SECCION: CULTURA PAG. 9 CINTILLO: 20 ANIVERSARIO DE SU MUERTE CABEZA: SALVADOR NOVO, IMPUGNADOR Y CORTESANO CREDITO: Gonzalo Valdes Medellin El 13 de enero de 1974 fallecio en la Ciudad de Mexico, victima de un paro cardiaco, quien sin duda es, ha sido y seguira siendo una de las figuras fundamentales de la literatura mexicana: Salvador Novo, quien nacio en esta ciudad el 30 de julio de 1904 (por lo que este 1994 tenemos una doble oportunidad para homenajearlo todo cuanto sea necesario) y cuya amplisima para obra no solo toca todos y cada uno de los generos existentes, sino que es una muestra palpable de la voz viva de la cultura mexicana y, au n mas, de su pueblo. "Compruebo con asombro y gratitud que soy leido por el pueblo -asumira el Cronista de la Ciudad de Mexico, poco antes de su muerte. La gente me conoce y sabe poemas mios de memoria... De manera que por eso ya puedo considerarme muerto y sobrevivido". (Entrevista postuma de Arturo Melgoza Paralizabal, del 15 de enero de 1974, en Excelsior). Sin abundar su habitual sentido de la satira, Salvador Novo hablaba de si mismo con la claridad demoledora que aplicaba a todos y cada uno de los hombres y mujeres de su tiempo que encarnaron momentos de su literatura, que hicieron eco a su sagaz aliento critico y prefiguraron el corrosivo veneno caracteristico de quien, segun Luis Cardoza y Aragon, "fingia fingiendo... sin fingir". Miembro de Los Contemporaneos, junto a Vi-llaurrutia, Pellicer, Torres Bodet, Ortiz de Montellanos y Antonieta Rivas Mercado, Novo lego a la historia de la literatura mexicana una obra rica, cuyos frutos aun seguimos cosechando, y una personalidad polemica que a la fecha continua levantando ampula o llamando a revision cada uno de sus escritos. Personaje llamativo, seductor, por la abundante envestidura teatral de su persona, traducido ello en actitudes iconoclastas y subversivas, cuando no deliberadamente estrafalarias, Salvador Novo poseyo un caracter contradictorio que arribo a la genialidad (en su primera juventud con una actitud plenamente contestataria, beligerante y critica), pero que al final de sus dias prefirio el artificio de la mascara, para legar patrioticamente a nuestro pais una cultura universal, necesaria y revitalizadora, asi com o evolutiva y entranable en cualquiera de sus facetas. De tal manera, es posible hablar del Novo poeta (autor de Nuevo amor, de Satira, el libro ca...), del Novo ensayista (Nueva grandeza mexicana, En defensa de lo usado, Las locas, el sexo y los burdeles), del Novo cronista (La vida en Mexico... en los periodos de Lazaro Cardenas a Lopez Mateos, Continente vacio), del Novo dramaturgo (El tercer Fausto, La culta dama, La guerra de las gordas) y, en este rubro, del Novo actor, director teatral, maestro de actuacion y promotor infatigable de las artes escenicas, que descubre e impulsa talentos significativos, de real trascedencia para nuestras letras dramaticas, como los de Emilio Carballido y Sergio Magana. Pero tambien es imposible desligarse del Novo que intenta con la novela (Lota de loco, misma que deja inconclusa) o con las Memorias que una publicacion de corte gay dio a conocer fragmentariamente -con el subsecuente escandalo de por medio- y de las que, se tiene entendido, el original completo esta en manos de los herederos de Novo, quienes no han mostrado el menor interes por verlas editadas en su totalidad, tal vez por temor a herir susceptibilidades, o realimentar el escandalo. Y es que Salvador Novo s upo hacer del escandalo uno de los rasgos cotidianos de su existencia. El, todo, se fue convirtiendo en escandalo. Su recia personalidad no podia menos que llamar la atencion y causar la admiracion y/o o el morbo -de propios y extranos. Mexico convirtio a Novo en una leyenda viviente y Novo hizo de Mexico el escenario perfecto de su leyenda. Quiso ser un dandy, fracaso en el intento. Su presencia es la del homosexual alegoricamente asumido ante el cual la gente se maravillaba o no podia menos que aceptar como un hecho consumado por los andares permisivos de la modernidad. Hay muchos Novos y uno solo. Quienes lo trataron, quienes lo conocieron dan diversas versiones de el. Y es que el mismo se encargo de hacer de su figura publica un itinerario de posibilidades, revistiendola, con cierta mirada nihilista, de misterio. Pues su vida como ser humano, como amante por vocacion, como solitario por consecuencia de su destino, son algo hasta ahora poco explorado. Emmanuel Carballo, en 1965, ya reparaba en esto: que no eluda ningun tema, por privado o peligroso que sea; me entusiasma, asimismo, su capacidad para la autocritica. (No conozco en las letras mexicanas de este siglo -Vasconcelos es un caso aparte- retratos mas despiadados que los que el se pinta periodicamente: al describirse, y con frecuencia exagera los rasgos y oscurece adrede los colores, deja sin armas a sus advesarios). Al leer textos suyos que desconocia y otros que me entusiasman, me sucede algo curioso: lo admiro y lo entiendo menos. Quiza algu n dia pueda contestarme esta pregunta: ¨Quien es Salvador Novo?". El contexto global de su obra tiende a despejar esta incognita. ¨Quien es Salvador Novo? Si cada verso autoparodico nos da las coordenadas exac-tas para responder a la pregunta, la mayor parte de sus textos nos permiten emplazar un estudio psicologico -descarnado- de este pesonaje que se ubica mas alla de lo obvio de su historial pagano. Pero, ¨quien fue Novo? Aun cuando mucho nos obstinemos en verlo festivo de tiempo completo, Novo fue un tragico por excelencia. Disfrazaba la amargura con la carcajada estentorea, con el retador ahinco de su afeminamiento compulsivo. Su poesia no miente, ni la amorosa ni la satirica, mucho menos la autoparodica. Novo paso del apogeo contestatario a la decadencia sistematizada. Fue siempre mascara. Encubrio su verdadera individualidad en dos cliches repartidos en el tiempo y el espacio. Fue un dandy impuro mientras escribio poesia , luego, cuando confeso que la poesia ya no salia de el, se fue perdiendo en el torbellino de los accesorios -purificando su dandysmo, para la supervivencia pasiva. En su juventud provoco e hizo frente a las buenas costumbres, a las decentes conciencias. Su a-rrebato le es premiado. La sociedad le asimila y el se deja atrapar socialmente, utilizando a su favor el yugo de la violencia antinormativa. Se convierte entonces en vocero y bufon del sistema, en personaje publico que ha logrado la aceptacion social -y moral- arrepintiendose, demagogicamente, de sus pecados de juventud, queriendo heredar a las generaciones nuevas solo el instinto impugnador inherente a la educac ion, la creacion, la cultura. Novo, en la segunda mitad de su vida, ¨fue un a-rrepentido? En cierto sentido, pero lo que somos comunitariamente, con frecuencia dejamos de serlo en la individualidad, sobre todo si eso que comunitariamente nos define se ampara en el estatismo del disfraz. Por lo mismo -y a riesgo de no repetir lo que siempre se ha dicho sobre este escritor-, lo que resulta interesante es ya no abordar a Novo desde la superficie terrena de sus actos publicos. No; hay que ir al ser humano, al verdadero ser, al de los poemas de Nuevo Amor, al de las Memorias, al de la novela inconclusa, al persecutor, con la obra El tercer Fausto, de lo que hoy conocemos como literatura gay y, en consecuencia, a una de las figuras insoslayables en el movimiento homosexual mexicano, asi sea solo por constante y estimulante referencia. Con Novo, como con Wilde, hay que ir mas alla de los aspavientos de su leyenda. Al verdadero Wilde lo encontramos en el martirologio que lo condujo a la expiacion cristiana de su condicion homosexual culpabilizante, y de la cual surge la tan hermosa como inclemente Epistola In Carcere et vincylis: De profundis. Y Novo no es un caso muy distinto. Fue un reflejo del dandysmo a la mexicana, pero le traiciono su juego con la oligarquia. Se dejo seducir por si mismo antes que por su voluntad impugnadora. ¨Quien fue Salvador Novo? ¨Por que dejo de crear a partir de su triunfo ante el sistema? ¨Por que opto por ser el historiador de la vida nacional, de las costumbres mexicanas? ¨Que deseaba expiar al apasionarse por los temas prehispanicos al final de su vida? Hay un profundo sino tragico en este personaje, compartido p or casi todos los miembros de su generacion, pero ¨que hay mas alla de todo esto que sabemos? ¨Y por que, siendo un personaje eminentemente teatral, y encontrando el ultimo gran refugio de su vida en el teatro, no pudo gozar del prestigio de ser, ante los ojos de los conocedores, un gran dramaturgo? Quiza aqui se expone la primera veta para encontrar al autentico Novo; el teatro, como la poesia, requieren de toda la sinceridad y lealtad a si mismo de que el creador sea capaz. El teatro de Salvador Novo es uno donde no lo vemos de cuerpo entero, salvo la excepcion de El tercer Fausto o el monologo final de Antonia, la heroina de La culta dama. Novo se quiso amparar en una dramaturgia de indole social, pero paradojicamente, esa sociedad le era, si no desconocida, si absolutamente ajena. Sus intentos por denunciar las corruptelas del poder, trazadas en A ocho columnas, hallan detraccion en las mismas posturas reaccionarias de Novo, censurando El gesticulador de Usigli, o aplaudiendo la matanza de Tlatelolco en 1968. Por todo ello, no podemos sino seguir considerando vigente aquello escrito por Emmanuel Carballo hace 10 anos: "Salvador Novo murio el 13 de enero de 1974... murio tiempo atras, quiza en el momento en que ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua, quiza el dia en que fue nombrado Cronista de la Ciudad de Mexico, quiza el 2 de octubre de 1968, fecha en que aplaudio la masacre contra el movimiento estudiantil ordenada por el presidente Diaz Ordaz". Y renacio, quiza, el dia en que fue negado a sus restos mor tales el ingreso a la Rotonda de los Hombres Ilustres. .