SECCION: CULTURA PAG. 11 CABEZA: UNA NUTRIDA POBLACION INDIGENA DETERMINO lLA TAZA ORIGINAL DE LA CIUDAD DER MEXICO reproducido en el catalogo Pasado y presente del Centro Historico, que Fomento Cultural Banamex edito con motivo de la exposicion homonima realizada el ano pasado en el Palacio de Iturbide. Dicha publicacion se hace disponible al publico en la libreria del recinto localizado en Avenida Madero l7. El catalogo tambien incluye ensayos de Jorge Alberto Manrique y Teresa del Conde. Dice Bernal Diaz del Castillo que apenas ganada la Ciudad de Mexico, Hernan Cortes, quien al decir de Carlos Pereyra, autor de Las huellas de los conquistadores (l929 M. Aguilar, Ed. Madrid), vio la cuestion indigena con profundidad y la resolvio genialmente, se preocupo despues de tomadas las providencias higienicas mas urgentes, en senalar a los indios "en que (parte) habian de poblar y que parte habian de dejar desembarazada para en que poblasemos nosotros", indica el profesor emerito de la UNAM. En lo m aterial, la determinacion del caudillo fue lo que dio origen al hecho historico comunmente conocido como "la traza" de la ciudad que consistia en un plano regulador de la parte que se destino para habitacion de los espanoles, en el que se fijaron las calles y manzanas y distribuyeron los solares entre los europeos que se avecindaron en ella. La traza comprendia un cuadro relativamente reducido y su limite de demarcacion separaba la ciudad espanola de la ciudad india que se extendia rodeando a aquella. Entonces, el recinto europeo se situo en el rinon, centro de la antigua Mexico. "Esta ubicacion podia criticarse si solo se atienden motivos de la seguridad de la nueva puebla", continua O’Gorman, "pues elegir deliberadamente un sitio cercado por las habitaciones de una poblacion numerosa y hostil no parece ser un acierto militar. Pero, desde el momento mismo en que prevalecio la voluntad del general espanol, tocante a la fundacion de la ciudad cristiana en el mismo lugar que ocupo la capital gentil, quedab a obligada, consecuente con los argumentos politicos que hizo valer, la eleccion de la parte central de la ciudad antigua: suelo sagrado, simbolico de autoridad y senorio". Una acequia o canal separaba las dos ciudades. Como parte del nucleo europeo deben mencionarse los solares a lo largo de la antiquisima calzada que conducia a Tacuba, comenzando desde el perimetro del recinto espanol hasta tierra firme, que fueron reservados con el objeto de formar una via que proporcionara salida segura de la isla, en c aso necesario. Por lo tanto, en lo material, la traza significa la reserva de una zona urbana para los europeos, con exclusion de los indigenas, quienes a su vez tienen su ciudad, tambien exclusiva. Algunas concesiones de solares que se otorgaron muy al principio a espanoles en terreno destinado a los indios fueron revocadas y declaradas nulas (8 julio l528). El Premio Nacional de Letras l964 observa: "Resulta un poco dificil comprender esta situacion, sabiendo que los espanoles nunca tuvieron por denigrante, como tan a m enudo acontece entre vencedores y vencidos, la mezcla de sangre con los indios. Bien por lo contrario, las uniones entre espanoles y naturales fue cosa corriente y admitida sin dificultad y hasta codiciada por los europeos, con hijas de indios de condicion noble y ricos, con el objeto de adquirir derechos de senorio indigena. Por consiguiente, los motivos determinantes de la creacion de la traza deben buscarse en otra parte". Tambien esta una razon que "calificamos de militar, muy urgente en aquellos primeros anos siguientes a la toma de Mexico. Nuestros mas caracterizados tratadistas atribuyen el pensamiento de Hernan Cortes al recuerdo del desastre llamado de la Noche Triste. Esta manera de decir es un tanto melodramatica; pero si es indudable que el conquistador y su hueste tenian plena conciencia de su debilidad efectiva frente a la superioridad numerica y a la bien acreditada belicosidad de los indios. Esta circunstancia im puso a la nueva ciudad que iba surgiendo un aspecto guerrero, facil de comprender si se piensa que durante varios anos despues de la caida de la Ciudad de Mexico, los castellanos debieron vivir bajo una tension terrible de constante sobresalto y desconfianza. Por otra parte, la manera de ser de aquellos hombres de guerra, debio contribuir tambien a hacer mas pronunciado el caracter de fortaleza de la primitiva ciudad espanola. Desde este punto de vista, la traza, delimitada, en parte, en el terreno de una a cequia, hizo las veces de las murallas de las ciudades europeas, solucion esta, que en el caso de Mexico no era factible. La calzada que conducia a tierra firme completaba el sistema protector ideado con la traza". Pero asimismo esta el principio religioso. "Se quiso que los naturales vivieran juntos formando poblacion asilada de la de los espanoles, como el unico medio para lograr una evangelizacion eficaz. Se completo el sistema dividiendo la ciudad india en cuatro barrios, estableciendo jurisdicciones de feligresia definidas topograficamente con la mayor precision posible. Al auxilio proporcionado por estas medidas urbanas, los encargados de la evangelizacion podian ejercer cumplidamente su ministerio, vigilando mu y de cerca la conducta de los indios y encauzando sus costumbres dentro de las -para ellos- nuevas formas sociales. Ahondando en el concepto de la evangelizacion, O’Gorman apunta que para aquellos hombres del siglo XVI evangelizar significaba un gran cumulo de actividades no solamente religiosas, sino culturales, comprensivas de muchos aspectos, tales como la ensenanza del idioma, las artes y los oficios, la implantacion de instituciones sociales, politicas, juridicas y economicas. Asi pues, hay que entende r el evangelizar de entonces, como "el intento de incorporacion organica de los pueblos americanos a la cultura occidental". Tal como fue ejecutada la division por el trazador Alonso Garcia Bravo, hacia el ano de 1521, el sistema conserva el "pathos" del momento dramatico de la ocupacion de la vieja ciudad y sus templos, sigue diciendo el doctor. Para los pueblos vencidos, la traza es una profanacion que demuestra inequivocamente la impotencia y el ocaso de sus antiguos dioses, y pregona el arraigo cada vez mas solido de un nuevo y asombroso poder. Para los vencedores, la traza, en su patetica elementalidad, es la solucion urbana de la hueste, considerada en su caracter complejo de conquistadora y colonizadora. Sin embargo, la distribucion y trazado primitivos sufrieron desde temprana hora muchas modificaciones: en primer lugar, los limites del recinto de los castellanos, que era lo que propiamente se llamaba la Ciudad de Mexico, no permanecieron fijos, supuesto que en repetidas ocasiones intervino la autoridad para senalar nuevamente la traza, modificandola en atencion al crecimiento de la poblacion y a otras circunstancias que asi lo exigian; en segundo lugar, el principio de separacion de los dos pueblos, funda mento del sistema, se debilito de hecho y lo que primero se observo con el rigor que solamente una organizacion militar supone, luego fue infringiendose por medio de invasiones reciprocas fomentadas por las multiples necesidades de una vida en comun. Con motivo del ruidoso tumulto acaecido el 8 de junio de 1692, en el que los indios avecindados en la Ciudad de Mexico incendiaron el Palacio y cometieron otros graves excesos, se instruyo un expediente cuyo examen revela como en las postrimerias del siglo XVII, en momentos agitados y de desconcierto, los vecinos espanoles de Mexico y las autoridades coloniales palparon la amenaza y el peligro de un levantamiento de los naturales en la capital misma del Virreinato y despertaron el conocimiento del verdadero estado de fusion intima que ya existia entre espanoles e indios. Como resultado final del expediente se manda que los indios, vecinos y forasteros, no queden dentro de los limites nuevamente senalados; se les concede el plazo de 20 dias para desocupar el recinto, bajo pena, en caso de desobediencia, de 200 azotes y seis anos de obrajes u obra publica; por el solo hecho de encontrarse un indio, despues de la oracion, dentro de los limites de la traza, incurre en dichas penas; respecto a los indios que sirve n en panaderias y a los condenados a servicio o a los depositados por autoridad, el Virrey se reservo proveer. Por ultimo, bajo pena de 100 pesos y de dos anos de destierro de la ciudad y 20 leguas en contorno, se prohibio a los espanoles y demas vecinos el admitir o permitir que se admitieran indios en sus casas o solares situados dentro de los limites de la traza. Manifiesta el historiador que fue una ilusion creer que una simple linea, mas imaginaria que real, fuera suficiente para la union de dos pueblos vecinos de una misma ciudad, cuando a la vez se intentaba, por todos los medios, de asimilarlos y colocarlos bajo el signo de la misma cultura. Dentro de sus conclusiones O’Gorman anota que la traza impuso un marcado sello a la Ciudad de Mexico. "Es la medula de la organizacion colonial que, creando un recinto central cerrado con caracteristicas urbanas y arquitect onicas propias, se conservo en lo esencial a traves de todo el dominio espanol en Mexico, subsistiendo despues, hasta bien entrado el siglo XIX". .