SECCION CULTURA PAGINA 33 CABEZA: LA LUNA CREDITO: PATRICIA MORALES* La Luna, astro segundo en tamano del sistema solar, tiene un radio de 1,736.6 km y una circunferencia maxima de 10,906 km corresponde a un poco mas de un cuarto del meridiano terrestre; su volumen es de un cincuentavo de la Tierra. De nosotros, se encuentra a 384,403 km en promedio, y su velocidad de rotacion de un km por segundo. Un dia lunar entero corresponde a 28 dias. Varia la cantidad de luz solar (la Luna no brilla por si misma) sobre su cara visible desde la Tierra, y eso explica el fenomeno de la s fases lunares. A la Luna debemos los eclipses, fascinante juego entre tres: el Sol, la Tierra y la Luna. De acuerdo, pero mas interesante que todos los datos que pueda aportar la ciencia, son sin duda las fantasias arquetipicas que la Luna ha inspirado. Nosotros, porque tenemos electricidad, no sabemos lo que es una noche absolutamente negra y en rotundo silencio, tampoco podemos imaginar lo que significa depender de la luz de la Luna y sus fases. Como los antiguos. De una noche a la siguiente, la Luna es distinta; esta capacidad de metamorfosis explica el caracter ambiguo de las primeras deidades lunares, casi siempre femeninas. Estas diosas aparecen formando triadas, o con tres aspectos inseparables que reflejan las tres fases de la Luna: la nueva, la creciente y la llena. A la Luna nueva cuando se encuentra entre el Sol y la Tierra su cara visible esta oscura se le asocia con la muerte, la gestacion, la hechiceria; con la diosa griega Hecate que preside, para los griegos, nacimiento y magia negra. En contraste con esta Luna traicionera, la que esta en cuarto creciente es de una esbelta elegancia casi fragil, conmovedora. Se antoja delicada y virginal, promisoria; es como si estuviese preparada para dejarse fecundar. Al oscurecer, tiene la forma de un tazon abierto, expecta nte. A esta Luna creciente se le vincula con Persefone, secuestrada por Hades. Y tambien se dice que es el emblema mismo de Artemisa, virgen cazadora y patrona de las bestias salvajes. La Luna llena, en cambio, es magica, hipnotica. Redonda y amarilla, en ocasiones es incluso siniestra, cual si fuese un ojo misterioso que nos vigila desde la oscuridad del cielo nocturno. Dificil dejar de verla o sentir su poder, la cuspide del ciclo lunar. Y esta asociada con Demeter, la diosa de la fertilidad, madre de tod as las cosas vivientes. Despues, la Luna comienza a menguar, se adelgaza y oscurece hasta que deja de estar ahi. Hecate recupera el poder, y urde sus hechizos oculta en el mundo subterraneo. Afilada y humeda, palida y encendida, distante y cercana, la Luna es paradigma de lo fugitivo, la ambigedad, lo femenino; la gran madre tan protectora como avida y amenazante de los antiguos mediterraneos. Ha suscitado por igual miedos y esperanzas, estimulado la imaginacion, propiciado intuiciones extraordinarias. En su ciclo cristalizan mitos y leyendas. Si al Sol le incumbe lo diurno y la coinciencia, la razon y lo que es eterno, las fantasias que nos provoca la Luna se refiere al mundo nocturno de l as emociones: amor, locura, suenos, brujas, anhelo de fusion, vampiros y hombres lobo. Se sabe de la influencia que tiene la Luna sobre la naturaleza, en especial el agua; no solo el mar las mareas son su efecto mas evidente los gatos y moluscos entre otros, tienen con ella correspondencia innegable. El cuerpo humano es tambien dominio suyo. Son muchos los viejos textos sobre diagnostico y terapia en relacion con la Luna. Uno de ellos es el de Hermes Trismegisto, que confirma el uso de la interpretacion astrologica para determinar los momentos criticos de una enfermedad. Y Paracelso medico , alquimista y brujo estudio la influencia de la Luna sobre el cerebro desde la tenaz analogia entre Luna y agua, siendo el cerebro la parte mas humeda del cuerpo humano. En el umbral del ano 2000, el hecho de la Luna permanece intacto, poco importa que hubiesemos llegado hasta ella en 1969. *PSICOANALISTA Y ESCRITORA .