PAG. 25 SECCION: INTERNACIONAL CINTILLO: EL AUTORITARISMO REFORZADO POR LA GUERRA CABEZA: ĻAMARGA VICTORIA PARA YELTSIN? CREDITO: EL PAIS MOSCU, 2 de enero.-La guerra en Chechenia ha consagrado, en opinion de muchos dirigentes politicos, el autoritarismo del regimen del presidente ruso, Boris Yeltsin, y el abandono definitivo de los valores democraticos. Sea como fuere, una cosa esta clara: Yeltsin, por lo menos a corto plazo, sale reforzado. El lider ruso ha mostrado que no tolerara la desintegracion de Rusia (lo que le ha ganado simpatias entre los nacionalistas) y que los poderes facticos le son leales. Al mismo tiempo, las fuerzas democra ticas que le han criticado no pueden ni quieren romper definitivamente con Yeltsin, pues no tienen alternativa si desean seguir con las reformas economicas o al menos impedir una involucion. Yeltsin, puede estar satisfecho: el ejercito repondio y cumplio la tarea que se le impuso. Verdad es que tuvo que vencer las vacilaciones de los uniformados y, a ultima hora, hace seis dias, se vio obligado a dar la cara y asumir la responsabilidad por la guerra en Chechenia, transmitiendo a los soldados ordenes claras y la seguridad de que manana no se les reprochara por haber actuado con decision, a diferencia de lo que ha ocurrido en las otras oportunidades en que el ejercito ha intervenido en el interio r del pais. El motivo inmediato de que Yeltsin se decidiera por el uso directo de la fuerza militar en Chechenia seguramente hay que buscarlo en el dia 26 de noviembre. Entonces fracaso estrepitosamente el intento de tomar Grozny apoyando con tanques y hombres a la oposicion chechena, y quedo claro que la unica forma de poner a un dirigente leal al Kremlin en esa republica era apostar por la guerra. Por lo demas, solo asi podrian conservar sus puestos el ministro de Defensa, Pavel Grachov, y el director del Servicio Fe deral de Contraespionaje, Serguei Stepashin, que habian dado luz verde a la participacion de soldados rusos en ese fallido asalto a la capital chechena. Las verdaderas causas de que Yeltsin no pudiera seguir tolerando al regimen del general Yojar Dudayev son principalmente dos: una politica y otra economica. Por una parte, Chechenia ponia en evidencia que la Federacion Rusa no era algo solido y que, en determinadas circunstancias, podria desintegrarse como lo hizo la Union Sovietica. Por otra, si no se aplastaba a Grozny, Rusia no solo seguiria teniendo un flanco sur muy debil estrategicamente hablando, sino que tambien perderia las palancas de influencia e conomica sobre Azerbaijan, ya que, como ha hecho notar el politologo Yuri Afanasiev, el oleoducto desde los yacimientos del Caspio que seran explotados principalmente por un consorcio de firmas occidentales no podria pasar a traves de Chechenia, sino que habria de hacerlo por Iran y Turquia. Es verdad que, debido a la guerra de Chechenia, las fuerzas democraticas rusas se han distanciado significativamente de Yeltsin, pero es poco probable que este efecto sea definitivo, ya que los reformistas no tienen alternativa. Yegor Gaidar, lider del partido Opcion de Rusia, recientemente lo dijo muy claramente: "No contribuiremos a que un hombre que comete errores tragicos sea reemplazado por otro que con gusto cometeria sangrientos crimenes". Mas aun, como varios politologos han dicho en diferentes oportunidades, muchos reformistas no estarian en contra de un Pinochet ruso no entendiendo por tal necesariamente a un militar que sacrificara la democracia para poder seguir adelante con la reestructuracion economica que el pais necesita. Por eso, el reforzamiento del autoritarismo seria incluso positivo si continuasen las actuales tendencias en el electorado ruso. Como han demostrado los numerosos comicios provinciales celebrados ultimamente, si man ana hubiera elecciones presidenciales ganarian como ocurrio en las parlamentarias de diciembre de 1993 los nacionalistas y comunistas. Ademas de Yeltsin, salen reforzados los poderes facticos. Pavel Grachov, ministro de Defensa, ahora probablemente podra liberarse de los viceministros que se le oponian, como Boris Gromov, el general que dirigio la retirada de las tropas rusas de Afganistan. El decreto por el que se le destituye esta ya sobre la mesa de Yeltsin, a la espera de que este lo firme. Lo unico que puede impedir cosechar los frutos de la victoria en la rebelde republica es que los chechenos lancen una campana terrorista en todo el pais. .