SECCION: ESPECTACULOS PAG. 17 CINTILLO: PANNONICA CABEZA: JARAMAR, UN VIAJE AL MUNDO DE LA VERDAD CREDITO: Miralos, alli vienen, con sus instrumentos a cuestas como siempre. La que camina al frente, la de la mirada profunda, es Jaramar, la mujer que perturba mis suenos con sus historias. Detras vienen Alfredo, el de los tambores, y luego Eduardo, con su arsenal de flautas y de cromornos. Observa la parsimonia con la que se conducen, su porte les distingue de los cirqueros que buscan la risa facil para ganarse unas monedas. Ellos no, ellos caminan erguidos, con el paso lento y firme de quien sabe a donde va. La magia empieza desde que eligen el sitio en el que habran de tocar. Ahora han escogido el portico de la iglesia para colocar sus intrumentos, cada uno en un sitio especifico. Los desempacan con especial cuidado, como si se tratase de objetos vivos... Pero, atencion, que ya han empezado a tocar! Que ligeros los sonidos del laud y de la flauta, dulce advertencia de que se avecina la tragedia. No pierdas de vista a Jaramar, nota como el rostro se transforma para revivir las historias que canta. Los versos, amigo, son flechas que apuntan directo al corazon: "Puncha, puncha, la rosa huele, que el amor mucho duele!/ Tu no naciste para mi, presto alejate de mi!/ Acuerdate de aquella hora que yo te besaba la boca.../ Aquella hora ya paso, dolor quedo en el corazon". Jaramar sufre la tragedia de la mujer que perdio el amor como si fuese su propia historia. Imagina esas cuerdas de guitarra adornadas con el aliento de la zanfona llevando la alegria de sus notas al ventanal de una mujer hermosa. Apenas asome los ojos, podrias asaltar a su corazon con la voz de Jaramar entonando: "El sol, la luna, el alba y el lucero,/ las doradas estrellas/ los ejes de oro en que restriba el cielo;/ el dia placentero/ banado en lumbres bellas,/ lloviendo lumbre y gloria por el suelo,/ son, pastora los bienes que a manojos/ saca Amor por las puertas de tus ojos". ¨Que donde los conoci? Ocurrio hace algunos anos. Vagaba yo por las puertas de la ciudad contemplando con desgano al domador de osos que visiblemente aburrido daba ordenes a un animal viejo. Con desenfado, dirigi luego mis pasos hacia donde estaban los brincadores de aros y los acrobatas. De pronto, clara, como si se dirigiese jsutamente a mi, una voz de mujer me llevo a los oidos un verso que se me quedo muy grabado: "La vida es un pasaje/ por ganar aventaje./ La muerte es un viaje/ al mundo de la verdad". Las palabras y la voz me sedujeron, no se parecian en nada a los versos de los poetas de la pleyade que gustan de alabar sin reserva la mano del soberano que les da de comer. Me acerque y alli estaba el trio, equilibrio de ritmo, melodia y armonia, contando historias de amor y desamor, vida y muerte, recolectadas en sus eternos viajes de ciudad en ciudad. Como hoy, aquella vez engarzaban una pieza con otra, como si sus manos tejieran una tela preciosa y cada instrumento fuese un hilo fino que le diera forma. Guitarras y flautas, laudes y tambores, panderos y teclados cambiaban de manos, bordando en el aire un manto sonoro para la voz susurrante de Jaramar. Nadie se atrevia a interrupir el equilibrio alcanzado entre los musicos, inmersos en sus canciones que mezclan las raices moras, judias y cristianas. ¨Acaso te podrias resistir al canto de Jaramar y la melodiosidad de sus acompanantes? Ven, vamos mas cerca, que su musica tambien vale una fiesta. ¨O a poco no dan ganas de bailar? Escucha atento para que te convenzas y cantemos con ella: "Yo tocare, cantando,/ el musico instrumento sonoroso;/ tu, las flores gozando,/ danza y festeja a Dios que es poderoso;/ gozemos hoy tal gloria,/ porque la vida humana es transitoria". Jaramar, Entre la pena y el gozo, disco editado por Lejos del Paraiso. Jaramar (voz), Alfredo Sanchez (teclados, cuerdas y percusiones) y Eduardo Arambula (zanfona, cromornos, rabel y flautas), recuperan canciones de la corte espanola de los siglos XIV y XV para recrearlas con instrumentos antiguos y sintetizadores. .