9 SEC. INF. GRAL. PAG. 6 CINTILLO: RAZONES CABEZA: El acuerdo de Los Pinos CREDITO: JORGE FERNANDEZ MENENDEZ* En este sentido, el mayor de los meritos de Ernesto Zedillo que lo ratifica como un hombre de palabra y de principios es haber asumido en su propio programa y estrategia ese compromiso y desafio que Colosio lanzo hace casi un ano y que le termino costando la vida. En estos momentos, cuando, como se dijo ayer, comienza una nueva era y termina otra, hay que recordarlo, porque, y mucho hemos insistido en ello desde este espacio en los ultimos meses, la resistencia contra el cambio no se doblegara sencillamente. Comienza una era y termina otra se dijo ayer: pongamoslo en blanco y negro. Comienza la era de la democracia representativa y termina el largo periodo posrevolucionario, comienza la era de la plena democracia y concluye el largo periodo de la democratizacion condicionada a los llamados pilares revolucionarios. Por supuesto que ello no implica que el PRI o los desprendimientos revolucionarios abandonen esos principios: al contrario, quizas la creciente autonomia que existira en este contexto entre el Ejecutivo Federal y el PRI ayudara, a uno, a sustentar las bases de ese nuevo sistema politico y al otro a fortalecerse a traves de las nuevas condiciones de competitividad y manteniendo sus banderas politicas. Ayer, durante la firma de ese Acuerdo de Los Pinos que inevitablemente rememora aquellos famosos pactos de la Moncloa, Zedillo enumero las bases del mismo: un sistema presidencial mas equilibrado, un sistema republicano, con pleno respeto y autonomia entre los tres poderes, un nuevo federalismo que les otorgue poder real a los estados y municipios y una reforma electoral definitiva, que incluya todos los puntos en debate, entre ellos el financiamiento, los topes de campana, el acceso a los medios y la autonomia electoral. ¨Que implican estas definiciones? Que se acabara con las atribuciones metaconstitucionales del presidencialismo (aunque se mantendra un sistema presidencialista), sobre todo estableciendo un real equilibrio entre los poderes, lo cual quiere decir que a la reforma del sistema judicial debera seguir un creciente protagonismo legislativo, que ese poder tiene en el periodo extraordinario que hoy comienza una primera oportunidad para ejercer. La reivindicacion del nuevo federalismo revalorara tambien la funcio n de los gobernadores y municipios: no se tratara, solo, de otorgar a esas instancias de gobierno mas derechos, sino tambien mas obligaciones. Para que ello funcione adecuadamente es necesario otro paso que tambien esta incorporado a los acuerdos de ayer: una definitiva reforma politica que abra de una vez por todas, la posibilidad de una competencia politico-electoral real. Es verdad que la presencia electoral de la oposicion en varios estados y municipios es importante. En los hechos el PAN gobierna unos 18 millones de mexicanos y el PRD, en gobiernos municipales, unos tres millones de habitantes. Las cifras son importantes, pero mas lo son las posibilidades de acceso al poder, las condiciones de competencia politica. Tambien en esto hay avances: desde el 21 de agosto el punto de debate no es el ejercicio del voto sino las condiciones de equidad. Pero ello es solo asi en el ambito federal: en los estados y municipios aun no se plasman en sus legislaciones los avances logrados durante el ano pasado en el Cofipe. Ese sera uno de los grandes objetivos de la reforma: hacer que llegue desde la cupula hasta las bases. Cuando Colosio leyo su discurso del 6 de marzo dijimos, y reiteramos ahora, que la reforma del poder (con las reformas economicas que desde entonces estaba planteando Colosio, que retomo Zedillo durante su campana y que ahora, con la devaluacion, se han sumado, en algunos casos como amarga medicina, en la estrategia economica global), de lo que trataba era de poner la reforma realizada durante el salinismo de cabeza, o sea comenzar por el final, por lo que no se abordo: por la transformacion desde las bases. Hoy, en un movimiento doble: la continuidad de la reforma global que acordaron partidos y gobiernos para la superestructura exige, para tener exito, que trascienda a las cupulas y llegue a las bases sociales. Sin ello la reforma quedara trunca. Y no se trata solo de una cuestion teorica sino por un hecho objetivo: alli, en las bases, en los grupos de poder locales y regionales es donde estan las principales resistencias a la reforma, resistencias que, tambien debe quedar en claro, no provienen solo de sectores del PRI, sino, insistimos, de grupos de poder que tienen fuertes lazos con el partido tricolor pero tambien con sectores de la oposicion, de los medios, con grupos economicos y sociales. Ante esa resistencia mucho habra que hacer. Deciamos el lunes que "Espana tuvo su Moncloa, pero tambien sufrio los asesinatos de Atocha, el intento de golpe de Tejero, la ETA y los GAL". Tambien tendremos esos obstaculos: sera necesaria la unidad para evitar que los caciques locales (y ellos, tambien, son predominantemente priistas pero los hay de los otros partidos o que saltan de uno a otro de acuerdo con sus necesidades) abandonen sus urgencias de espacios de poder ilegitimos; sera necesaria la unidad para evitar los mesianismos y maximatos en todos los partidos; sera necesaria la unidad para convencer a los grupos que han optado por la violencia (y no nos referimos solamente al EZLN sino a todos aquellos que, desde uno u otro signo ideologico, proponen hacer justicia por propia mano) a que opten por las vias pacificas. Sera necesaria la unidad para que todos comprendan que el paso del sistema revolucionario a la democracia plena exige, de todos, que abandonen los extremismos. En otras palabras: hemos redescubierto el centro. Los que firman el pacto, los que estan de acuerdo con esa democracia real, son aquellos que quieren, desde la derecha, el centro o la izquierda gobernar con las mayorias, o sea lejos de los extremos. Esos, los de los extremos, son los que deberan ser derrotados. *Director Adjunto de El Nacional .