SECCION: Espectaculos Pag. 8 CABEZA: Cuando la vida sale del closet Aunque se negaba a creer que su amigo moriria, el director cinematografico Jonathan Demme estaba conmovido por la aparente maldad caprichosa de la enfermedad. Decidio que queria hacer una cinta sobre el sida, pero despues de hablar con el guionista Ron Nyswaner se dio cuenta de que no seria facil. Nyswaner recuerda que en su primer encuentro para el proyecto, en 1988, resolvieron hacer una pelicula que no fuera "solemne, ni burrida, ni orientada hacia la enfermedad, ni una especie de cinta que predicara". N yswaner sonrie ante la letania de negaciones. "Al menos sabiamos que es lo que no queriamos. Lo contrario era mas dificil". Nyswaner y Demme empezaron a considerar historias posibles. Una era sobre una mujer que afirmaba haber reprimido los sintomas por medio de la santeria; otra era acerca de una cruzada a favor de drogas no aprobadas. Otra, basada en una serie de articulos ganadores del Premio Pulitzer, era una serie de cronicas sobre las reacciones de un pequeno poblado en el medio oeste hacia una pareja de gays con sida que vivia en una granja. "Todas estas historias eran realmente importantes", concede Nyswaner, "y en el me jor de todos los mundos podria hacer una cinta sobre los aspectos del problema. Pero este no es el mejor de los mundos posibles y no puedes hacerlo". Demme, por su parte, no queria hacer una cinta acerca del sida que evadiera a la comunidad gay. "De cualquier manera las peliculas sobre enfermedades tienden a no funcionar", agrega Nyswaner. "La gente no fue a ver Dying Young. Pero La fuerza del carino era un buen modelo para nosotros, pues aunque Debra Winger muere, no puedes decir que es una cinta sobre el cancer. Es acerca de una relacion madre-hija. Estabamos buscando algo asi". Esto aparecio en forma de noticias acerca de gente como Clarence B. Cain. Ayudante en la oficina de Filadelfia de una firma de abogados establecida en Cleveland, Cain fue corrido de su trabajo dos meses despues de informar a sus superiores sobre su enfermedad. Entablo una demanda en la corte federal y gano un juicio de 157 mil dolares en abril de 1990; dos meses despues, a los 38 anos, murio. La guerra por la justicia atrapo la atencion de Nyswaner. "Me aferre a la idea de la discriminacion como un gancho", recuerda, "y le dije a Demme que era una historia de David y Goliat: un abogado gay con sida demanda a la inocente firma de abogados que lo despide injustamente". David y Goliat: esa era la historia que esperaba Demme. El y Nyswaner llevaron la idea a Marc Platt - entonces jefe de produccion de la compania Orion-, quien se entusiasmo pero hizo una sugerencia. "Muy sabiamente", recuerda Demme, "dijo que teniamos que darle al publico alguien que los invitara al filme. Alguien que compartiera sus temores y prejuicios pero que al mismo tiempo fuera un ser humano. Asi que cuando buscamos a quien lo represente en su demanda, ¨por que no hacemos que nuestro tipo se enrede c on un abogado rabiosamente antigay, agresivamente heterosexual?", se rie Demme. "Recuerda, esto es Hollywood. Creo que Platt consideraba que si teniamos dos protagonistas homosexuales podria representar un serio impedimento en la taquilla. Probablemente tiene razon. Pero su idea tambien era dramaticamente resonante, asi que habia nacido el personaje de Joe Miller". Con una historia basica en puerta, Nyswaner se puso a trabajar en un borrador -entonces llamado Probable Cause- que se volvio amargo y butal cuando lo que queria Demme eran heroes. "Aun los abogados pueden ser heroes", recuerda Nyswaner que Demme le decia. "Incluso las personas con prejuicios pueden ser heroes". Nyswaner dice: "Los dos vivimos en la misma zona, yo manejaba hacia su casa en Nyack. Trabajamos en una cabana para lunas de miel propiedad de sus vecinos, a la que Jonathan llama La cabana del amor . El le decia a Joanne: [Ron y yo vamos a La cabana del amor, no nos molesten/. Lo que descubrieron en La cabana fue bastante molesto: sus propios prejuicios. En un proceso que suena como un encuentro entre la terapia y un juego de atrevimiento, Demme (49 anos, heterosexual, casado) y Nyswaner (37, homosexual, con un companero de muchos anos) se desnudaron de sus propias arrogancias y encontraron que en el fondo estaban enojados. "Socialmente soy un ciudadano consciente", dice Demme. "Pero eso puede ser un problema. En nuestro proceso de escritura estabamos tan enterados e informados -y tan enojados, especialmente-, que terminamos en la forma mas militante, dejando a la mayoria de los estadunidenses en el polvo. Nos habiamos vuelto tan hostiles y agresivos sobre la materia que no habia forma de que atrajeramos al publico". Y habia otro problema con el desarrollo del guion (ahora llamado At Risk): probablemente debido a que su amigo Botas todavia andaba por alli, Demme no queria que nadie muriera en la historia. "La primera vez que Juan fue al hospital fue algo grave", dice. "Pero en cierta forma, resistir esta primera megacrisis me hizo verificar que iba a sobrevivir. No queria declarar que la muerte es inevitable; la muerte no es inevitable si encontramos la cura. Asi que en el siguiente borrador, cuando Andrew Beckett -nombre con el que se habia designado al abogado con sida- sufre una crisis medica, sale de ella, danado pero con vi da. Juan leyo el guion y dijo: [Jonathan, estas son pendejadas. ­No puedes poner eso!"/ Demme se rie. "Bueno, ese era Juan. Su mantra era sacar los sermones y tener mas humor, como el lo hizo en vida. Nunca fue mas gracioso que cuando estuvo enfermo". Nyswaner y Demme encontraron que lo que habia detras de los sermones era perturbador. "Habiamos recapacitado sobre la discriminacion del sida", dice Demme. "Pero descubres, bastante rapido, que sin el rechazo a la homosexualidad la discriminacion por el sida podria no existir. Habiendo crecido heterosexual y antigay, mi responsabilidad era proporcionar informacion para usarla en el guion". Demme admite que uno de los discursos clave de Joe Miller salio directo de su corazon: "Cuando eres educado como el res to de nosotros en este pais... de inmediato te ensenan que los maricones son raros, los maricones son graciosos, son un peligro para los ninos, tienen miedo de pelear, y todo lo que quieren es ir sobre tus pantalones". Para Nyswaner esta fue la clave. "Creo que mucha de la discriminacion contra la gente con sida, ya sea que hayan sido contagiados, o sean drogadictos o lo hayan adquirido a traves de transfusiones, se remonta al miedo general a los homosexuales. Lo que me interesa es como el hecho de tener sida te hace una especie de homosexual de facto. Por ejemplo -y aqui hace una pausa, casi atormentado, como si tratara de encontrar palabras aceptables-, a un joven contagiado de sida que yo conozco cuando ingresaba a hospitales con frecuencia se le preguntaba si era gay. Eso era para el extremadamente desagradable; lo entristecia y lo confundia. Estaba aprendiendo a enfrentarse con su heterosexualidad. Lo siento por e l. ¨En que clase de mundo vivimos si es una experiencai humillante que te pregunten si eres homosexual?" La delicadeza con la que Nyswaner ve al joven - quien en otros lados ha identificado publicamente como su sobrino- es en apariencia una forma de confortar la pena de la familia. Por los dias en que habian comenzado a realizarse las tomas principales tanto el sobrino de Nyswaner como Juan Botas habian muerto. Sin embargo, aspectos de su personalidad y su historia fueron esparcidos como talismanes a lo largo de toda la cinta. No estaban solos, eran miembros fantasmas del mundo-Demme, esa confederacion libre de amigos, parientes, gente conocida recientemente en taxis: cualquiera, desde una nana hasta el alcalde de Filadelfia, con quien Demme se sintiera bien o le gustaria ver en una t oma. Ahora, en julio, Demme observa sus rostros en una pantalla de un estudio de Manhattan. Alli esta su madre como miembro del jurado, ahi estan la cunada de Nyswaner y una reportera que la hace de enfermera. ¨Y no es ese Roger Corman? Pero el mundo-Demme no se limita a individuos: ahi esta el grupo ACT UP de Filadelfia gritando: "­Estamos aqui, somos maricones, acostumbrense!", en una protesta afuera de las oficinas de gobierno. "¨Podemos darles mas presencia?", le pregunta Demme al editor de sonido, quien res ponde subiendole un poco el volumen. "Y la mujer que grita [­No debe haber derechos para los sodomitas!/ ¨Tambien podemos darle mayor presencia?" Trata de darles presencia a todos: el ministro, la lesbiana, el policia -incrementando el volumen de cada voz en la secuencia hasta que es tan fuerte, variado e incomprensible que suena como la propia vida. Finalmente Demme reconocio el peligro en el que estaba. "Cuando entramos al cuarto de edicion lo que teniamos era en parte comedia, en parte thriller, en parte drama en un juzgado, parte esto y lo otro". Gracias en cierta medida a decenas de comunicaciones del estudio, de parientes, asistentes y amigos, el guion se parecia poco a su primera version, oscura e incierta. Si, Demme y Nyswaner habian resistido el impulso de que Joe Miller cambiara de antigay a simpatizante del movimiento; tambien habian resistid o el "momento del abrazo" entre Miller y Beckett. Habia retenido, contra muchas objeciones, la asombrosa escena en la que Beckett baila mientras Maria Callas canta La Mamma Morta de Andrea Chenier: "Vivo todavia, ­Soy la vida! ­Soy el olvido! ­Soy el amor!" Aunque Demme es lo bastante fuerte para soportar las presiones externas que ahogan la mayoria de las peliculas, no existe un lugar seguro contra las presiones internas. "Segui tratando de impulsarla para exhibirla en los cines de los centros comerciales" , dice, "desesperado por atraer un gran publico. No confiaba en lo que tenia". El pietaje que llevaron al cuarto de edicion era algo asi como el asa de una bolsa. "No es hasta que empiezas a editar cuando realmente te enfrentas con la cinta", dice Demme. "Y eso significo darse cuenta de que no necesitabamos la comedia, no necesitabamos el thriller: ­oigan!, ¨saben que?, esto no es un thriller. Asi que quitamos todo. Habia una toma de camara fija de cinco minutos muy elaborada, conmovedora. La quitamos. Dejamos de tratar de ocultar sobre lo que trataba la cinta". Por lo menos en el osc uro y frio cuarto de edicion Philadelphia habia salido del closet. Para Tom Hanks, el filme nunca estuvo dentro del closet Tomado de Premiere, enero 1994. Traduccion: Xavier Quirarte. .