PAG. 15 SECCION: CULTURA CINTILLO: CABEZA: Matronas flageladas CREDITO: H. Pascal Pero cuando el misterio de la procreacion paso a ser un simple hecho biologico que obedecia a un efecto bien concreto, la union intima entre dos seres humanos de distinto sexo, la mujer dejo de ser una semidiosa que, por obra magica de su cuerpo, rendia esos apreciados frutos carnales que eran los hijos. Asi, viendo el hombre que sin su concurso los hijos no llegaban, se apropio del papel Sabemos tambien que los llamados ritos de la fertilidad en la edad antigua estaban fuertemente impregnados de magia, en la cual no se excluia cierta brutalidad. Tal es el caso de la famosa fiesta romana llamada lupercales, que se celebraba, principalmente en la ciudad de Roma, el dia, o mas bien la noche del 15 de febrero, en honor de Fauno o Luperco, dios de la fecundidad. Sus seguidores se reunian en la gruta Lupercal, que se hallaba en el monte Palatino y en la que se creia que habian sido amamantados por una loba los legendarios fundadores de la ciudad, Romulo y Remo. En esta gruta se sacrificaban cabras y perros en honor del dios Fauno. Luego, a los cuerpos de estos animales se les quitaba la piel y unos jovenes, llamados lupercos, se ponian encima tales despojos y recorrian la ciudad. Los lupercos, a su veloz paso por las calles, daban latigazos, con tiras de las mismas pieles, a las mujeres que se atravesaban en su camino. Pero lo asombroso no era esto, sino que las matronas romanas se esforzaba, precisamente, por quedar en el camino de estos jovenes flageladores para recibir los latigazos, pues se hallaban convencidas de que el dios de la fecundidad les conferiria, por impregnacion, grandes capacidades procreativas, o que curaria a las damas infertiles. Como dato interesante agregare las palabras del erudito ingles Royston Pike, que en su Diccionario de religiones dice: .