque de aquella sentencia y penso que asi de dura y atroz es la existencia humana. El Buitre, de James Barbosa Arias En una de sus multiples conversaciones el escritor Alvaro Mutis sentenciaba con gran acierto lo prolifico del ejercicio literario bajo el encierro. Al igual que Marcel Proust en su aislamiento (contundente parteaguas hacia la literatura contemporanea), el hombre en la carcel hace una obra de disidencia social. El mundo por cada una de sus aristas es desenmascarado, reflejandose todos los subterfugios irreconciliables del alma. Mas entendido como denuncia, los temas carcelarios hablan de los aberrantes escenarios donde viven los reclusos, siendo aterradora su lectura al hablar de un mundo que deseariamos no existiera. En ultima instancia, un cuestionamiento a la sociedad que genera dichos lugares. Los que escriben, formalmente han elegido el plano testimonial (diario o novela), como Hombres sin mujer, de Carlos Montenegro (Cuba, 1937), Los muros de agua y El apando, de Jose Revueltas, Diario de Lecumberri, de Alvaro Mutis (1960) y recientemente Salvador Castaneda con Lo diques del tiempo (UNAM, 1991) y La patria celestial (Cal y Arena, 1992). En busca del camino perdido Ahora, han comenzado a publicarse los trabajos ganadores de los concursos organizados por el Centro Nacional de Informacion y Promocion de la Literatura, del INBA y el Programa Buzon Penitenciario, de la Secretaria de Gobernacion, en el libro titulado No es un dia nublado. Carta a Jose Revueltas, que reune 11 de los 17 textos premiados. Si en Proust el retiro en su habitacion respondio a decisiones propias, aqui los concursantes pudieron expresar libremente sus vivencias (antes y/o durante el cautiverio), pero no fue exigencia tematica del concurso. Sus origenes se tornaron muy peculiares: 1) No son escritos por gente profesional; 2) No es un compromiso intelectual del autor con un mercado o publico ya alimentado; 3) La energia creativa abreva de fuentes distintas: un espacio agreste, una situacion no exigida dentro de una sociedad indesea ble. Surgen asi los mas escrutadores cuadros de la imagineria en busca de un camino donde la condicion humana halle destellos de vida. Te escribo una carta, Pepe... (historias de mi pueblo) Daniel Platas Zavala (Xalapa-Pacho Viejo) escribio en Juan sin miedo remembranzas de la vida rural entre juegos e historias de aparecidos tan propias de los puberes. La anecdota de un ritual por ver quien es mas macho, nos permite conocer (como antano lo hicieron Mauricio Magdaleno y Agustin Yanez) esa naturaleza dominante, cuerpos transfugos de espiritus en el sincretismo religioso. A final de cuentas špara que huir del miedo si somos el miedo personificado? Pero ante ello, la capacidad de asombro circunda el actuar humano. Uno de terror...prefiero los remedios caseros!, de Ramon Garcia Flores (Colonia Penal Islas Marias), nos lleva por una historia tan propia de los cuentos de la Tia Millan despues de escuchar casos de Apague la luz... y escuche!, el serial radiofonico. El autor advierte que es una historia no apta para cardiacos, embarazadas o menores de edad, y que no debe ser leido despues de las 12 de la noche. Y aunque ya no creamos en espantos, pues las historias de Stephen King nos han inmunizado de sobremanera, los casos de nota roja se quedan cortos por la resolucion de este caso. La desmesura con que va siendo contada la historia de Anselmo, el relator, podra impactarnos por el descuartizamiento, pero lo interesante radica en la revelacion post factum al crimen, no el leitmotiv. Continuando con historias contadas en primera persona, Esperanza, de Lamberto Flores Salazar (Culiacan, Sinaloa), es un relato de corte testimonial de las lluvias torrenciales que un dia desaparecieron todo un pueblo, incluyendo la joven familia del narrador. Perfiles humanos enfrentados a la desgracia siempre nos dejaran un apice de esperanza, para volver a sembrar en la tierra desolada. El realismo del cuento como el fenomeno mismo es contundente. Desde Esopo para ustedes Lugar especial se abre a la fabula y cuentos infantiles. Burrolun y Lanudo (2o. lugar), de Jose Meza Navarro (Pachuca, Hidalgo), La vibora y la zorra de Fidel Ortiz Colorado (Chalco, Edo. de Mex.) y El trompo de Pablo Marichal Martinez (Cuernavaca, Morelos), siendo tres niveles distintos para el personaje-lector donde puede viajar del Pueblo de Burrolandia en compania de un borreguito magico con destino a la Luna, asi como saber por que una vibora quiso comerse a la zorra que le ayud o a destrabarse del tronco de un arbol, argumentando que un bien con un mal se paga. En El trompo el (autor) adulto, en un pleno acto reflexivo, habla en la voz infantil de quien visita a su padre en el reclusorio. Los tres, como en la escuela, dejan una leccion: sus simbolismos, lejos de interpretaciones ontologicas complejas, reflejan la fuerza motriz creativa. Las estampas de estos tres autores juegan con la caracterizacion al dar motivos de imagenes llenas de calor y color; palabras tiernas: e acordo de como le hablo su papi: El tiempo lo cura todo(El trompo); anecdotas frescas o ingenuas: mprenderlo Un perseguidor. El relato corto Luisa de Marillac Vera Montero (Tepepan, D.F.), es una autentica revelacion. Seguramente, Julio Cortazar habria querido maravillarse por su concretismo narrativo. Premiada con dos menciones honorificas, Vera Montero forma en su cuento Ayudame un estremecedor relato donde el conflicto esta en el interior de una suicida cuyos fracasos por quitarse la vida demuestran la impotencia de la medicina. Pero el quid no esta ahi, ella busca una ayuda para salir de ese infierno tan individual. Un sueno... un presagio maneja un personaje cuyo inconsciente anuncia un hecho violento a traves del sueno. Comienza la espiral rayana en el terror, la angustia de no poder despertar para evitar el desastre, un desprendimiento casi roso solo que, a diferencia de estos dos ejemplos, el cuento de Vera Montero lo resuelve dejando en suspense los actos a futuro. Realmente la pesadilla ha comenzado. šEs un sueno... un presagio? Auroras que son punaladas Continuemos con las mujeres. El Cereso. Cuentos entre risas y llantos, de Lydia Almanza Mesta (Zacatecas, Zac.), es un retrato, lo mas fiel posible, de la vida en un centro de readaptacion femenino. Parece un lugar modelo por el trato que se les da a las internas. La estructura narrativa nos acerca a la vida de Virginia Woolf expresando las impresiones formadas en el subconsciente y creyendo encontrarnos con una imagen despojada de la mascara que la oculta. No hay mucha accion, sino actos intimos de vida. Es cuando entramos con brusquedad a la realidad: las internas y sus lenguajes. Seres de carne y hueso que han fundido sus lagrimas y dolores en un hilo con el cual tejer los lienzos del companerismo, la participacion y la alegria. No cabe duda que las mujeres son mas fregonas si de construir mundos derruidos se trata. Los hombres somos mas cobardes. Ademas, de ojetes nadie nos baja. Un buitre, una luz Hemos recorrido cada una de las menciones honorificas incluyendo el Segundo Lugar. El Primero y Tercero corresponden a El buitre, de James Barbosa Arias (Ciudad Victoria, Tamps.) y La sonrisa de luz, de Tito Rafael Goytortu Alfaro (San Luis Potosi, S.L.P.), respectivamente. Vayamos La sonrisa de luz. Es un canto a la dignidad (realmente todos lo pueden ser); tan delicada puede ser su linea narrativa que nos permite una participacion total para recibir el mensaje del cuento. Para Andres, el personaje relator, el tiempo es un conducto para llegar a la transfiguracion de Dios. Su anecdota es muy sencilla pero no siemple de explicar. La personalidad de Andres lo haria insospechable de una conducta delictiva. Cuando conoce a Tomas y Julian cometeran un robo creyendose a salvo de su castigo. Julian clama a Di os para que no los descubran, a lo que Andres responde: Ya en la carcel, se van dando senales para crear el campus de la manifestacion reconciliatoria. La lluvia incesante, la escasa vigilancia, la naturaleza alimentada por la luz y por la noche un arbotante proyector de la luminosidad al reencuentro con el Hijo prodigo. William Blake acerto: Que labios te cierran los ojos Finalizamos con El buitre, de James Barbosa Arias. Un cuento realista cuyos personajes y su psicologia les va abriendo (o cerrando) caminos en razon de la conveniencia (mas que de la convivencia). Las jerarquias son impuestas segun la capacidad de resistencia y ciertos niveles de razonamiento para no alimentar el espectro de atrocidades penitenciarias. Alberto, el narrador, va dibujando con trazos precisos los prolegomenos circunstanciales de su encierro. Por ayudar a su amigo Pancho, sin saberlo, es complice de un asesinato. La crepitante detencion judicial (un lugar comun de todos conocido, tan natural en esos actuantes oficiales en razon de su especie), ello no es nada ante el hecho de compartir la celda con Tiburcio, hombre cuya pesonalidad pantagruelica por alimentos en descomposicion, da titulo al cuento. Su olor nauseabundo lo vuelve un individuo detestable. Pero del estereotipo del ave rapaz como deglutante necrofago surge un personaje tan humano como sublime. Estigmatizado, en su afan de consumir lo que otros ya no querian, Tiburcio rezaba, oraba ante un ser glorioso. Su religiosidad parecia encontrar un spectrum catartico a mas no decir. Grotesco emulo de la aucaristia, en el orante, tan decapitado como expiado por sus pecados (si alguna vez los hubo), s de gozo. El entusiasmo invadia sus movimientos y las manos se le agitaban en un frenesi sin limites. Una transfiguracion total le asistia cuando ingurgitaba cada bocado en via de descomposicion Lo de Tiburcio resulta ser un paradigma social dentro del penal. Los internos se contrapuntean, se mezclan y en el conflicto Pancho vs. Tiburcio, mediando Alberto, efervecera en ritmos vertiginosos y sin tropiezos de la narracion (de eso su alto reconocimiento estilistico) una ruptura para dignificar en el sacrificio a uno de los personajes: Podriamos anadir las apreciaciones que estuvieron presentes en el jurado calificador por el escritor y tambien organizador, Salvador Castaneda: a la mecanica a escribir. Es preciso externar, sea en alegorias, ficciones, remembranzas, testimonios, elementos de aquella identidad perdida, trastocada por una carga humana terrible. Es triste ver tantos jovenes mexicanos en la carcel Tres cosas quedaron marcadas al leer este libro. Las debilidades, alimento de los rapaces, los vicios, la extrema uncion obligada del derecho perdido y las inquietudes, producto de la soledad. Alguien quiere escribir. Ellos lo haran. .