SECCION ESPECTACULOS PAG. 39 BALAZO: CARIBEĽOS CABEZA: Jorrin, septimo aniversario luctuoso CREDITO: ERNESTO MARQUEZ "La musica es vivir", nos comentaba Enrique Jorrin mientras caminabamos hacia la famosa esquina de Paseo del Prado y Neptuno. "Estoy tan vinculado a ella que quisiera que me acompanara siempre... Prescindir de la musica seria negarme". Hablaba el maestro en ese dia de noviembre de 1987 con un tono sombrio, raro en el que siempre andaba risueno y dispuesto al vacilon. Quiza intuia lo inevitable, el advenimiento de "la Profana", como el decia en broma acerca de la muerte; quiza por eso no dudo en aceptar la sugerencia de ir a visitar la esquina habanera que adquiriera celebridad gracias a La enganadora, uno de sus cha-cha-chas mas universales. A Prado y Neptuno, iba una chiquita, que todos los hombres, la tenian que mirar. "Esa chiquita graciosita y bien arregladita debe de ser hoy una prescindible senora de sesenta y pico de anos", comentaba Jorrin, ya con su habitual locuacidad, aludiendo a la inspiradora del tema. "Porque ese personaje fue real, tan real como los taconeos que daba por esta esquina". Y mirando al viejo edificio donde se encontraba el salon de baile en el que diera a conocer su famoso ritmo del cha-cha-cha nos narraba de nueva cuenta la anecdota: "Yo tocaba alli decia y senalaba lo que es ahora una tienda militar con la Orquesta America desde mediados de los cuarenta; como director y arreglista tenia que entregar, minimamente, tres piezas nuevas cada semana. Por aquel entonces era muy joven y me fluian maravillosamente las ideas. De tal forma que cualquier hecho era motivo de inspiracion, desde la propia realidad cubana hasta la mas cotidiana que alguien pueda imaginarse. Observaba todo lo que acontecia en mi entorno y luego lo traducia en musica. P or eso no se me paso el detalle aquel de una jovencita muy linda que llegaba a bailar todos los fines de semana vistiendo con delicada elegancia, pero cuyas piernas y brazos contrastaban en delgadez con otras regiones ocultas del cuerpo bastante protuberantes. Un dia la vi entrar al tocador de damas muy desalinada y al poco rato salir como si fuera otra. Me llamo la atencion y pense ¨usara postizos? Asi fue como se dio lo de La enganadora. Pero todo en esta vida se sabe, sin siquiera averiguar, se ha sabido que en sus formas rellenos tan solo hay. La charla habia comenzado en su casa de la barriada del Cerro y la continuabamos ahora sentados en una banca del Parque Central, a cuyo lado oeste dan los balcones del extinto salon de baile. Jorrin, vestido con elegante guayabera, pantalon de lino y zapatos blancos, se esforzaba para traducir lo metafisico en palabras: "Fueron los sonidos de los pies de los bailadores que hicieron surgir la palabra cha-cha-cha, por el onomatopeyico sha sha sha, quedando mi ritmo bautizado con ese nombre. "La creacion del cha-cha-cha ahondaba esta intimamente relacionado con el danzon. Empece escribiendo danzones, de hecho toda mi carrera la desarrolle en danzoneras. Pero en 1939 fue cuando hice la primera parte de violin en uno de ellos. Luego, independice la ultima seccion llamada montuno y la redisene con celulas ritmicas provenientes del son santiaguero; eso fue lo que provoco la intencion de este tipo de baile. Asi, de los salones de esta esquina, salto a los estudios de grabacion el nuevo ritmo y en 19 41 mis composiciones comenzaron a escucharse por la radio. Cha-cha-cha, cha-cha, es un baile sin igual Como suele ocurrir, al maestro le paso ante los ojos lo obvio: el cha-cha-cha dejo de pertenecer a la musica para pasar a formar parte de la antropologia, porque a partir de aquel frenetico decenio del cincuenta lo bailaron hasta los ingleses. "Nunca pense que el cha-cha-cha produciria ese furor nos comentaba Jorrin con ese hablar lento que le caracterizaba. No tengo una explicacion logica de como logro popularizarse tan rapidamente. Pero... bueno, quiero pensar que todo eso es el resultado de la idea de quien produce algo y la idea de quien lo escucha". Recordaba que desde un principio empezo a recibir cartas de todas partes del mundo donde le expresaban su gran interes por el cha-cha-cha: "Nunca pude prever que mi ritmo se cantaria hasta en japones", comentaba sonriendo. El ritmo desde su comienzo fue de facil comprension para el publico, ya que inclusive ninos de corta edad interpretaban con facilidad su contenido. "Mi formacion fue autodidacta, quiza de ahi venga que la creacion del cha-cha-cha tenga eso que se entiende. Tecnicamente no es muy complejo: es un compas de dos tiempos, dos semicorcheas al alzar y en caida del siguiente compas". "El cha-cha-cha explicaba tiene una melodia clara y elementos nuevos de tipo armonico que variaron la acentuacion ritmica del danzon. En el concepto de mi musica ya no existen ni las cuatro partes clasicas en que se divide el danzon, ni su formato orquestal. Yo, que habia interpretado todos los danzones en el contexto de la orquesta tipica (formada fundamentalmente por instrumentos de vientos), me refugie en el formato de charanga francesa, que habia disenado Antonio Maria Romeu, y amplie el conjunto agrega ndole piano, tumbadora y un par de trompetas para alcanzar mayor sonoridad. Cogele bien el compas Aseguraba Jorrin que desde mediados de los cuarenta andaba experimentando sus ideas, llevando canciones de otros compositores a ese nuevo estilo. "Cuando compuse La enganadora, la musica popular cubana estaba relegada. Musica extranjera como el jazz, el rocanrol y otros invadian el pais. Por eso dicen que cuando presente el cha-cha-cha la musica cubana cambio y removio todos sus estilos. Y no se, pero para mi el cha-cha-cha vino a aparecer en un momento preciso". Lo cierto es que Jorrin empezo a hacer algo diferente con la rara virtud de la simplicidad que gusto, y por lo mismo, empezo a tener imitaciones y/o usurpaciones. "Cuando me daba cuenta de eso, yo les llamaba y les decia, mira chico, eso que tu dices que hiciste es mio, asi que mas vale que lo vayas cambiando para que nos evitemos la lata de las demandas y las comparecencias publicas, porque en un debate juridico o musical te voy a dejar frito, y entendian rapidamente". "Para mi aseguraba el maestro Jorrin el cha-cha-cha corresponde a un estilo, el mio, de hacer musica. Para componerlo no tengo problemas, lo unico que hago es sentarme y ponerme a escribir la letra y la musica sin pensar que estoy haciendo un cha-cha-cha. Los demas, los que quieren hacer canciones como las mias, esos si tienen que ponerse a pensar". Los hijos del cha-cha-cha Las palabras de Jorrin fluian sin parar mientras la gente que pasaba por la calle lo saludaba: -Hey Jorrin! -Aqui mi socio! -¨Como va la cosa? -Pues nada, en tres y dos. La gente lo queria, lo llamaban El rey de la musica cubana. Y el, modesto como era, pasaba apuros en mi presencia para reconocer algo que el mundo repetia. Para ayudarlo en su desenfado le comentabamos lo interesante que era constatar como modas iban y venian mientras que el cha-cha-cha, tan campante, ni se inmutaba. "Porque es a los jovenes a quienes les sigue gustando", exclamaba regocijado don Enrique, y ponia como ejemplo aquella pareja de hermanos que en Veracruz se le presentaron como "los hijos del cha-cha-cha", pues sus padres se habian conocido bailando, se enamoraron, se casaron y los tuvieron a ellos. "Yo quiero creer en esa historia, porque eso me da una satisfaccion mas: la de asegurar con mi musica la alegria familiar y particular". "Una de mis mayores satisfacciones continuaba es la de poder decir que todas las generaciones, a partir de que surgio el cha-cha-cha, han participado del ritmo. Las personas maduras lo escuchan y lo bailan porque les trae muchos recuerdos, y los jovenes porque les gusta y lo quieren conocer". Jorrin estaba convencido de que la musica puede servir para algo mas que un desfogue momentaneo. "Puede servir tambien para alcanzar la paz aventuraba. Es muy sencillo, solo piensa en que cuando alguien quiere apaciguar su estado de animo recurre inmediatamente a la musica en medio de su soledad. Porque la musica de los pueblos contiene sentimientos nobles que por su propia fuerza pueden lograr la paz". Caia la tarde de aquel dia de noviembre y nosotros aun permaneciamos sentados en el Parque Central. Alguien nos habia traido cafe cubano en pequenas tazas. El maestro Jorrin le daba a la suya pequenos sorbos mientras miraba una parvada de zanates que se arremolinaban en la copa de un arbol. "Cuando tenia trece anos precisaba mi musica ya se escuchaba en todas las estaciones de radio. Eso me emocionaba mucho. Ahora que tengo 61 todo lo que me sucede lo tomo con mas serenidad y pienso mas en su funcion". Y miraba al cielo Jorrin mientras enfatizaba: "Para mi la musica es vivir", decia repitiendo lo que en un inicio ya nos habia dicho, pero que para el final de la charla subrayaba con la idea de que quedara claro que el estaba tan vinculado a ese arte que "no me abandonara jamas". En esa tarde su mirada tenia un raro brillo, y el acento de su voz, mas reposada y lenta que de costumbre, coloreaba la premonicion. "Prescindir de la musica seria negarme", fue lo ultimo que escuche de el. Ya en Mexico me entere de que el buen maestro tuvo que dejar el violin contra su voluntad para ingresar al hospital Hermanos Ameijerias, el mas tecnologicamente avanzado de La Habana, por un problema en las coronarias. De alli salio el 12 de diciembre de 1987, en brazos de "la Profana". Nunca un pueblo lloro tanto a un artista como aquel dia Cuba a Jorrin. .