SECCION INF. GRAL. PAG. 8 CABEZA: El PRD: Viejas tacticas y nuevos retos CREDITO: CARLOS SIRVENT Durante la celebracion del Consejo Nacional del PRD el pasado fin de semana, volvieron a aparecer en su seno contradicciones profundas, fundamentales, inauguradas desde su fundacion en 1989, que tiene un impacto sobre el proceso de democratizacion que vive el pais. La consecuencia principal de tales contradicciones sobre el PRD es su division interna, que le impide elaborar directrices obligatorias para todos los perredistas, y por consiguiente, dificilmente puede comprometerse ante otros partidos o dialogar con el gobierno como organizacion. Las contradicciones internas del PRD no son como quisieramos creer de simples corrientes, o expresiones del pluralismo como dice sin ser oido el presidente de dicho partido; es un asunto mas serio, de larga tradicion y que para bien de la democracia mexicana debe ser resuelto. El punto que ahora sintetizo las contradicciones del PRD fue la aceptacion por parte de Eraclio Zepeda del cargo de secretario de Gobierno en el estado de Chiapas, y las expectativas de que otros perredistas mas ocuparan posiciones en el Departamento del DF. Este es un asunto que resume un viejo debate no resuelto, que es el de la relacion del PRD con el Ejecutivo y con otros partidos. Al menos dos posiciones polares parecen dibujarse al respecto. Una, que encabeza Cardenas, sostenida con gran coherencia desde 1988, y consiste en rechazar cualquier participacion de perredista en cargos de la administracion publica, asi como condicionar el dialogo con el Presidente de la Republica por considerar que el proceso electoral por el cual obtiene la Presidencia es irregular y por lo tanto es ilegitimo. Es una posicion que ha tenido matices a lo largo de los ultimos seis anos, pero que en lo funda mental se sostiene hasta el dia de hoy. Otra posicion que encarna las lineas mas moderadas, se expreso en estos dias en la voz de Heberto Castillo, que solicito y defendio el derecho de Eraclio Zepeda a ser oido ante la condena hecha por Cardenas, que tambien comparten Alejandro Encinas que estuvo a punto de ser secretario del Medio Ambiente del DF y Rene Bejarano. Segun estos ultimos, se debe avanzar en el proceso democratizador, al que llaman transicion democratica, a traves del dialogo con el gobierno y los partidos, con pactos entre todos ellos y eventualmente, compartiendo cargos en el gobierno en aquellos casos de coincidencia programatica, o como dijera Ereclio Zepeda en su carta del 9 de diciembre, en casos de gobiernos plurales en que sea posible aportar soluciones y contribuir a la concordia, sin que signifique abandonar los principios partidistas. En este punto hay una diferencia que parece de matices entre las dos posiciones que vale la pena mencionar. La posicion blanda acude a la libertad de sus militantes de aceptar trabajar donde deseen en tanto no comprometan al partido o no asuman el encargo como representantes de su organizacion; tal seria el caso del propio Eraclio Zepeda cuando era director de Radio UNAM. La posicion dura en cambio, sostendria que los militantes del PRD no deben aceptar cargos publicos, porque no hay un gobierno de coalicio n, de composicion o de cuotas, "no van a participar con un gobierno que maneja al pais con un programa totalmente distinto al del PRD". Son dos posiciones enfrentadas por cinco anos, y que han dado origen a lineas erraticas del PRD; en que a veces dialogan, a ratos se condenan y generalmente se anulan. Recordemos solo para ilustrar parte de esta historia de conflictos. Una de las primeras disputas internas fue la que afloro entre Samuel del Villar y Munoz Ledo, a quien el 18 de octubre de 1990 acuso de haber legitimado la matanza de Tlatelolco, defraudado a la ciudadania en Nayarit en las elecciones de 1975, y no haber permitido contar los votos de la eleccion que lo hizo senador en 1988. Posteriormente, el PRD vivio una importante ruptura protagonizada por Jorge Alcocer y Jose Woldenberg, y en 1993 aparecio la "corriente" encabezada por Heberto Castillo a raiz de su derrota como presidente del CEN del PRD, y la renuncia al partido del coordinador de asesores de Munoz Ledo y de dos destacados militantes. En 1993, a raiz de la designacion de Porfirio Munoz Ledo como presidente del PRD que por cierto produjo una fuerte oposicion de algunos sectores de su partido, por considerarlo miembro de la corriente "priista dentro del PRD", el grupo encabezado por Heberto Castillo, a quien los perredistas se han encargado de identificar con el ex regente del DDF, ha buscado sistematicamente ubicarse como contraparte de Cardenas. Las pugnas han llegado incluso al seno de la fraccion parlamentaria del PRD, que en la pasada Legislatura vivio un fuerte conflicto protagonizado por Rosa Albina Garavito y el presidente del PRD. El problema concluyo con la destitucion de Rosa Albina Garavito, como conductora de la fraccion parlamentaria que fue sustituida por Ricardo Valero. Ella misma ha dicho que su salida fue consecuencia de "un ajuste de cuentas en el partido protagonizado por Munoz Ledo". Con el trasfondo creado por tales conflictos, la dirigencia del PRD ha sido envuelta en criticas constantes, debido a que no se ajusta a la linea programatica o estrategica de Cardenas. Asi, cuando Munoz Ledo visito al presidente Salinas para entablar negociaciones sobre la reforma electoral, tuvo que declarar que lo hacia a titulo personal. En suma, el PRD se ha debatido desde su origen entre un discurso que sostiene la necesidad de iniciar la transicion a la democracia en una perspectiva incluyente y de dialogo con todos los partidos y el gobierno y, por otro lado, la exclusion del gobierno por considerarlo ilegitimo, y del PRI por considerarlo su instrumento de fraude. Es un debate entre un discurso llamado "radical" que al plantear la democratizacion propone la exclusion previa de los actores a los que considera culpables del autoritarismo, y otro moderado que si bien supone que en Mexico no hay democracia, descubre que se puede avanzar politicamente respetando las reglas existentes. La concepcion "dura" sin embargo tiene en su comportamiento actitudes y decisiones contradictorias, que en el fondo reflejan que no es tan dura como parece o en todo caso tiene tambien sus partes blandas. Asi, por ejemplo, Cardenas fue el principal promotor de que el PRD reservara la mitad de las curules que esperaba ganar en 1994, para entregarlas a las negociaciones con otros partidos y politicos que no coinciden en una plataforma comun. Es una concepcion de las alianzas que lo ha llevado a sumar incluso a organizaciones como el llamado Foro Democratico, que nacio de una division con el PAN, y que en octubre de 1993 decidio apoyar la candidatura de Cardenas, aun cuando en terminos programaticos son organizaciones antagonicas. Ahora, ante el conflicto en Chiapas, el PRD parece que protagonizara otro problema mas de division interna. Por un lado, algunos de sus diputados se pronuncian contra la violencia del EZLN; por otro, una fraccion mas articula acciones de apoyo al movimiento, que tienen su raiz en el discurso del 5 de febrero pasado de Cardenas, en que afirma que el EZLN es una fuerza que contribuye a la transicion democratica por otras vias diversas que las partidistas; dando paso a una condena generalizada que le atrajo ma s perdidas que ganancias. Dicen los autores de las transiciones a la democracia, que solo puede darse en paises cuyos partidos son capaces de pactar, incluyendo a todos ellos, y que esto es posible cuando en el interior de las organizaciones partidistas triunfan las lineas de la negociacion, el dialogo y el acuerdo. Habria que preguntarse si en Mexico han triunfado realmente dichas posiciones porque, si no es asi, sera necesario que en cada partido sus militantes libren una batalla por el dialogo y la inclusion. .