PAG. 28 SECCION: INTERNACIONAL CABEZA: Ni dioses ni amos. (1) CREDITO: LLUIS BASSETS Los socialistas franceses, no son los unicos desilusionados por la renuncia de Jacques Delors a presentarse a las elecciones para la Presidencia de la Republica. Sus dirigentes y militantes sabian que la candidatura de Delors era un regalo excesivo e inmerecido para un partido maltrecho, dividido y gastado como es el socialista, fundado en 1971 por Francois Mitterrand, para llegar a la Presidencia de la Republica y devorado por su propio fundador durante sus 14 anos como inquilino del Palacio del Eliseo. El canciller aleman, Helmut Kohl, en cambio, debe estar mucho mas decepcionado, y con el todos los europeistas convencidos, conocedores de la importancia del tandem franco-aleman en la construccion europea. La eleccion de Delors hubiera significado un reforzamiento de este duo historico, que ha creado las bases de la paz y de la union de los europeos mediante la superacion de la rivalidad fratricida desarrollada en tres guerras, la franco-prusiana, en 1870, y las dos mundiales. La presencia de Delors en el Palacio del Eliseo hubiera sido una garantia para algunos pasos trascendentales que debe dar la Union Europea en los proximos anos; la reforma institucional destinada a dar cabida a los paises del Este europeo y a reforzar la capacidad de decision de la Union, principalmente en politica exterior y de defensa, y la obtencion de la moneda unica en la primera cita de 1997 o, en su defecto, en la segunda cita de 1999. Delors se halla comprometido en ambas cuestiones; es uno de los mayores criticos del Tratado d e Maastricht, por las deficiencias de la politica exterior y de sguridad comun, que tienen su traduccion sangrante en la catastrofe politica y humanitaria de los Balcanes, y es el autentico padre de la Union Economica y Monetaria, propuesta en 1989 por un comite y en un informe que llevan su nombre. Para los espanoles no es tampoco una buena noticia. Un pais de tamano medio como Espana obtiene beneficios del reforzamiento de la Union y sufre en cambio cada vez que los grandes Estados toman el camino de la cooperacion intergubernamental. Esto es lo que propugnan, con mayor o menor intensidad, tanto Jacques Chirac como Edouard Balladur, frente a la opcion federalista de Delors, el hombre que potencio el papel de la Comision como un casi gobierno europeo, apadrino el ingreso de Espana y Portugal y elaboro los dos paquetes de perspectivas economicas (paquete Delors I, 1988-1992, y paquete Delors II, 1993-1997), que incluyen el mayor programa de ayudas a las regiones pobres desde el Plan Marshall y complementan el Mercado Unico con un contenido de cohesion y solidaridad interterritoriales. Parece claro, pues, que el federalismo europeo, el europeismo y la socialdemocracia mas moderada han perdido una gran batalla con el gesto de renuncia de Jacques Delors, un gesto no se sabe si de despecho hacia la entera clase politica empezando por Mitterrand y los socialistas, de rigorismo y puritanismo excesivos o de calculo personal y familiar a largo plazo. No es descabellado pensar, sin embargo, que las ideas representadas por Delors hayan salido ganando de este envite. Incluso es facil sospechar que, con despecho, con rigor puritano y con calculo personal, el presidente de la Comision ha lanzado un desafio politico de los que hacen historia, con el objetivo de colocare en un lugar privilegiado y de gran influencia en lo alto y al margen dentro de la escena politica francesa y europea. Para presentarse, Delors necesitaba como minimo un partido y una mayoria politica. Tenia muy poco de lo primero y nada de lo segundo. Nunca ha sido un hombre de partido ni ha sabido mover los hilos de las convenciones y los congreso socialistas. Su estilo es el dela claridad y no el de las combinaciones y las maniobrs destinadas a dividir al enemigo y a reagrupar alrededor de si las fuerzas proximas. Dicho de otra forma; no es ni ha querido ser nunca Mitterrand, y para presentarse debia ser un poco Mitterra nd. Sin partido y sin mayoria, Delors se arriesgaba a una campana electoral dificil, en la que estaria obligado a boxear con una mano atada en la espalda. El todavia presidente de la Comision tiene en su largo curriculom un unico combate electoral, el que le convirtio en alcalde de Clichy-sur-Seine, en las afueras de Paris, en las municipales de 1983. Las campanas electorales se le antojan ejercicios impropios para su pudor (y quiza para su orgullo), y no esta nada habituado a los golpes bajos. Su prurito antid emagogico prometia a sus adversarios momentos felices. No hay lugar en su repertorio ni en su estilo para la realizacion de promesas sin cumplimiento posible ni para ataques marrulleros a sus adversarios, como los que se prodigaron Mitterrand y Chirac en las ultimas presidenciales. Este handicap puede haber pesado seriamente en su decision, al igual que la incognita sobre la consistencia de su excelente imagen durante una larga y dura campana electoral. Delors es un politico atipico en el panorama europeo. Asi como Mitterrand es el politico profesional por excelencia, el presidente de la Comision ha conseguido dibujar una original imagen de si mismo, entre el tecnocrata y el profeta, entre el militante de base y el intelectual. Esta imagen es la que le ha proporcionado una popularidad inmensa en Francia, donde casi el 70% de los electores no descartaban, en un reciente sondeo, la posibilidad de otorgarle su voto. La fidelidad a esta imagen es precisamente lo que le impide ahora presentarse y lo que refuerza todavia mas su inutil popularidad. Este heroe es la contrafigura politica de Mitterrand, pero es tambien la contrafigura ideologica de Margaret Thatcher, con quien tiene, en cambio, puntos en comun en su franqueza expresiva, en la claridad de ideas y en la pugnacidad de su estilo de trabajo. Tambien del contraste con la Dama de Hierro surge buena parte de la popularidad de Delors; frente al capitalismo cruel propone un combate racional y realista para mantener lo esencial del Estado del bienestar; frente al individualismo egoista, la solidar idad con los desvalidos y desheredados; frente a la division de los europeos atizada por los instintos nacionalistas, el federalismo. El contraste entre Delors y el resto de la clase politica es mucho mas vivo todavia si se utiliza el rasero de la moralidad. A diferencia de casi todos sus hipoteticos adversarios y de los dos anteriores presidentes de la Republica, es practicamente imposible hallar el hilillo de una trama sospechosa de corrupcion sobre su chaqueta. En caso de haberse convertido no ya en candidato, sino en Presidente de la Republica, es evidente ine Aubry, ex ministra y figura ascendente del socialismo Todo indica que Delors ha hecho una reflexion conducida por la profundidad estrategica, tanto en lo que se refiere al panorama politico como en lo personal e incluso familiar. Presentarse como candidato socialista era la opcion tactica, capaz de resolver las cosas en el corto plazo, a costa de un altisimo precio, principalmente personal. Retirarse y mantenerse como la maxima autoridad moral y politica de Francia, con una prometedora hija que ahora entra en liza, era la opcion del largo plazo. Tambien es la opcion que permite sonar en una refundacion de la izquierda, despues de la purga y lejos del mitterrandismo y de la vieja politica. Pero hay todavia un ultimo elemento paradojico en la explicacion de su renuncia. El gesto de este catolico practicante es de un laicismo politico e historico sorprendente. .