PAG. 12 SECCION: Cultura CINTILLO: 400 personas integran la Sociedad de Propietarios, fundada en 1847 CABEZA: El futuro Liceo sera un teatro publico CREDITO: AGUSTI FANCELLI BARCELONA, 3 de febrero (Reuter).El director general del Liceo, Josep Caminal, aseguro el miercoles que las administraciones estan decididas a que el nuevo teatro sea de titularidad exclusivamente publica, lo que modificara sustancialmente el papel de los actuales propietarios del teatro. sociedad civil que es mucho mas amplia y mas variada de lo que ellos representan Las negociaciones entre propietarios y administraciones, unos y otras integrados en el Consorcio del Liceo, han estado plagadas de tensiones en los ultimos 10 anos por diferentes causas. A finales de los anos 90, sin embargo, dichas tensiones se ven agudizadas por un proyecto que se abre paso en el horizonte: la ampliacion del teatro. La cuestion que se plantea es muy simple: como invertir dinero publico en una obra cuando la titularidad del edificio mantiene su condicion privada. Hasta el momento de la catastrofe, los privados, de forma oficiosa, todavia no refrendada en asamblea, se declaraban dispuestos a ceder dicha titularidad, siempre y cuando las administraciones se comprometieran en firme a realizar la reforma y ademas estuvieran dispuestas a mantenerles determinados privilegios La Sociedad de Propietarios esta integrada por cerca de 400 personas. Son en parte descendientes de aquella gran burguesia industrial y financiera que en 1847 fundo el Gran Teatro del Liceo, aunque a lo largo de la historia los titulos han ido pasando de unas manos a otras a precio de mercado. Los propietarios son los titulares colectivos de todo el edificio, y luego, de manera individual, lo son de determinados palcos y butacas, que representan aproximadamente un 35 por ciento del aforo total. Las localida des privadas son basicamente palcos de platea y de primero, segundo y tercer piso, y butacas de platea y anfiteatro. Entre los nombres mas destacados de este colectivo figuran los del empresario Carlos Ferrer Salat, Eduardo Bueno ex presidente del Partido Popular de Cataluna, Antoni Serra Santamans, del grupo Catalana de Occidente, Manuel Bertrand cuyo padre, industrial textil, financio los estudios de Montserrat Caballe, Felix Millet, hijo de uno de los fundadores del Banco Popular y ex consejero de Banca Catalana, Felix Guell, descendiente del vizconde de Guell y el marques de Alella, Juan Pelaez. Los origenes de la propiedad se remontan a la propia construccion del edificio. Joaquim de Gispert, uno de los socios mas conspicuos del Liceo Filarmonico-Dramatico barcelones embrion de la actual sociedad, movio una tupida red de relaciones sociales para conseguir lo que parecia un sueno inalcanzable: que la burguesia de Barcelona contara con uno de los teatros mas esplendorosos de toda Europa. En su empeno, quiso recabar el apoyo de la reina Isabel II, que, sin embargo, fue cicatero, ya que no fue mucho m as alla de la mera cesion del real nombre para adornar a la sociedad. Este hecho motivo que, a la hora de construirlo, el Liceo no contara con palco real; la Reina ocuparia, por todo privilegio, el central del anfiteatro, pero el aspecto de este no variaria del de los ricos burgueses situados a sus lados. Con un ingeniosisimo sistema muy propio de la clase a la que pertenecia, Gispert consiguio financiar el teatro vendiendo como acciones localidades del mismo. Establecio un complejo baremo del valor de las futuras localidades y logro venderlas a cambio de la promesa de espectaculos fastuosos. Los palcos equivaldrian a un numero convencional de acciones, dependiendo del lugar mas o menos privilegiado que ocuparian. De este modo, los propietarios quedaban vinculados no solo a la construccion del edificio, sino al desarrollo de las actividades teatrales. Los antepalcos que ardieron el lunes eran un testimonio vivo de este sistema de division de la propiedad. Cada titular los decoro a su gusto y segun sus propias necesidades. Asi, un suntuoso palco de proscenio de segundo piso, que en tiempos pertenecio a un grupo de amigos regidos por un reglamento que vetaba explicitamente el ingreso a sus legitimas esposas, disponia de bano propio; otro se hallaba decorado con extraordinarios frescos de tematica wagneriana; otro situado en el tercer piso, contenia precios os grabados con un unico motivo central; el desnudo femenino. Y es que el tercero era a la sazon el piso de los solteros, que acudian al teatro movidos por pasiones alejadas de la lirica. No solo los antepalcos respondian a este sentido de la privacy. Toda la arquitectura del Liceo refleja la tradicional discrecion burguesa de puertas afuera, y los oropeles mas suntuosos de puertas adentro. La fachada, que ha permanecido intacta, se integra con la maxima discrecion en el tejido urbano, rodeada de comercios. Es el reverso de los teatros de corte que ocupan un espacio propio, distanciado de la ciudad, con las paredes expuestas a los cuatro vientos. Por si ello no bastara, el propio espa cio interior es compartido con otras instituciones, como el Circulo del Liceo, un club recreativo de inspiracion inglesa al que pertenecieron muchos de los fundadores del teatro, pero que organicamente nada ha tenido que ver con el. O el Conservatorio de Musica. De generacion en generacion y de cambio de propiedad en cambio de propiedad, la titularidad privada se ha mantenido hasta hoy. Desde 1980, dichos herederos no pudieron ya organizar privadamente sus temporadas, confiadas hasta ese momento a empresarios de su propia eleccion, el ultimo de los cuales fue Joan Antoni Pamias, que rigio los destinos artisticos entre 1947 y 1980. En ese ano se crea el consorcio, en el que participan las administraciones; primero la Generalitat, la Diputacion y el Ayuntamiento de Barcelona, y desde 1984 el Ministerio de Cultura. A partir de ese momento, las prerrogativas de los privados fueron quedando progresivamente limitadas hasta la actualidad. Por estatuto, los propietarios estaban obligados a adquirir por lo menos un turno de abono de funciones. Ello ha supuesto para el consorcio un ingreso fijo de cerca de 250 millones de pesetas por temporada, ya que muchos de los titulares se quedaban con mas de un turno. Su unico privilegio actual era precisamente este; antes de que se abriera la taquilla al publico, tenian derecho a esco ger calendario. Sus propiedades quedaban a disposicion del consorcio para el resto de las funciones. Entre sus otras obligaciones, figuran el mantenimiento de los palcos en los cuales podian hasta hace poco efectuar reformas, bajo la supervision del consorcio y el pago del seguro del edificio: 40 millones de pesetas anuales. Desde su creacion, el consorcio ha ido adquiriendo localidades, limitando de este modo el peso de los privados. Pero la cuestion de la titularidad sigue levantando suspicacias, entremezcladas con un difuso sentimiento nunca del todo precisado: el reconocimiento historico hacia unas personas que hicieron grande Barcelona. Esos propietarios, herederos o no de los antiguos fundadores, consiguieron desde mediados del siglo pasado y hasta 1980 mantener la unica temporada estable de toda Espana. El tacto en las n egociaciones entre ellos y las instituciones es uno mas de los complejos aspectos de la sociedad catalana. .