guia: 1001632 seccion: Inf. Gral. pag. 15 cabeza: Evitar el Mexico bronco credito: Enrique Condes Lara Mexico es un pais donde nunca pasa nada, pero cuando pasa, pasa", dijo alguna vez alguien. Y en efecto, du- rante las ultimas decadas se llego a creer que a pesar de la extrema pobreza en que viven millones de mexicanos, de los abismales contrastes economicos y sociales que caracterizan a nuestra sociedad y de las innumerables injusticias y carencias que sufren muchos, nunca pasaria nada. Una y otra vez fueron subestimados los hechos y los datos que mostraban que la inconformidad social y la constante postergacion de soluciones generaban la posibilidad de estallidos sociales. Particularmente, se penso que los despojos de tierras, las arbitrariedades de ganaderos y talamontes, la impunidad de guardias blancas, policias corruptos y politicos venales y las humillaciones y desprecios sociales en contra de las comunidades indigenas de Chiapas y, tambien, de otros estados, no ocasionarian acontecimientos tan graves y dramaticos como los que hoy en dia se viven en el sureste del pais. Tratar de minimizar o distorsionar el problema diciendo que "son solo cuatro de 100 municipios", que "es un conflicto muy localizado", o bien calificando como "malhechores" a los rebeldes, es una operacion que puede resultar muy peligrosa. Tal interpretacion llevara a la repeticion de los errores que desembocaron en los hechos que hoy lamentamos. Por el contrario, la Conferencia del Episcopado Mexicano capto con objetividad la realidad al subrayar que [/lo sucedido en Chiapas no es, un hecho simplemente de violencia ni de contenido exclusivamente politico, es una voz del pueblo que todos debemos escuchar y saber interpretar". (El Nacional, 5 de enero de 1994). Caracterizar correctamente la problematica no significa magnificarla, sino iniciar el camino para su resolucion. Afortunadamente, la reaccion generalizada de opinion publica, partidos politicos, asociaciones patronales e iglesias ha sido muy positiva: reconoce la existencia y gravedad de los rezagos sociales, el valor de la negociacion y el dialogo, la necesidad de respetar derechos humanos y evitar atrocidades, la importancia de la informacion veraz y completa. A diferencia de experiencias anteriores donde la cerrazon, la mano dura y la intolerancia se impusieron al razonamiento y a la prudencia, actualmente contamos con una vigorosa sociedad civil y una pluralidad politica que se niegan a perder los espacios de libertad y democracia que han conquistado. Este es el gran dique que cierra el paso en esta coyuntura a una regresion autoritaria de la vida nacional. Chiapas nos remite al Mexico profundo. No solamente al Mexico pobre de la ciudad y del campo, sino al Mexico milenario. En consecuencia, entenderlo demanda adentrarnos en la logica de sus tradiciones y formas culturales, en ultima instancia de su conmovision. Tres formas de ser y ver el mundo coexisten en nuestro pais. Una, plenamente moderna y occidental, determina el curso general de la sociedad; otra burocratica y corporativa, fue dominante por varias decadas y pesar de su actual desprestigio, cala aun en algunos sectores; la tercera, fundamentalmente precapitalista, ha vivido dominada, sin desaparecer, por quinientos anos. Es posible incorporar a la modernizacion del pais a la mayor parte de las fuerzas de origen burocratico y corporativo. Sin embargo, con el Mexico profundo mas que su desaparicion o asimilacion, hay que establecer lineas de comunicacion y coexistencia. La modernizacion del pais no puede significar su avasallamiento. A partir de su reconocimiento y respeto, debe buscar su insercion en el nuevo contexto de desarrollo nacional. No es cosa unicamente de invertir mas, sino de propiciar la modificacion de relaciones sociales degradantes y opresivas. El gobierno federal, a traves del Programa Nacional de Solidaridad, mantiene un esfuerzo sin precedentes por abatir la extrema pobreza. Sin embargo, el drama sangriento de Chiapas senala que tan importante como un incremento es la dignificacion del indigena, el respeto a sus comunidades y formas tradicionales de organizacion y representacion, su revaloracion como persona y como pueblos. Esto es, tal y como indica el Congreso Agrario Permanente en su declaracion del dia 6 del presente, hay que atacar "la ancestral estructura de opresion indigena". De otra forma, la inyeccion de nuevos recursos dificilmente surtira los resultados esperados. Por otra parte, la sociedad politica nacional debe reconocer autocriticamente su incapacidad para interpretar y canalizar por medios legales y pacificos las demandas y reclamos de muchas comunidades indigenas, no solamente chiapanecas. El estallido violento que ha conmocionado al pais entero, muestra la debilidad e inoperancia de formas de representacion, gestion y accion politica y social. En tanto los partidos politicos sigan siendo incapaces de convencer y conducir la accion de sectores de la sociedad, estaran muy cercanos los riesos de que el Mexico bronco nuevamente entre en escena o de que grupos antisociales arrastren tas de si a cientos o miles de personas. No es posible continuar dificultando la participacion legal y electoral independiente de fuerzas y agrupamientos regionales y locales. Tampoco es posible seguir sosteniendo artificialmente partidos de muy dudosa representatividad. Nuestro sistema de representacion politica es incompleto e insuficiente; no alcanza a captar todo el espectro de fuerzas, aspiraciones y pretensiones que genera el cuerpo social. En las camaras federales y estatales, en los ayuntamientos e incluso en algunos ejecutivos estatales, en ocasiones estan los que no son y no se encuentran representados todos los que debieran. En tanto, nuevos actores sociales y formaciones politicas con propuestas renovadoras no encuentran el marco juridico apropiado para desplegar adecuadamente su actividad. No se trata de pulverizar el sistema de partidos en mil y un pedazos, sino de ponerlo a la altura de las nuevas exigencias. Los peligros que puede causar una solucion equivocada del conflicto en el sureste pueden ser muy grandes. El principal, el efecto contagio. A lo largo de los dos ultimos anos, se presentaron en diversos lugares hechos alarmantes entre los que destacan el ajusticiamiento o linchamiento de bandidos y delincuentes por grupos de civiles desesperados por la ausencia, ineficacia o complicidad de autoridades. Tales personas pueden ver en la lucha armada la posibilidad justicia y reivindicacion aunque, como dijera el presidente Salinas de Gortari, "la violencia no genera mas libertad ni mas democracia sino odio y cerrazon politica". El desgaste de las instituciones electorales y de los partidos politicos puede ser el caldo de cultivo propicio para que muchos de aquellos que participaron en ocupaciones de presidencias municipales, en marchas o plantones y finalmente quedaron desilucionados, piensen que la guerrilla o la sublevacion pueden ser los caminos apropiados para arribar a la democracia. Con los sucesos de los dias recientes diversas tensiones y demandas contenidas pueden generar algunos brotes de violencia. Las manifestaciones de descomposicion social que se presentan cotidianamente en Brasil o en Colombia donde la extrema pobreza y la marginacion llevan a los jovenes a la delincuencia, alnarcotrafico o a la rebelion, son fenomenos que estamos ahora obligados a estudiar con mayor detenimiento. En Mexico, la violencia social ha sido tradicionalmente mucho mayor que la violencia politica. Pero si esta ultima lograsemotivar y canalizar a la primera, el pais podria entrar a una etapa de inestabilidad y descomposicion social. La responsabilidad del gobierno, de los partidos politicos, de las fuerzas de la cultura, de las agrupaciones obreras, de las asociaciones empresariales, de las iglesias y de los medios masivos de comunicacion es enorme. Urge llegar a acuerdos firmes y duraderos en materia politica y electoral. Convocar a un periodo extraordinario de sesiones del Congreso de la Union a fin de agotar consensadamente la agenda politico-electoral pendiente, seguramente seria una iniciativa de gran repercusion. Puede ser ahora muy delicado emprender las campanas electorales para la Presidencia de la Republica manteniendo la atmosfera de descalificacion, sospecha y revanchismo que marco el trato entre partidos durante los anos recientes. El fuego quema fera de descalificacion, sospecha y revanchismo que marco el trato entre partidos durante los anos recientes. El fuego quem .