SECCION: CULTURA PAGINA: 11 CINTILLO: DIVERSA CABEZA: El futuro esposo CREDITO: -Te vas a ver muy bien. Ese tono gris a rayas te hace ver mas alto y delgado -le habia dicho mientras el pensaba si en realidad no le estaba pidiendo que bajara de peso y creciera un poco mas. -Despues pasas por el restaurante japones y te traes un do esto terminara ¨o no?, alcanzo a escuchar una voz leve que se perdia en su interior Desde que habian tomado la decision de casarse, unos tres meses atras, parecia que su vida se habia complicado con citas, horarios, compromisos, invitaciones a cenar o a conocer a la familia de ella, obligaciones y deberes que lo abrumaban y no dejaban de hacerle sentir incomodo y forzado, casi fuera de lugar, con el deseo de estar en otro lado o ser otra persona. Todo lo atribuia al nerviosismo y la preocupacion que motivaban los gastos de la fiesta, los arreglos necesarios, las invitaciones y la comida ma s sofisticada, el lugar ideal para la luna de miel, etcetera, etcetera. Salio de su bancaria oficina en el centro y camino algunas calles hasta la sastreria donde tuvo que esperar cerca de media hora a que le probaran un saco a medio hacer, todavia con las marcas de tiza de los cortes trazadas en las solapas y las mangas. Luego se midio el pantalon gris que le quedo ajustado por lo que reclamo con gravedad: la ciudad donde recogeria su coche, compraria la cena oriental y llegaria en un hora y media mas o menos a cenar con su futura esposa y sus futuros suegros. Un animo soporifero lo fue invadiendo mientras realizaba los mecanicos y rutinarios movimientos cotidianos de meter el boleto en la ranura, caminar por los pasillos, esperar en el tumulto de gente a que llegara el vagon y subirse a empujones y pisotones que arruinaban los lujosos zapatos nuevos que le habia regalado ella como muestra de buen gusto. -Este tipo de mocasin europeo se te ve bien con calcetines a cuadros, ademas te hacen falta otros zapatos color miel, son de muy buen gusto, recordo entonces los comentarios que le habia hecho mientras el revisaba los zapatos sintiendo una inexplicable indiferencia ante el asunto que a ella parecia entusiasmarle tanto. Al salir del Metro paso frente a un aparador y tuvo la inopinada sensacion de ver a otra persona en si mismo. La misma sensacion vaga se repitio en el espejo del restaurante japones donde compro esa especie de bocadillos para la cena, bocadillos que ademas a el no le agradaban mucho. Ya en su automovil, con rumbo a casa de sus futuros suegros, una certeza inconfundible fue emergiendo del fondo de su cabeza o ¨su corazon? Se pregunto entonces si realmente era eso lo que queria. Si estaba hecho para ese tipo de vida matrimonial regido por la familia y el estatus, por las apariencias y los formalismos, por los puros compromisos sociales y la inagotable aspiracion a ascender en la escala social. Detuvo el auto unas calles antes de llegar. Se bajo y sentado sobre el cofre tomo una decision radical. lla, tenemos mucho que hablar... en la cena, que bueno que no tardaste-, dijo y lo abrazo intensificando el contacto de sus cuerpos. Mientras cenaban, ella le acaricio la mano y le sonrio repetidas veces con intencionada coqueteria. Ya a los postres, ella pregunto -¨quieres decirme algo?. .