SECCION INF. GRAL. GUIA: ALPONTE Pag. 1-1 BALAZO: LA NACION Y EL MUNDO CABEZA: Ano uno del tratado: leamos la historia CREDITO: Juan Maria Alponte Hace 145 anos, en un articulo publicado el 23 de enero de 1848 en el Deutsche Brusseler Zeitung (el periodico aleman de Bruselas), Friedrich Engels, al analizar los acontecimientos del ano anterior, festejaba la intervencion estadounidense al sur del Rio Grande. Exactamente decia: "En America hemos presenciado la conquista de Mexico, que nos ha complacido. Constituye un progreso, tambien, que un pais ocupado hasta el presente exclusivamente de si mismo, desgarrado por perpetuas guerras civiles e impedido de todo desarrollo, un pais que en el mejor de los casos estaba a punto de caer en el vasallaje industrial de Inglaterra, que un pais semejante sea lanzado por la violencia al movimiento historico. Es en interes de su propio desarrollo que Mexico estara en el futuro bajo la tutela de Estados Unidos..." Federico Engels, coautor con Karl Marx del Manifiesto del Partido Comunista, en febrero de 1848, pretendia senalar, desde una version etnocentrica y casi colonialista, que lo mejor que podia ocurrir a Mexico consistia en ser invadido por un pais mas adelantado para, de esa forma, acelerar sus procesos internos y las contradicciones de clase y, con ello, el ascenso a niveles mas altos y complejos del desarrollo. No duda en advertirlo, en el mismo articulo, "Die Bewegungen von 1847", ("Los movimientos en 1847") con palabras dramaticamente equivocadas: "Es en interes del desarrollo de toda America que Estados Unidos, mediante la ocupacion de California, obtiene el predominio sobre el oceano Pacifico. Pero ¨quien, volvemos a interrogar, saldra gananciosa, por lo pronto, de la guerra? Solo la burguesia. Los norteamericanos, en California y Nuevo Mexico, adquieren nuevo terreno para crear alli nuevo capital, vale decir, para que surjan nuevos burgueses y se enriquezcan lo antiguos..." En sintesis, la misma idea: el surgimiento de una clase opresora moderna que, por su propia naturaleza, contribuiria a la destruccion de los modelos sociales de produccion anteriores. Los paises, los hombres y sus propias experiencias culturales y politicas pesaban poco o nada en el analisis. Ese indispensable retorno a una lectura analitica, que no ensaye ni la condena ni la desercion de la comprension del tiempo historico, permitira medir, hoy mas que nunca, la necesidad de la razon. No se olvide que la generacion de Marx y Engels habian vivido, en los anos treinta del siglo XIX, la polemica impresionante sobre la creacion del sistema ferroviario en Francia. En 1835 la Academia de Medicina de Lyon (entre Saint-Etienne y Lyon, circularia en Francia la primera locomotora de vapor) hacia una declaracion abiertamente contraria a los ferrocarriles... de la epoca. Su contexto, asombroso si se tiene en cuenta que traducia el pensamiento cientifico y no solo el ideologico que pretendia ser cientifico, impresiona aun: "El transporte demasiado rapido de un clima a otro producira en las vias respiratorias un efecto mortal, al mismo tiempo que los bruscos cambios de alimentacion, pasando de la mantequilla al aceite producira estados dispepticos y disenterias que exigiran una inmediata repatriacion. Los movimientos de trepidacion suscitaran enfermedades nerviosas, como el baile de Saint-Guy ("la danse de Saint Guy" dice el texto original), enfermedades histericas y sindromes epilepticos en tanto que la fugaz sucesion de las imagenes entranara la inflamacion de la retina. El polvo y el humo ocasionaran bronquitis y adherencias en la pleura. Finalmente, la ansiedad por los peligros constantes padecidos por los viajeros los mantendra en permanente alerta y sera el anuncio de afecciones cerebrales. Para una mujer embarazada todo viaje en ferrocarril entranara, infaliblemente ("infailliblemente" decia la "infalible" Academia de Medicina de Lyon) un aborto en todas sus consecuencias".