SECCION: CULTURA PAGINA: 10 CINTILLO: DIVERSA CABEZA: Rafael, el pintor mas amado/I CREDITO: Mercedes S. de Prats Juan Santi doraba angeles y candelabro de madera. Cuando el pequeno Rafael llego a la edad de cinco anos, aprendio a mezclar los colores y a lavar los pinceles. Le llevaron al castillo donde vivia la princesa Isabel Gonzaga, esposa de Guidobaldo de Montefeltro, que le tomo un gran afecto y le mostro sus colecciones de arte. El padre y el hijo estaban felices. Esta dicha les duro poco tiempo. En el otono de 1491, el pequeno vio morir a su abuela Elisabetta, a su madre y a una pequena hermana. Despues, Juan Santi, que se habia vuelto a casar con la hija de un orfebre, Bernardina, dejo tambien de existir, el 1 de agosto de 1494. El pintor se encontro huerfano, sin nadie de familia, a los 11 anos. Felizmente encontro un hogar con su tio materno, Simon Ciarla, que fue para Rafael, un verdadero padre, represento todo para este ser sensible que, en aquel entonce, ya sabia dibujar magistralmente. Para que continuase su aprendizaje, le llevo a casa de Timoteo Viti, un maestro amable y bondadoso. En su taller se cantaba y el joven pintor improsivaba canciones en la viola y en el laud. En este clima de sensibilidad y cultura desarrollo sus grandes cualidades. Dibujar y pintar no representaban para el ningun esfuerzo, sentia una gran dicha al hacerlo. Como la sintio, durante toda su vida. Cinco anos mas tarde, el maestro Timoteo Viti considero que no tenia nada mas que ensenarle. Hablo con el tio Simon y con la princesa Isabel. Habia que planear su porvenir. Tambien tuvo la proteccion del alumno y hombre de confianza de su padre, Evangelista de Piandimeleto, quien probablemente realizo con Rafael la primera obra encargada al joven pintor: el retablo de San Nicolas de Tolentino. Una manana de otono del ano 1499, el adolescente, provisto de un ligero equipaje, se dirigio a Perusa. Se instalo en casa de Pedro Perugino, antiguo alumno de Verrogio, que era un gran pintor. Rafael estaba feliz de ingresar en su escuela. Era un maestro exigente y los alumnos respetaban al maximo sus instrucciones. Rafael, discipulo ideal por sus cualidades y su docilidad, hubiera podido perder su gran genio creador. Felizmente solo asimilo una extraordinaria disciplina, que le quedo para toda su vida. Al regresar a Urbino en 1504, pinto Los desposorios de la Virgen, una de sus mas asombrosas obras. Tenia 21 anos. Su ambicion constante era perfeccionarse. Queria aprender a fondo la anatomia, el desnudo, los trajes, los peinados, las armas, los cabellos, las barbas y sobre todo las manos. No habia mas que una ciudad, Florencia, que contase con un gran movimiento artistico, donde el podia aprender todas estas disciplinas. Obtuvo una carta de presentacion de Juan Feltris. Llego en el otono de 1504. La ciudad tenia las mismas caracteristicas que aun hoy conserva. Se entusiasmo con Leonardo da Vinci e ingreso en su taller. Muchos de sus alumnos no comprendieron tanto a Da Vinci como Rafael, para quien fue un verdadero guia espiritual. En Florencia, el joven artista pinto sus celebres Madonas: la del Nino, la del Granduca, la de Tempi, la Bella Jardinera, la del Jilguero, la del Baldaquino, la de Foligno, la Sixtina, la de la Silla, la del Pez, etcetera. Huerfano, privado de carino, guardo siempre la nostalgia por el amor maternal, que no tuvo y plasmo en cada una de sus dulces figuras, la vision de la madre perdida en su ninez. .