SEC. CARTELERAS CINTILLO: ALEJO CARPENTIER CABEZA: El influjo de una ciudad real maravillosa CREDITO: Ada Oramas ¨Que misterios descubrio Alejo Carpentier en La Habana, cuando en las madrugadas salia de la redaccion del periodico La Discusion, en el segundo lustro de los anos veinte? Estos misterios aparecen envueltos en una poesia evocadora, donde narra como se abre una ventana morisca junto al mediopunto policromo, mientras los guardacantones y guardavecinos completan esa imagen intramural de La Habana. Reaviva en su mente escenas de la ciudad en "Paginas de memoria", texto escrito en aquella epoca y aparecido en Revolucion y Cultura en septiembre-octubre de 1980. Es la interaccion vital de la urbe y sus habitantes, con personajes y habitos que definen una naturaleza propia, no un pintoresquismo con indicios de sofisticacion. Esta descripcion es tan vivida que logra la visualizacion de esa ciudad de repiques y repiqueteos. Lo desconocido en la Habana Una estampa costumbrista, donde describe La Habana de intramuros y los personajes que le otorgaban una atmosfera muy caracteristica como parte indisoluble de su identidad esta contenida en los muelles de La Habana, publicada en informacion del 22 de Julio de 1944. En rapidas imagenes desfilan ante el lector las tabernas, el musico ambulante que se construyo un violin con una lata de aceite fija en un palo de escoba; Manuel, experto ladron, quien robo al general Polavieja, a la entrada del Teatro Tacon, una cartera que contenia once mil pesos. La narracion adquiere una magia que atrapa al lector y llega a lograr imagenes liricas acerca de los peces: "Comienzan a dar coletazos, haciendo un ruido que evoca, por su frenetica y apretada percusion, el de una ametralladora distante". En Pregones habaneros (2 de agosto de 1944) caracteriza los distintos cantares, tipicamente habaneros, de los vendedores ambulantes. Inicialmente, hace una alusion al caramillo del amolador de tijeras y encuentra sorprendentes inflexiones de cantus firmus en el Mango...Mangueee. Formula incluso la hipotesis de que la mayoria de ellos se cantan en tono menor, lo cual considera un contrasentido, pues debian utilizar el tono mayor que realzaria el mensaje comercial. En esta cronica, desarrolla toda una teoria a partir del pregon tamalero, el cual evoluciona por proceso de sintesis hasta llegar a una definitiva expresion, donde la frase con picante y sin picante, pican y no pican, hasta la explosion brevisima que define como un pizzicato de cuerda: pic...pic...pic. Y sorprende al lector con una deduccion: el triangulo que usaban los barquilleros (vendedores de helado) era la replica de un instrumento de origen turco que utilizaron "les marchands de plaisirs"< $> de tiempos de Luis XIV Una selva de columnas Se refiere Carpentier a la existencia de constantes que le comunican un estilo propio a la ciudad con esa pupila que miraba y sabia ver, analizando en partes y en todo cada mansion, plaza o castillo, Carpentier toma el alarife como punto de partida para describir la impronta con que ha marcado la columna a La Habana Esta realidad estetica se concentra en un parrafo muy significativo de Alejo en la "Ciudad de las Columnas", cronica mayor que aparece en su volumen Tientos y diferencias (Ediciones Union, La Habana, 1974). Y expresa la esencia de su pensamiento en este aspecto al decir: "asi en muchos viejos palacios habaneros, en algunas ricas mansiones que aun han conservado su vieja traza original, la columna es elemento de decoracion interior, lujo y adorno, antes de los dias del siglo XIX, en que la columna se arrojara a la calle y creara aun en dias de decadencia arquitectonica evidente una de las mas singulares constantes del estilo habanero: la increible profusion de columnas, en una ciudad que es emporio de columnas, selva de columnas, columnata infinita, ultima urbe en tener columnas en tal demasia...". A partir de ellas, Alejo define el barroquismo cubano, en contraposicion al de otros paises del continente. Y este espiritu barroco, tan mestizo por antillano, creo -a su juicio- ciudades perfectamente ordenadas, cuyo orden desordenaban ventosos octubres. En ese contexto situa a la capital y caracteriza su apariencia; las columnatas de La Habana, escoltando sus Carlos III de marmol, sus leones emblematicos, su india reinante sobre una fuente de delfines griegos, me hacen pensar torneos de selvas posibles, fustes de columnas rostrales, foros inimaginables en los versos de Baudelaire que se refieren al "temple on de vivants piliers-laissaient entendre parfois de confuses paroles" (templo donde columnas vivientes dejan escuchar a veces confusas palabra s). Una jubilosa Habana En cien oportunidades he escuchado sus voces secretas y he tomado su pulso. Asi sintetiza la humanizacion de su ciudad al describir el reencuentro con lo suyo, en una jubilosa Habana, publicada por vez primera en la seccion letra y solfa del Diario El Nacional de Caracas, el 17 de junio de 1959. El triunfo de nuestra revolucion da un vuelco no solo a la tematica, sino al contenido e incluso a la forma de escribir de nuestro cronista mayor. Quedan atras las remembranzas y los suenos, un tanto utopicos de un porvenir incierto. De entre las iluminaciones, en esa constante de luces y sombras, van apareciendo las entranas habaneras, de una ciudad tan alegre en su fibra, tan triste en su esencia, en tiempos de la seudorrepublica. Destaca el jubilo multitudinario del pueblo en nuestro proceso revolucionaro. Y como colofon, un parrafo simbolico donde retrata el entusiasmo popular por el magno acontecimiento y se anticipa a lo que seria un hito en la historia de nuestro pueblo, la primera celebracion del 26 de julio en la Cuba revolucionaria: 50 mil guajiros a caballo, con sus sombreros de guano, sus guayaberas, zapatos de vaqueta, mochas y machetes desfilaran O manes del cucalambe! Por las calles de esta jubilosa ciudad. .