Guia: 1701635 seccion: Inf. Gral. pag. 14 cabeza: Vencer y convencer credito: Federico Zertuche G. Las elecciones federales de este ano, en las que se eligiran al proximo Presidente de la Republica y a senadores y diputados, no solamente seran unas de las mas disputadas en las ultimas decadas, sino que perfilaran la consolidacion de la democracia en Mexico o su ruptura. A diferencia de 1988, en que de cara al proceso electoral los mayores reclamos, aspiraciones y problemas eran, sobre todo, de caracter economicos, en 1994 la mayor demanda de los mexicanos es politica, a saber, una mayor exigencia y un fuerte reclamo hacia un pleno ejercicio de la democracia en todos su niveles, particularmente en el sufragio efectivo y transparencia en las elecciones y sus resultados. Si bien es cierto que se han logrado progresos con la nueva ley electoral, en la conformacion de un padron electoral mas confiable, en la expedicion de una credencial electoral con fotografia mas segura, en la integracion de tribunales electorales con mayor representacion y autonomia, en materia de financiamiento de los partidos, y en general, en el conjunto de leyes, reglamentos e instituciones de la materia, persisten en la conciencia social y en el imaginario colectivo fuertes dudas e incertidumbre, cuando no un franco rechazo, sobre la veracidad y credibilidad de nuestros procesos electorales. No obstante que por otro lado tambien podemos percibir una mayor conciencia y participacion politica en los ciudadanos, en los partidos y organizaciones, que la cultura politica en Mexico (hasta hace poco muy retrasada, incluso frente a muchos paises de Latinoamerica) ha avanzado y se ha extendido mas, persiste en la opinion publica un sentimiento muy generalizado de incredulidad y duda sobre la posibilidad real de que los procesos electorales garanticen y sean fiel reflejo de las preferencias y del voto ciudadanos. Para el proximo proceso electoral, las reglas e instituciones estan dadas y son aplicables para todos los contendientes y ciudadanos. Fueron producto del consenso de todos los partidos con excepcion de uno (el PRD) que no quiso participar en las negociaciones y durante su legislacion voto en contra, porque asi lo decidio. Esto no obsta para que por tal motivo no se sienta obligado a someterse al imperio de la ley. Falta ver ahora que dichas normas e instituciones se apliquen y funcionen correctamente: antes, durante y despues de las elecciones y que resistan a la prueba de confiabilidad y certidumbre. A las autoridades, partidos, medios de informacion, opinion publica y a los ciudadanos en general, nos corresponde actuar con apego a la ley y con conciencia civica para que el proceso electoral sea limpio, transparente y confiable, puesto que es algo que a todos nos concierne de manera muy directa. Resulta pues desalentador que un candidato a la Presidencia, el Ing. Cardenas, ya desde ahora manifiesta con toda contundencia que ganara las elecciones, no en el sentido de que tal es su deseo o aspiracion, sino como un hecho que da por descontado y es incontestable, para, acto seguido, amenazar que si no se respeta su triunfo, ardera el pais. Tales opiniones y posturas, lejos de alentar a la ciudadania a fin de fortalecer la necesaria seguridad y confianza que debemos tener en nuestras leyes e instituciones, incrementa y propicia la cultura de la sospecha, desalienta el voto y en nada fortalece a nuestra democracia. Cosa distinta es apelar por la defensa del voto, como lo hace el PAN, dentro de los cauces legales y de una sana cultura politica. La presencia de observadores internacionales seria un elemento muy provechoso y util para revertir esa cultura de la suspicacia politica electoral. Nada mas falaz y demagogico esgrimir que aceptar la presencia de observadores internacionales seria claudicar en materia de soberania. Las elecciones de casi todos los paises del mundo son objeto de observacion internacional, sin que se merme en nada su soberania. Son nuestras leyes y los organos surgidos de ellas, los que norman y califican las elecciones; son nuestros propios tribunales los que dirimen las controversias, no los grupos u organismos internacionales que participan en calidad de eso, de observadores. Revertir esa cultura de la sospecha, de la duda o de la franca incredulidad en nuestros procesos electorales es tarea de todos. El PRI no solamente debe aspirar a vencer, sino principalmente a convencer. Los partidos, aceptar que estan en competencia y que tienen que ganar el voto ciudadano y, desde luego, aceptar la eventualidad de la derrota tar .