SECCION CIUDAD PAG. 14 BALAZO: Chilanguerias CREDITO: JAVIER GONZALEZ BATTA* CABEZA: Cara de buena gente No se sabe si esto es privativo de la gran ciudad, de todas las areas urbanas -Toluca buena gente, no mata nomas taranta-, o tambien de las poblaciones pequenas y del campo, pero como uno aqui vive y todos los dias alguien trata de verle la cara, una de dos: o se tiene o todos los capitalinos somos proclives a sacar ventaja de los demas. Para el cara de buena gente eso se manifiesta en mil detalles: amanece y la esposa que desearia usufructuar solo ella al dejado de su marido, hasta le da la bendicion para que otros no abusen de el. Apenas en el estacionamiento del condominio alguien que ya lo tiene fichado, se le atraviesa y le fastidia la salida rapida; en la gasolineria el empleado le ordena a capricho que se detenga donde el desea: "Mas adelantito, por favor". Si pide tanque lleno, siempre le van a echar combustible con valor en cifras terminadas en uno o dos pesos, para obligarlo moralmente a que de entre tres o cuatro pesos de propina. Al manejar, quien sabe porque, pero todos los conductores de otros carros, en cuanto lo igualan, invariablemente voltean a verle la cara y no precisamente para saludarlo. No sabe evadir el "se lo lavo" o "se lo encero" de los estacionamientos, menos los cobros de mas. En el banco, al formar cola, no faltan una o dos fodongas que le ven la cara y se le meten adelante, eso si, con la sonrisa en los labios. Los companeros de oficina no lo llaman Gutierritos porque no se apellida Gutierrez y porque le dicen de otro modo menos agradable y a sus espaldas, pero no hay quien deje de pedirle ayuda y a quien no se la de. Ni siquiera le pasa por la mente aquello de que el que no llora no mama, que todos los dias, a toda hora, ponen en practica, ante el, aquellos con quienes comparte labores. En el restoran no hay excepcion para el abuso en su contra a la hora del prorrateo de las cuentas; el vendedor de loteria le lee en los ojos que es cliente dificil de negarse; los mendigos, si lo descubren de acera a acera, se cruzan la calle para pedirle limosna, y no puede desilusionarlos negandoselas. En el Metro hasta los ciegos lo prefieren. No es cuestion de la cara, tal vez el olor o vaya usted a saber que... Ignorando la recomendacion del padre de Hamlet, es campo abonado para los prestamos y pierde dinero y amigos con facilidad. Claro, es un manirroto y se felicita de truncar amistades que le hayan pedido una cantidad mucho menor a la que como amgios de toda la vida le hubieran sacado, el complaciente. Y pese a dar muestra de cierta dureza para no caer en desfalco entre familiares y quienes lo rodean, le preocupa que insistan en agarrarlo de barco, sobre todo porque en lugar de identificarlo como persona normal, insensible a tantas dolencias que hay en la ciudad, le achacan que se esta volviendo hosco, enojon y visceral al tornarse reflexivo. Por eso hasta ha pensado en colgarse un letrerito como en los tendejones de antes, con una leyenda de "no doy, ni fio, ni presto, porque al cobrar me hacen un gesto", o algo por el estilo. *Periodista .