seccion inf. gral. guia: ALPonte Pag.1-1 balazo: LA NACION Y EL MUNDO cabeza:Chiapas: censos alertadores y clarificadores indispensables credito: Juan Maria Alponte Asombra y sobrecoge un poco, en principio, que la crisis de Chiapas no haya proporcionado a la sociedad, por via de los medios de comunicacion social de masas, elementos fundamentales para el analisis o para el conocimiento especifico, esencial, de la explosion de violencia. Una vez mas, de manera inequivoca, manifiesto mi absoluta conviccion de que la violencia no es la "partera de la historia", sino, al contrario, la posibilidad de que, con su pretexto, generacion y proyeccion se alimenten, en vez de verdaderos procesos historicos de clarificacion, formas concretas de fabulacion ideologica o de supersticion mitica. De la misma manera, y a su vez, parece indispensable advertir que la violencia no es, solamente, la confrontacion y la ruptura del orden juridico. Dicho de otra forma, es indispensable aceptar que existen numerosas formas de violencia subyacente -no menos graves- que se desprenden dialecticamente, de las estructuras economicas y sociales y, en ciertos casos, como parece indisputable en Chiapas, de contradicciones culturales muy profundas. En estos momentos resulta indispensable, para evitar que la confusion se transforme en el centro del debate (lo cual posibilita todos los supuestos, incluidos los mas irracionales), que tengamos una informacion precisa sobre la entidad y sus estructuras concretas. El censo de 1990 es, ahora, una herramienta de trabajo imprescindible para acercanos, con datos significativos, a lo que me permitiria denominar, como en el caso de ciertos niveles de inflacion escondidos, como violencia subyacente. 1) El hecho demografico de Chiapas Chiapas tenia, en 1990, a la hora de la realizacion del XI Censo General de Poblacion y Vivienda, tres millones 210,496 habitantes. Esa cifra representaba el 3.95 por ciento del total de la poblacion de Mexico. No hay que olvidar, sin embargo, que solamente siete entidades federativas (Michoacan, Guanajuato, Puebla, Jalisco, Veracruz, Distrito Federal y Estado de Mexico) estaban por encima de Chiapas. Demograficamente, varios hechos nos proporcionan un punto de partida, resonante, para entender los problemas del estado. El primero corresponde, como se evidencia en el magnifico Perfil sociodemografico de la entidad, y de acuerdo con los datos del INEGI, al crecimiento poblacional. La poblacion de Chiapas, en 1990, comparada con la de 1980, supuso un incremento medio anual impresionante: el 4.5 por ciento. Aunque muestra una curva decreciente, con ese nivel de aumento, los habitantes de Chiapas podrian duplicarse en solo 16 anos. El dato conmociona y revela en que medida el problema es muy grave. El segundo supuesto, en la valoracion de la piramide demografica de la entidad, gravita sobre un elemento inmenso: que el 44.2 por ciento de la poblacion total tiene menos de 15 anos (aproximadamente es el 20 por ciento en los paises industrializados), esto es por encima, claro esta, de la media nacional, misma que se situa en el 38.9 por ciento. Las demandas originadas por esa situacion, y sus consecuencias socioeconomicas, son obvias. Entre uno y otro hechos baste decir, sin mas, que el crecimiento poblacional de Chiapas ha supuesto el transito enorme de un millon 569 mil habitantes en 1970 a dos millones 084 mil en 1980 para llegar, en 1990, a los 3,210,496 que contabilizaba el censo. Es inutil ignorar la inmensa presion de esos hechos sobre la memoria, la actividad social y las carencias o demandas economicas y culturales que ello plantea. 2) El hecho cultural y escolar En 1990 el Perfil Socioeconomico de la entidad revelaba que el 32 por ciento de los habitantes de Chiapas era monolingue; el 63.3 por ciento bilingue, en tanto que "un 4.7 por ciento no especifica su condicion de habla espanola". Las lenguas indigenas mas importantes de los estratos monolingues -haciendo mas compleja y significativa la variable cultural- son el tzeltal, tzontzil, chol, tojolabal y zoque. La poblacion de mas de 5 anos de edad que hablaba una lengua indigena en Chiapas se elevaba, en numeros redondos, a 716 mil personas; el espanol era el instrumento natural del 63.3 por ciento de sus habitantes y, como antes se dice, no hablaba espanol el 32 por ciento, esto es, 228,889 personas. Todo ello supone (con el 4.7 por ciento sin especificacion) un factor de pluralidades y contradicciones, al mismo tiempo que exigen de las autoridades y de la sociedad civil, en su conjunto, una doble e indisputable prudencia y ponderacion a la hora de juzgar los fenomenos colectivos. De ahi, a su vez, la importancia enorme del proceso escolar en lo que este supone o significa, sobre todo pedagogia de la libertad y formas de integracion respetuosas de la identidad cultural. En este punto hay que advertir, segun el censo, que el 73.4 por ciento de la poblacion de 6 a 14 anos sabe leer y escribir, pero, considerandose a la poblacion mayor de 15 anos, el analfabetismo afectaba, en 1990, al 30 por ciento de la poblacion. Es una cifra muy grave que, sin bien es verdad esta sufriendo contracciones evidentes (el 45.4 por ciento de la poblacion de mas de 15 anos era analfabeta en 1970), no es menos cierto que plantea una carencia esencial en la base fundamental para el cambio. Sobremanera en estos momentos, es decir, cuando Mexico rompe su cordon umbilical con el aislamiento y se integra, radicalmente, en un universo competitivo y productivo que descansa, antes que nada, en la preparacion de los recursos humanos. Es inutil decir en el cuadro de esa estructura social, que la mujeres analfabetas -lo que incrementa la injusticia cultural- presentan indices mas altos que los hombres. En esas condiciones tiene enorme importancia, en consecuencia, la asistencia escolar. Todavia, sin embargo, los rezagos (indisociables de los procesos culturales, familiares y socieconomicos) no permiten el optimismo irracional. En efecto, la asistencia escolar de la poblacion chiapaneca de 5 a 14 anos muestra que solamente el 67.4 por ciento de los ninos entre 5 y 14 anos asiste a la escuela. Es indisputable la necesidad de terminar con ese vacio: con esa suma reveladora. A todas luces, como ya he propuesto alguna vez, se requiere un empadronamiento juvenil que haga posible, con una beca escolar y la creacion de un sistema de apoyo no burocratico (con consultoras sociales o consultores del mismo barrio, por ejemplo, que supervisen la asistencia y senalen las causas familiares, sociales o laborales que impiden la presencia de los ninos en las escuelas), una red de asistencia. La cuestion es tanto mas significativa si se tiene en cuenta que la asistencia escolar se incrementa notoriamente a partir de los 9 anos lo que demostraria, de un lado, que la necesidad de la educacion se hace mas patente y, del otro, que las carencias, impedimentos y problemas familiares, para los menores, son mas complejos. Un dato del censo es inequivoco y preocupador: "A nivel municipal -dice el magnifico instrumento de analisis de que hoy disponemos por via del INGE- se observa que en 44 municipios el porcentaje de asistencia es igual o mayor al estatal, de 67.4 por ciento a 88.0 por ciento, mientras que los 67 restantes se encuentran por debajo, registrando valores que oscilan entre el 66.9 por ciento y 40.6 por ciento". Si todos los caminos llevan a Roma apenas hay duda de que nos encontramos con una estructura en la que las carencias reales exigen, sin duda, un replanteamiento y, posiblemente, un Plan de Accion de Urgencia que desde Solidaridad misma, para eliminar la burocratizacion y el aterrizaje de mandarines, postulase el apoyo inmediato, con la sociedad civil, a las estructuras sociales y culturales de niveles mas criticos. 3) El hecho laboral y salarial de fondo El proceso urbano de Chiapas, aunque creciente, no se atiende a los grandes lineamientos de otras entidades. De todas las maneras no es ocultable que cuatro municipios representan, grosso modo, el 23 por ciento de la poblacion total de la entidad: Tuxtla Gutierrez (295,608 habitantes, o, lo que es lo mismo, el 9.22 por ciento de la poblacion del estado), Tapachula (222,405 habitantes, esto es, el 6.94 por ciento del total), Ocosingo (121,012, o, en sintesis, el 3.80 por ciento) y San Cristobal de las Casas (que en 1990 contaba con 89,335 habitantes, o, en suma, con el 2.80 por ciento de la poblacion de Chiapas). La ausencia de grandes aglomeraciones urbanas y la existencia, por via contraria, de numerosos municipios (la entidad cuenta con 111) debilmente poblados hace mas complejas las soluciones si, a la vez, se cruzan los fenomenos linguisticos. Nada de ello debe impedir el encuentro, inteligente, de soluciones, al tiempo, verdaderas y no violentas. Estas ultimas estan condenadas a la esterilidad. El discurso de la sangre implica incremento, pero no disminucion de los inmensos problemas reales que se desprenden, sin mas, de los datos. Es por demas sabido, en consecuencia, que estamos hablando de una entidad muy pobre. Baste decir que existen 16,422 localidades, el 99.2 por ciento rurales, con muy pocos habitantes (entre 1 y 2,499 personas), lo que amplia las dificultades concretas en terminos de escuelas, trabajo, equipos y organizacion de las estructuras sanitarias y de comunicacion. En consecuencia, el Plan de Accion Urgente debe contemplar esos hechos sin demagogia y con serenidad. La realidad es el unico punto de partida, objetivo, para el cambio. De todas las maneras, esa realidad implica una estructura laboral insatisfactoria que multiplica las carencias. Baste decir, por tanto, que el 58.1 por ciento de la poblacion economicamente activa esta instalado en el sector primario (agricultura, pesca y silvicultura), con lo cual se puede entender que los rendimientos son muy bajos y con efectos inmediatos, poco positivos, sobre el nivel de vida. Recordemos que Estados Unidos y Canada, enormes productores agropecuarios, solo tienen en el sector primario al 2.1 y al 2.9 por ciento de su poblacion economicamente activa en esa area y, sin embargo, sus excedentes agricolas son uno de sus principales problemas. Las consecuencias, pues, de aquel proceso de carencia -donde la educacion ocupa un lugar fundamental y sin eludir que el aumento de la participacion chiapaneca en la educacion secundaria es un hecho ya de indudable trascendencia- identifica fenomenos de pobreza indisputables. En efecto, el censo de 1990 senalaba que el 39.9 por ciento de la poblacion ocupada recibia ingresos inferiores a un salario minimo. Es muy posible, pues, que en ese caso nos encontremos ya con niveles de extrema pobreza. De acuerdo con las mismas y valiosas fuentes, siempre detalladas, el 21.2 por ciento de la poblacion ocupada en Chiapas percibia ingresos de uno a dos salarios minimos lo que, presumiblemente, nos acercaria a una evaluacion de pobreza, en tanto que el 8 por ciento de la poblacion ocupada obtenia, con su trabajo, de dos a tres salarios minimos. El estrato social que contaba con ingresos superiores a 5 salarios representaba, en 1990, el 3.6 por ciento de la poblacion economicamente activa de Chiapas. No son esos, claro esta, todos los datos (el 67.6 por ciento de la poblacion chiapaneca se declaro catolica, el 16.3 por ciento protestante y evangelica y, ademas de pequenos grupos, el 12.7 por ciento se autocalifico sin pertenencia a religion alguna), pero nos permiten medir y ponderar, segun la razon y la inteligencia, la fraternidad y la comprension de los hechos, las causas profundas, estructurales, de formas de violencia subyacente que pueden ser utilizadas y manipuladas, cierto, pero que no nos evitan la reflexion, por una parte, y la urgencia, a su vez, por otra. Chiapas, pues, en la memoria de la vida ero que no nos evitan la reflexion, por una parte, y la .