guia: 2301626 seccion: Inf. Gral. pag. 9 cabeza: El campo minado de la pacificacion credito: Fernando Irala Como en un campo minado, los esfuerzos del gobierno federal para negociar la deposicion de las armas por parte del Ejercito Zapatista se llevan a cabo en la contradiccion de, por un lado, encontrar una solucion rapida y efectiva que devuelva a la normalidad a la entidad y no enturbie el panorama politico nacional, y por otro, enfrentar los problemas de fondo de la region, que vienen de estructuras economicas y sociales que no han sido transformadas a lo largo del siglo -pese a la Revolucion- y que desde luego no tienen una respuesta sencilla ni inmediata. Se ha reaccionado con celeridad y sensibilidad, lo mismo al nombrar al comisionado para la Paz y la Reconciliacion, que en el respaldo a su gestion por el Ejecutivo, en la creacion de la Comision Nacional de Desarrollo Integral y Justicia Social de los Pueblos Indigenas, y en el incremento a los programas de desarrollo social y la exencion de impuesto como medida temporal para los chiapanecos. En el mismo sentido se ubica la recomendacion de la Comision Permanente del Congreso de la Union de emprender una reforma agraria en Chiapas, tarea que los primeros gobiernos de la Revolucion no llevaron a cabo probablemente por la carencia de un sustento social en esas zonas, y omision que con el paso del tiempo se torno permanente: las consecuencias estan a la vista; la persistencia de ese lastre hace a Chiapas mas cercana a las republicas centroamericanas de las que originalmente formo parte, plantea la necesidad insoslayable de incorporar a la entidad al mismo ritmo de desarrollo del resto del pais -al igual que a Oaxaca, Guerrero y otras zonas deprimidas en el territorio nacional. Solo en la medida en que esa transformacion social se de podra cimentarse una real pacificacion de la region. Los primeros dias del ano probaron que la solucion armada no es en realidad tal, y la respuesta militar, aparatosa pero no eficaz, no puede mas que exacerbar el conflicto, crear nuevos resentimientos, polarizar las fuerzas. De ahi que una primera, cuidadosa estrategia, sea evitar todas las posibilidades de reanudar hostilidades, cuyo ultimo amago fue el anuncio de nuevos ataques rebeldes que finalmente nunca se materializaron. Cuenta el gobierno con que las Fuerzas Armadas apoyan y acatan la linea de reconciliacion, y tal supuesto es condicion irremplazable en el proceso de pacificacion en el sureste. El camino hacia la paz debera, pues, transitarse con extremo cuidado, para evitar que equivocos y contradicciones puedan echar por la borda la disposicion al dialogo. La llegada de un nuevo gobernador interino seguramente facilitara esa labor, al igual que la decision anunciada de trasladar durante su mandato los poderes estatales a Ocosingo, el municipio donde mas prolongada fue durante los combates la resistencia zapatista. Demorara todavia la solucion final, aunque las partes hayan mostrado ya su disposicion a la negociacion. La convergencia apenas se inicia, y el dificil trabajo de encontrar coincidencias y establecer puntos de acuerdo requerira tiempo, serenidad, inteligencia, del comisionado gubernamental y de la dirigencia armada. Entre tanto, la sociedad ha abierto un compas de espera, atenta al desarrollo de los acontecimientos, entre la conciencia aguda de que los indigenas tienen razones cuya existencia agrede nuestras aspiraciones de igualdad y desarrollo, y la certidumbre de que solo en paz podra la nacion superar sus graves y lacerantes problemas de miseria y marginacion. Solo en paz tidumbre de que solo en paz podra la nacion superar sus graves y lacerantes problemas de miseria y .