GUIA: SOCIAL SECCION CULTURA PAG. 11 CINTILLO: DIVERSA CABEZA: El mal social/II CREDITO: Roberto Gonzalez Villarreal para Americo S. El riesgo y el accidente El mal especifico de la modernidad es el mal social. El mal de vivir en sociedad. Se diferencia del mal metafisico, mo- ral u organico, por su regularidad y su morfologia. Se presenta bajo la forma del accidente, y aparece con una frecuencia casi predecible. Sin duda, el accidente no puede considerarse una forma especifica del mal moderno. Accidentes, diria un realista, ha habido siempre. El accidente, como momento disruptor de una cotidianidad estable, puede considerarse riesgo inmanente a la vida. En cierto sentido, la vida misma es una accidente. Siempre ha habido y habra, por tanto, accidentes. Y seria innegable desconocer, por ejemplo, que Hefaistion murio por comer alimentos solidos despues de una tifoidea, o que Isadora Duncan perecio elegantemente desnu cada en un Bugatti, o que en Chernobyl todavia se lamentan de las fugas radioactivas. Todos son igualmente accidentes, azares mortales del destino. Sin embargo, entre el accidente de Hefaistion y la catastrofe radioactiva o la elegante muerte de Isadora, media una diferencia radical que hace al accidente una forma moderna del mal: su eventualidad, mas aun, su probabilidad. El accidente premoderno es raro, individual; es la excepcion a la regla. El accidente moderno es frecuente, es la regla social. la regularidad se observa estadisticamente. De manera individual se puede estimar las probabilidades de tener accidentes. Y, con mayor o menor grado de error, esa probabilidad indudablemente se cumplira. Pero todavia mas: el numero de accidentes, aprecidos globalmente, es estable. En condiciones, como dicen los economistas, de caeteris paribus, el numero de accidentes sera el mismo , y se repartira aleatoriamente entre la poblacion. Casi podria establecerse el teorema 1 del mal social: ``Dada una poblacion determinada, la probabilidad de tener un accidente se obtiene repartiendo el coeficiente de accidentes por actividad y el numero de individuos vinculados directamente a ella''. Teorema de la obviedad, si se quiere, pero dictado por un perogrullo moderno. ¨Hubiera sido posible advertirlo en una epoca donde las actividades no fueran sociales, donde la vida en sociedad no produjera un numero estable de accidentes y los individuos no se los repartieron de manera aliocuota? A todos nos corresponde, mas tarde o mas temprano, participar directamente con nuestra cuota de accidentes, para cumplir la regla social. (Por cierto, este fue el tema de Borges en aquel cuento donde la sociedad se organizaba a traves de una loteria cruel y maravillosa). Precisamente a esta probabilidad, siempre positiva, y quiza progresiva, de participar en los accidentes, es lo que llamamos riesgo. El accidente, en este sentido, es la actualizacion individual y/o colectiva del riesgo de vivir en sociedad (teorema 2 del mal social). El riesgo y el accidente, en consecuencia, son las formas eventuales y reales del mal social moderno. Sin duda, el accidente aparece como forma prototipica del mal social en al proceso de trabajo, primera forma social verdaderamente moderna (Cfr. Marx). Alrededor de los accidentes de trabajo puede captarse los riesgos de una forma de produccion socializada, basada en la interdependencia y la asistencia reciproca de los productores inmediatos. Los riesgos de una produccion inmediatamente socializada, repartida, dividida. pero, si bien los accidentes de trabajo son la forma originaria del mal social, no son l os unicos. Conforme la vida se socializa, y las actividades vitales recuperan el proceso de trabajo socializado, y se vuelven interdependientes, podria decirse que el mal se multiplica y moviliza. Se presenta en todas partes y aparece de manera flexible. Accidentes de trabajo, de transito, de deporte; accidentes politicos, nucleares, maritimos, aereos. Riesgos de enfermedad, de vejez, de incapacidad, de asaltos, de muerte, nocturnos, vacacionales, monetarios, empresariales, matrimoniales, etcetera. El riesgo y el accidente han permeado nuestras vidas y configurado un horizonte a tomar en cuenta en la eleccion de nuestras opciones vitales. Mas que nunca, el riesgo es nuestro companero, y debemos enfrentarlo con las estrategias adecuadas. Ese sera el tema de nuestra proxima entrega .