PAG. 11 SECCION: Cultura CINTILLO: DIVERSA CABEZA: Relato en la muchedumbre CREDITO: Alejandro de la Garza Conocemos por lo aprendido, por lo escuchado y leido desde la infancia en forma de relato, en ese gran relato de la historia, de la vida y del hombre, conformado a su vez por infinidad de relatos. El relato mitologico griego fundamenta el conocimiento occidental de las sutilezas y matices de la tragedia y la traicion, de la representacion y lo simbolico. El biblico relato del sacrificial amor cristico sustenta la fe en el amor martir, en la caridad y la gracia como facultad de entrega absoluta. El r elato sangriento del Poder -del Cesar a Maquiavelo, de las cruzadas a las aventuras de conquista, de los programas a la tecnologia armamentista-, reelabora constantemente la epica del heroismo aunado a la barbarie, de la sobrevivencia y el exterminio, de la guerra y el crimen. Relatos del mito y la magia, del amor y la entrega, de la violencia y la muerte alojados en la medula del saber occidental, en el inconsciente o el imaginario colectivo como pulsiones hondas que articulan nuestro proceder al otorgarle sentido. A ellos se suman los otros saberes no occidentales hoy redescubiertos o revalorados. Culturas y civilizaciones diversas con relatos multiples y diferenciados. Voces corales que hoy se levantan para relatar otra historia, otras historias de saberes profun dos cuya excentricidad es puesta en duda y reconsiderada al plantearse un centro siempre en movimiento, constantemente desplazado, o bien la existencia de diversos centros irradiadores de otros relatos. En el siglo de la tecnologia y la comunicacion instantanea y planetaria, se han incorporado nuevos relatos que multiplican y diversifican los saberes y las creencias, las actitudes y las costumbres, que crean nuevos mitos y dan curso a procederes novedosos. El relato de la literatura desde siempre transforma al hombre, lo trastoca nutriendolo, impulsando su exaltacion creativa. El relato del cine dio movimiento a las imagenes que la fotografia habia detenido, pasando asi del relato estatico y fijo al fluido relato que acciona desplazandose, imbuido de mecanica del movimiento. En general, el relato del arte del siglo XX es el de la facultad critica, el rompimiento, la creacion de la tradicion de la no-tradicion. Rompimiento y vanguardia dan continuidad a la tradicion rehaciendola, renovandola. Pero en el centro de la fisura, su origen mismo arranca del distanciamiento y la diferencia, de la no aceptacion y la in-conformacion que denominamos simplemente critica. El relato critico condensa las lecciones mas valiosas del romanticismo, la modernidad y la vanguardia, incluso, s i se quiere, las de lo postmoderno, y se caracteriza por la promiscuidad: relato de relatos en el que todo y todos participan. Entre esta variedad y densidad de relatos ubicamos tambien el relato individual, el relato minimo, pero suficiente y valiosisimo de nuestra propia vida. En la multitud, entre tantos y tantos rostros semejantes, esta el rostro unico que nos interesa, un rostro que sabemos diferente porque es el relato que quisieramos escribir, nuestra personal version del gran relato del amor y la gracia, la entrega y el placer. Y junto a ese rostro en la muchedumbre quisieramos descubrir nuestro propio rostro, el relato de las emociones e ideas propias que nos recupere a nosotros mismos. El hombre como el relato mismo de su cultura y su tiempo. El medium que ya no traduce conocimientos espiritistas o magicos, sino que traduce e interpreta, encarnandola y escribiendola, la cultura, su personalisima cultura. Ponemos entonces en escena los personajes de nuestro propio relato. En el pequeno teatro de nuestras vidas representamos nuestras emociones y angustias, nuestros deseos y pasiones, conflictos y placeres hasta convertirnos e n nuestra propia creacion y version, en nuestra historia unica, hasta ser, por fin, nuestro propio relato. Escribio Octavio Paz: Sin entender comprendo: tambien soy escritura y en este mismo instante alguien me deletrea. .