SECCION: ESPECTACULOS PAG. 8 CINTILLO: CABEZA: CREDITO: Motor, corazon, principal inspiracion y fuerza del desaparecido Univers Zero, el baterista Daniel Denis ha visto castigada su osadia creativa con la marca de la errancia. El nomadismo ha sido su sino y esa inaccesibilidad la ha transferido a su musica. El deambular no le impidio concebir, bajo la influencia de Huybrechts (musico oscuro oriundo de Belgica y ya fallecido, creador de obras contemporaneas imposibles de conseguir), Magma y la lectura de H.P. Lovecraft uno de los sonidos mas tetricos y funestos de nuestro siglo. Su pasado esta firmemente anclado a la vida de Univers Zero y solo unos cuantos obsesivos han seguido sus pasos por otros vericuetos (entre ellos la banda Present del tambien belga Roger Trigaux) hasta llegar a los noventa, decada en la cual, despojado de su responsabilidad de lider, comienza una carrera como solista. Baterista de origen -uno de los mejores en su genero-, dotado de un gran sentido del ritmo, habilidoso para manejar los cambios de tiempo y crear una fuerte tension en su musica gracias a un impresionante dominio del volumen, Denis ha extendido sus necesidades compositivas a los teclados. En ellos, como en la percusion, los tintes son ominosos, presagios del holocausto y si bien al componer recurre a otros instrumentos y musicos (entre ellos el clarinete, sax y oboe de Dirk Descheemaeker), el tono general e s sombrio. Ideal, si se lo propusiera, para musicalizar el fin del mundo. Sirius and the Ghosts (Cuneiform Records, 1991) es su primer trabajo en solitario, un disco que continua la tendencia implantada en Heatwave, la ultima grabacion oficial de Univers Zero, pero en donde, al mismo tiempo, Denis hace frecuentes referencias a sus origenes. Aunque las afinidades entre la actividad grupal de Denis y su proyecto personal son evidentes y marcan una impronta, las diferencias han sido suficientes para establecer un distanciamiento. En Sirious and the Ghosts y Les Eaux Troubles (Cuneiform Records, 1993), Daniel Denis se permite explorar, aunque todavia discretamente, cierta alegria. Se trata de chispazos, pequenos brotes que a la luz del todo magnifican el ambiente lobrego y de intranquilidad siempre presente en su musica. Son muchos, a juzgar por sus obras, los fantasmas que danzan en derredor del baterista, pero detras de esa marana de rostros es advertible una faz unica, la de una humanidad descarnada, terrorifica, en un eterno proceso de degradacion. Tal vez quienes se han topado con la musica de Denis fortuitamente no se han equivocado al describirla como el aliento de Satan. Sin embargo Denis, a diferencia del Adrian Leverkussen engendrado por Thomas Mann, no efectuo pacto alguno con el Maligno. Si su musica es gelida, sordida y hasta demencial por momentos, es porque ha conseguido penetrar en la esquizofrenia y las paranoias de un imaginario colectivo para hacer una descripcion de las mismas en detalle. Si hubiera una moderna Inquisicion, Denis ha mucho tiempo que habria caido en sus garras. Sus discos mas recientes bastarian para condenarlo; hacer con aquello que a otros horroriza un objeto bello es privilegio de iluminados, y el belga Daniel Denis parece ser uno de ellos. .