seccion inf. gral. pagina primera de primera sumario: Dimension de la coyuntura Un Nuevo Mexico credito: Ruben Alvarez Chiapas se presenta dentro del sistema politico mexicano como una crisis disfuncional. A diferencia de otras situaciones tensivas, la del sureste mexicano prendio un foco rojo en el sistema advirtiendo los peligros inherentes para todo el pais y sus habitantes. El problema chicapaneco es de algun modo expresion de que algo no esta funcionando en la estructura del sistema politico mexicano y hay que corregirlo. La presencia del Eercito Zapatista de Liberacion Nacional si bien obedece a causas locales, sus demandas pueden ser facilmente generalizadas: trabajo, atencion medica, educacion, etc., en beneficio de todos los indigenas marginados. Estas son tambien las causas profundas nacionales que acusan la presencia de un conflicto socialmente detonante en el eslabon mas debil de la cadena: los indigenas de Chiapas. El momento historico de Chiapas, que nos ha interpelado -palabras de Samuel Ruiz- demanda tacto y conjugacion de las voluntades que protagonizan estos acontecimientos. Ayer, mientras en la Camara de Diputados se debatia el proyecto de Ley de Amnistia en sesion extraordinaria, en Chiapas, en un mensaje radiofonico transmitido en tzeltal, xochol y castellano, el Comisionado para la paz y la reconciliacion, Manuel Camacho Solis, y el obispo de San Cristobal las Casas hicieron publico reconocimiento de estos errores. Camacho Solis expreso que es necesario pedir perdon a los indigenas y a las comunidades "por todo el sufrimiento que han vivido". Por su parte, Samuel Ruiz hizo un llamado a la reconciliacion y a construir un Chiapas nuevo. El mensaje es de facto el reconocimiento del gobierno y de la nacion del olvido y la marginacion en que ha vivido este sector de la poblacion. Tiene un doble valor en estos momentos, pues por un lado ratifica la voluntad de encontrar una solucion conjunta con el EZLN, y por el otro previene posibles acciones que puedan pretender la ruptura del proceso de pacificacion y solucion del conflicto. El presidente Salinas ha manejado la situacion con tino y sensibilidad politica. Ha hecho justo lo que tenia que hacer para evitar que el conflicto se continuara localmente y se extendiera a otras zonas deprimidas del pais. A diferencia de conflictos semejantes surgidos en otros puntos de la geografia latinoamericana, en Mexico la tendencia apunta hacia una salida civilizada, racional y politica. Para detener los gritos que emergen de la boca del fusil, ha sido preciso reconocer estos males estructurales -que en Chiapas datan de la Colonia- como un paso obligado para abrir causas a la solucion dialogada. En otros paises la insurgencia armada fue siempre objeto de calificativos que tendian a descalificar al adversario, y se instrumentaron campanas que buscaban atribuir la gestion del movimiento a causas foraneas: comunistas, agitadores extranjeros pagados por potencias extranjeras, etc. La postura de Mexico fue siempre clara: el origen de estos movimientos debe buscarse en la miseria local y los graves problemas estructurales de los paises en que ocurre la protesta armada. No reconocer esta situacion y alentar la solucion de fuerza, como lo hacen todavia algunos dirigentes de organizaciones laborales y lideres de opinion dentro de algunos medios, es contradecir las posiciones que como observador imparcial siempre propuso Mexico para otras naciones y abonar el camino para un estallido generalizado. Por otra parte, aunque como la gran mayoria de los mexicanos, diferimos de los metodos de lucha de los zapatistas, importa hoy reconocer que sus acciones fuerzan a la reflexion: el aparato gubernamental, los partidos politicos, los estilos de liderazgo y los metodos de trabajo de las organizaciones en general tienen tambien que revisarse profundamente, pues marchan a la zaga no solo de los acontecimientos, sino del sentir mismo de la poblacion.