8 SEC. INF. GRAL. PAG. 6 CINTILLO: Razones CABEZA: La reconstruccion de la credibilidad CREDITO: JORGE FERNANDEZ MENENDEZ* Porque el problema central es este, no otro: la confianza y su componente indisoluble respecto a la estabilidad. Si evaluando aciertos y errores de las pasadas administraciones priistas, la sociedad dio su apoyo al entonces candidato Ernesto Zedillo el 21 de agosto pasado (en una forma que supero, incluso, las expectativas mas optimistas) ello es porque su candidatura generaba confianza en que el camino seguido durante los ultimos anos no era esteril y que la linea de continuidad estrategica en el terreno e conomico permitiria avanzar en la conquista de las demandas sociales y economicas mas sentidas y postergadas durante muchos anos. Ernesto Zedillo representaba esas esperanzas y esas expectativas. Es su deber y es su posibilidad (y responsabilidad) historica continuar asumiendo unas y otras y luchar por esos objetivos programaticos que podran delimitarse temporalmente, pero que no pueden postergarse hasta fin de siglo. En este sentido, quizas se estan subestimando en la evaluacion, y para la superacion de la crisis, factores politicos y sociales que han incidido y mucho en su resolucion. Hace unos dias, Luis Rubio, de forma inteligente , senalaba como el manejo de los instrumentos y de las expectativas transformo una decision que podia haber sido no traumatica e incluso benefica, como lo era el aumento de la banda de deslizamiento del peso respecto al dolar, en un golpe que no solo hizo caer a un secretario de Hacienda de todas las confianzas de Zedillo sino que coloco al propio Presidente en una situacion critica, dificil, compleja, porque golpeo a su naciente gobierno en donde mas le duele a cualquier administracion que esta comenzando: el factor credibilidad. Queda para otra oportunidad analizar no solamente como se termino produciendo la fuga de dolares y la posibilidad cierta de que este sea un capitulo mas del proceso de desestabilizacion politica y economica que vivio Mexico en 1994, sino tambien las repercusiones de la creciente globalizacion de las decisiones economicas que tanto afectaron en las dos ultimas semanas de diciembre a Mexico, pero que ahora son, mostrando su otra cara, una pieza imprescindible del nuevo programa economico. Por eso, creo que el mensaje de Zedillo y los puntos de acuerdo del Pacto estan tocando aspectos nodales de esa dificil tarea que sera la reconstruccion de la confianza, doblemente dificil en el caso de Ernesto Zedillo, porque la suya fue una campana relativamente corta hacia la Presidencia, en un medio social y politico en el cual no todos han podido percibir con claridad la personalidad y las formas e intenciones del nuevo Presidente para hacer y entender la politica. Pero šes posible retomar la confianza y la credibilidad en y con un ajuste economico que la sociedad literalmente no esperaba? Si es posible, pero no nos enganemos: en 1982 sabiamos que el programa de ajuste era inevitable y el propio programa de campana de Miguel de la Madrid lo manifestaba; en 1988 en buena medida ese ajuste se habia realizado durante todo el ano y se sabia que en esa transicion el manejo economico estaba en las manos de los hombres de confianza de Carlos Salinas, entonces candidato: su p rograma economico no sorprendio a nadie. Con el presidente Zedillo, como deciamos, fue distinto. Ayer mismo veiamos como la anterior administracion valoraba en forma diametralmente distinta a la que consideramos apenas 40 dias despues la causa de la actual crisis: la balanza de pagos de la cuenta corriente. Entonces el ajuste llega cuando no se lo esperaba, cuando las expectativas sociales en que se habia fundado el triunfo del PRI en agosto se basaba exactamente en lo contrario: las posibilidades de crecimiento y mejoria del bienestar social. Esa causa, deciamos, no se la puede soslayar so pena de que el propio gobierno de Ernesto Zedillo pierda sus objetivos originales y Zedillo no los va a perder: este, se ha dicho alguna vez, no era un gobierno para administrar la abundancia, pero tampoco para administrar la crisis. Por eso, quizas, las caracteristicas tan especiales del programa que se presentara: sera, ni duda cabe, un programa duro, ortodoxo, estricto en sus objetivos (y no en vano las largas horas de negociacion que se vivieron entre los firmantes del acuerdo en la Secretaria de Trabajo durante todo el dia, lo que obligo incluso a posponer la presentacion del acuerdo), pero es tambien un programa que busca cumplir esos objetivos en un lapso relativamente corto, cambiando las bases del crecimiento, poniendo mucho mas enfasis en lo productivo que en las inversiones financieras de corto plazo. Pero ese objetivo de que las medidas adoptadas logren reequilibrar la economia en tiempos cortos, requerira de otras medidas complementarias que escapan del ambito economico. Si en el pasado inmediato la economia busco dar estabilidad a la politica, ahora necesariamente debera ser distinto: debera ser la busqueda de la estabilidad politica y la continuidad de la reforma en ese ambito, lo que en buena medida podra restaurar la confianza y la credibilidad mientras el programa economico rinde sus frutos (y tie ne la economia nacional, a pesar de estos pesares, las condiciones para que esos frutos puedan madurar con cierta rapidez). Quizas no se trata, como propuso nuestro buen amigo Carlos Ramirez, de establecer un programa economico heterodoxo, desechando la ortodoxia: quizas el punto de equilibrio que se requiere es volver a insistir en que la credibilidad de un gobierno tiene bases sociales, economicas y politicas que deben estar equilibradas entre si. Quizas lo que fallo en 1994 y permitio que el plan desestabilizador en buena medida tuviera exito, fue que se penso que con la estabilidad economica estaba garantizada la estabilidad politica: lamentablemente no fue asi y resulto que, ahora, cuando la estabilidad economica titubea, recien se estan construyendo los recursos politicos que permitan recuperar la estabilidad; mientras, se debe echar mano en forma cada vez mas urgente a los recursos de consenso social. Quizas, lo mas importante, es que en medio d e esta crisis estamos descubriendo que la reforma debe ser integral; que la politica, la economia y la transformacion social, deben ir unidas, de la mano y que no se puede privilegiar a una para que actue como locomotora de las otras. *Director Adjunto de El Nacional .