SECCION: CULTURA PAGINA: 11 CINTILLO: LA OPERA CABEZA: Los diccionarios y la opera CREDITO: Enesimo Nemo A esa desgracia del tiempo cruel hay que agregar, naturalmente, la cuota de injusticia, nacionalismo, europeismo, comercialismo, arrogancia, fragancia e ignorancia de los editores, que suelen hacerse la vida facil desentendiendose de todo lo que ocurre fuera de su pais o su continente, y que no se toman el trabajo de lanzar el anzuelo a otras aguas para ver que peces respetables flotan en ellas. Por eso, grave, cara y difificl tarea, practicamos la consulta de las publicaciones periodicas extranjeras, en la medida de lo posible, tanto como la navegacion de los catalogos discograficos accesibles. Pero el asunto viene a cuento porque acabo de adquirir la second edition de The concise diccinary of Opera (Oxford), cuyas desmanteladas ediciones de los anos 70 y 80 ya poseia yo en ingles y en italiano. Descubro con tristeza que se trata simplemente de una reimpresion hecha De manera que, para ilustrar el quejoso comentario, si ya habia notorias omisiones de importancia, errores y anacronismos en el Oxford de 1980, que era identico al de los 70, estos se recrudecen, repiten y confirman en la nueva, porque si en la anterior no aparecian los nombres de Jose Carreras, Tatiana Troyanos (ya desaparecida), Te Kanawa y otros de ya internacional trayectoria en esos anos, en la presente continuan ausentes otras muchas fundamentales figuras, que ya tienen tras ellas imponente discografi a y varias presentaciones celebradas en todos los teatros de Europa y de America. Ciertos ejemplos lamentables: no se encuentran en la edicion de 1982 los nombres de la misma Te Kanawa, el de Samuel Ramey, el de Eva Marton, el de Kathleen Battle, el de J. Norman, etcetera. ¨Para que sirve un diccionario de la opera 15 anos mas atrasado que los pobres mortales que lo consultan? Pero hay otros irritantes errores, arbitrariedades y descuidos y tonterias: Placido Domingo (y este es solo otro ejemplo), aparecia en la version italiana del Oxford, 1974, como l tenor lirico dramatico, despues de la muerte de Bjoerling! Asi estan las atrocidades de los senores editores de este nuevo Oxford, que como se ve, en nada se interesan sino en los negocios y nada entienden. Por anadidura, en la anterior edicion, y tras el nombre de Domingo, figuraba alfabeticamente bien sitada una ficha de nuestra ilustre mezzosoprano Oralia Dominguez, que en la edicion de 1992 ha sido simplemente suprimida. Y por supuesto, tampoco aparece ni por asomo en su letra el nombre de Francisco Araiza, aunque haya llovido mas de 15 anos desde su debut estelar en Europa y en America, y aunque se encuentre a sus espaldas la cauda de grabaciones y videos en estudio y en vivo que conocemos. En cambio (y e so esta muy bien, aunque nadie lo escuche ni lo conozca hoy dia), se inscribe la ficha de su casi homonimo Francesco Araia (Napoles, 1709, Bologna, 1770), un compositor de operas hoy ineditas. Me resisto a ocuparme de la horrenda, equivocada, misera y antediluviana ficha que se hace sobre la opera en Mexico. Sencillamente, hay que concluir en que no es posible depender para las constancias historicas de los europeos o los estadounidenses. Hay que hacer, como lo hicieron aplicadamente nuestros cronistas del XIX y lo han hecho algunos del XX, nuestras memorias y nuestros diccionarios (aparte de nuestra opera, que es cosa mas cuesta arriba). Ya hablaremos de todo eso. .