PAG. 18 SECCION: Internacional CINTILLO: Analisis CABEZA: Una estremecedora experiencia cubana CREDITO: Federico Zertuche G. El arribo al aeropuerto Jose Marti con todo y sus inconvenientes, tardanzas y lo poco organizado de los empleados de turismo para despacharnos a los hoteles, ya hace suponer lo que sera el resto de nuestra estancia en la isla. Afuera de los banos estaba sentado un individuo con una pequena caja conteniendo pastillas de jabon usado asi como porciones individuales de papel higienico bien medidas y apiliadas, adentro, los pisos sucios, las llaves de los lavabos rotas y los sanitarios sucios y en desastrozo est ado. Nos instalamos en el hotel, no sin antes tener una fuerte discusion con la empleada del mostrador, quien apegada a su lista de reservaciones, en la que yo aparecia con cuatro habitaciones y mis amigos sin una sola, se negaba a registrarlos. Las alfombras de los pasillos parecian haber estado ahi desde los cincuenta, tambien sus manchas de grasa y el desagradable olor. Las habitaciones, aunque de aspecto de esos anos tambien, estaban limpias y eran acogedoras. Salimos al paseo obligado por el malecon en un taxi del Estado, un Mercedes 68 en muy buenas condiciones. El panorama era de desolacion y deterioro, el de una ciudad por la que paso una terrible epidemia y que fue abandonada por largos anos y vuelta a ocupar el dia de ayer. Como una ciudad fantasma. Casas y edificios sin pintar desde hace decadas, descascarados, construcciones otrora senoriales convertidas en muladares, en vecindades y hacinamientos a punto de derruirse, otras ya caidas y abandonados ahi mismo sus escombros. Circulan pocos vehiculos, la mayoria viejos y desvencijados autos americanos de los cincuenta, los otros, destartalados autos rusos de recientes anos y, claro, muchas bicicletas chinas. El paisaje humano corresponde al urbano: negros y mulatos deambulando u observando desde puertas y ventanas, ataviados con pantaloncillos y camisetas de humilde factura y mucho uso, tenis rotos o sandalias de plastico o hule, algun que otro colgajo o acaso un reloj de pulsera "sovietico". Es notorio el generalizado aspecto ordinario de la poblacion, no se ve, como en otras capitales, gente bien vestida, ni elegante o distinguida, aqui desaparecieron la burguesia y la clase media para dar lugar a una masa un iformada en la miseria y el mal gusto. Se llega por el malecon a la Habana vieja, a su bello e imponente casco historico, de pasadas glorias y abundancias idas ya hace muchos anos, porque treinta y cinco anos son muchos cuando se ha detenido y cancelado subitamente el esplendor, la belleza, riqueza y pujanza de una ciudad a la que posteriormente se ha obligado a ser pobre, descuidada e indolente. Caminamos desde el anterior Palacio presidencial, convertido en Museo de la Revolucion que ofece un pobre y demagogico espectaculo a base de fotocopias de documentos y de fotografias acerca la saga y grandezas de Fidel, al grado de haber "embalsamado" al famoso yate Granma en un mausoleo que al efecto se construyo a un costado del Museo. Despues seguimos por el Paseo de Prado de cuyos otrora senoriales edificios, hoteles, casinos y teatros solo queda el recuerdo y al anoranza de tiempos y glorias idos. ¨Que habra detras de las imponentes fachadas?. Deambulan por las calles seres que ya no son, zombies, fantasmas en busca de un dolar, despojos humanos contagiados por la "castroenteritis" que elimino la riqueza y la prosperidad para nacionalizar la miseria. En la bella Plaza de Armas abundan los mendigos y corros de prostitutas a la caza de turistas, hoy por hoy, casi la unica forma de sobrevivir; algunos vendedores ambulantes (nuevos "capitalistas" permitidos por el regimen) exhibien sus pobres mercancias que en un pais capitalista serian casi basura. Nuestro viejo conductor del Lada destartalado, que hemos contratado para librarnos de los caros taxis estatales y de sus muy burocratas y oficiales choferes, nos habla del esplendor, del bullicio y de la belleza de La Habana antes del terremoto castrista que la desolara. Nos habla de su prision de seis anos por conspirar contra el tirano; nos cuenta que tiempo despues de salir liberado, le imponen otra pena por cinco meses por detentar US$700 dolares, que desde luego le son confiscados, y ya viejo y en silla de ruedas debido a un padecimiento que adquirio en su anterior cautiverio, es juzgado y condenado por tan atroz delito. Nos dice que su padre, gallego, fue un comerciante prospero y emprendedor que le heredo su negocio que luego la Revolucion se encargo de arruinar. Nos dice que con el auto de su hijo, que es ingeniero, sale todos los dias en busca de turistas a quienes pasea para ganar algunos dolares, ahora ya permitidos y casi la unica moneda corriente, puesto que el hijo, con quien vive, gana $300 pesos mensuales que no les alcanza para casi nada. El tipo de cambio en la calle en diciembre pasado era de 90 pesos por un dolar, asi que el ingeniero gana la fabulosa cantidad de US$3.33 dolares mensuales. Nos cuenta, agradecido de un obsequio que le damos (maquinitas de afeitar, pasta dental, jabones, lapiz labial y esmalte para unas), de las carencias mas increibles, pero sobre todo de alimentos. Mi esposa pregunta algo que solo a una mujer le puede inquietar y se entera que no existen toallas higienicas para la mestruacion, asi que las cubanas se las arreglan con trapos que tienen que lavar despues, como en el siglo pasado. Pasamos el fin de ano en el famoso cabaret Tropicana abarrotado de turistas y extranjeros, pues pra esa noche la entrada era de 70, 60 y 50 dolares, el suelo de 21 meses para la gran mayoria de los cubanos. El sitio es maravilloso, al aire libre rodeados de arboles, plantas y flores estan dispuestas cantidad de mesas frente al escenario y a un costado y por encima, montada en una plataforma, la magnifica orquesta. El "show" es algo realmente espectacular, durante cerca de dos horas continuas mas de cien artistas, bailarines y cantantes, luciendo tropicales y bien disenados vestuarios, magnificas mulatas esbeltas y altas, negros atleticos, y alguno que otro blanco, nos ofrecen uno de los mejores espectaculos a nivel mundial. Despues del "show" y a pedido de uno de los comensales, se acerca a nuestra mesa una de las bailarinas, un portento de cerca de un metro noventa, esbelta, atletica y soberbiamente bella, llego acompanada de su hermana. Discretamente le pide a nuestro amigo que les invite un sandwich, ya que despues de las dos horas que duro el espectaculo estaba muerta de hambre. A pregunta exprea del amigo le dice que estaria dispuesta a irse con el por US$200 dolares, cosa que no ocurrio. Al dia siguiente nos preguntamos que como era posible que no tenia para cenar, ¨es que el cabaret del Estado no les daba alimentos a sus artistas? Sin duda tendria necesidad de prostituirse al igual que miles y miles de cubanas mas, aunque a un precio mucho mas alto. Para un turista en Cuba hablar mal y abiertamente de Castro no es, como puede suponerse, muy riesgoso, hay que escoger bien el lugar y los posibles interlocutores. Creo que es una buena forma de abrir el dialogo en este sentido con los cubanos, pues en general no estan dispuestos a ello por tantos anos de represion y delacion implacables. El "status" de turista en este pais es casi el de un diplomatico, ya que el Fidel ha decretado que el turismo es una gran industria que hay que promover y a que los turistas tienen el enorme poder del dolar, entonces se adquiere una especie de inmunidad. Asi, con tal estrategia, un tanto extravagante pero efectiva, me dedique a provocar reacciones varias de la poblacion. Ahora se que los taxistas, los guias y empleados de turismo, las camareras y demas personal de hoteles, los dependientes de museos y los de la "Bodeguita de Enmedio", por ejemplo, reaccionan desde el silencio hasta una hostilidad frente a comentarios adversos al "Maximo Lider" y su revolucion. En cambio, la gente comun y corriente de la calle, bajo circunstancias favorables, es muy proclive a desahogar sus penas con un mexicano: hablan en primer lugar de sus enormes carencias de alimentos, de ropa digna, de jabon desodorantes y demas cosmeticos, de la represion y el control total del regimen, de la ausencia de salidas a su situacion, de la tirania de Fidel y su inefable hermano, del desplome total del sistema y de la pena enorme que les da el ver a sus mujeres prostituyendose. Un viaje a la Cuba castrista es, aunque triste y deprimente en muchos sentidos, una experiencia necesaria para ver directamente como un dictador comunista ha llevado a todo un pais y a su pueblo a la destruccion y degradacion mas ignomiosas; como ha podido cancelar, detener y torcer el destino historico de toda una nacion que otrora fue prospera, alegre y hermosa; como ha sido capaz de hacer sufrir tanto a un pueblo entero por sus delirios y caprichos dictatoriales y como experimento, con los resultados con ocidos y a ojos vistos, para imponer un sistema "socialista" que universalmente se ha colapsado .