SECCION: CULTURA PAGINA: 11 CINTILLO: JARABE DE PATO CABEZA: Un mundo romantizado CREDITO: Alvaro Enrigue Hay en esta afirmacion un doblez semantico espectacular: segun dice Matamoro -y no creo que sea casual- la cultura neoclasica se experimenta, la romantica se vive. Entre las acciones "experimentar" y "vivir" existe un abismo se-miologico que de tan profundo se hace axiologico: lo que se "experimenta" se vive concienzudamente, hay una clara intermediacion de la conciencia en el que "experimenta" los dictados sensacionales (de sensacion) de una cultura, en cambio, la cultura que se "vive" -cuando menos en ter minos de lenguaje- parece prescindir de la intermediacion de la conciencia sobre la experiencia pura del fenomeno. Es a fin de cuentas la vieja oposicion entre la realidad como cosa concreta y la realidad como cosa en proceso, como universo intervenido por la cultura. Es aqui donde el abismo semiologico se hace axiologico: la cultura que se aprecia como proceso, como "experimentadora" y sobre todo como "depositaria de un pasado", se mira permanente y mira al mundo con el airecillo displicente de los dictadores. La cultura neoclasica manda con su inmutabilidad sobre el mundo vanal en el que las cosas cambian. La cultura que exige ser "vivida", la romantica -al menos en terminos de lo que le estamos imputando a Matamoro-, mira al mundo como algo tan concreto que se antoja cambiarlo, por eso "entusiasma", invita a la accion. La reflexion de Blas Matamoro mereceria un comentario en cualquier circunstancia, pero actualmente viene al caso mejor que nunca -"viene al queso" dirian los jovenes de Narvarte- por la repentina romantizacion de la realidad nacional -y a lo mejor internacional, habria que ver- que produjo el levantamiento de Chiapas. La violencia, que es la forma mas avanzada del culto romantico a la transformacion de la realidad, libero a la "experiencia" mexicana de la cultura para hacerla vivencia estricta: dispuesta al compromiso con lo inmediato, un compromiso desconocido: compromiso no ideologizado. De unos dias a la fecha, la valentia en la toma de postura legitima mas al discurso sobre la realidad que ningun otro factor. Mexico -y un sector notable de las culturas occidentales- ha mostrado en los ultimos dias un absoluto "entusiasmo" por la realidad, por la posibilidad de transformarla y de construir un "futuro" mejorado. Palabreria romantica, diriamos hace apenas un mes. Estamos, despues de anos de inmovilidad, frente a algo desconocido, cuando menos para las generaciones nacidas despues de la guerra espanola: un fenomeno que pide compromiso y no exige militancia, una vivencia ingobernablemente romantica, diria -con razon- Blas Matamoro. .